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El BCE reniega de la creación de tipos de interés 'verdes' y descarga la lucha contra el cambio climático sobre los gobiernos

El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, compareció este jueves en la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo.

Daniel Yebra

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El 13 de marzo, el Banco Central Europeo (BCE) cambió su “marco operativo [algo así como su caja de herramientas para implementar la política monetaria]” e incluyó entre sus “objetivos secundarios [el principal es la estabilidad de los precios]” apoyar “las políticas económicas generales de la Unión Europea (UE), en particular la transición verde”. Esta modificación era una reivindicación histórica de las voces progresistas en la eurozona, porque “el BCE tiene el poder de dar forma al flujo de dinero en la economía”, según recuerdan desde Positive Money EU. Pero existe el riesgo de que ese “apoyo a la transición verde” se quede en el papel y sea solo otra operación de maquillaje más (de 'greenwashing').

Este jueves, Henrike Hahn, europarlamentaria alemana del Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea, preguntó directamente al vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, sobre ello. “¿Hay un calendario específico para la puesta en marcha de los tipos de interés 'verdes' u otros instrumentos de financiación de inversiones ecológicas?”, interrogó al ex ministro de Economía de España [de 2011 a 2018, durante los peores años de la crisis financiera, en el Gobierno del Partido Popular de Mariano Rajoy].

“Para nosotros, el cambio climático es muy relevante, es algo que tenemos que tener en cuenta en nuestra revisión estratégica y que hemos incorporado a nuestras acciones... porque creemos que el cambio climático es uno de los principales retos a los que se enfrenta la humanidad en los próximos años”, arrancó Luis de Guindos en su comparecencia en la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo. “Por otro lado, podemos contribuir, pero queda claro que, en nuestro enfoque, el principal protagonista en el cambio climático debe ser la política fiscal, que está en manos de los gobiernos, a través de subvenciones e incentivos”, prosiguió.

“Nosotros podemos contribuir —admitió—. Ya venimos modificando nuestra cartera [de deuda] hacia activos verdes. Y estamos trabajando para tener un nuevo marco para los límites de los colaterales, y buscamos que estos avales o garantías que son necesarios para recibir financiación del BCE estén limpios, sean verdes. Este marco se establecerá a finales de 2024”, añadió.

Sin embargo, “sobre tipos de interés que favorezcan la financiación verde, todavía no lo hemos debatido. Para que se operativice, probablemente pasará tiempo, y será complejo, porque tendríamos que discriminar...”, se excusó el vicepresidente del BCE. “Para nosotros las políticas fiscales son un instrumento mucho mejor para abordar las inversiones verdes y para desincentivar las actividades de los grandes contaminadores”, concluyó, descargando la lucha contra el cambio climático sobre los gobiernos.

Tipos de interés duales

“Al ofrecer tipos de interés reducidas para proyectos ecológicos, por ejemplo, puede fomentar inversiones sustanciales en energía renovable y otras iniciativas respetuosas con el medio ambiente. Este enfoque estaría completamente en línea con el compromiso medioambiental del BCE”, defienden en Positive Money EU, un centro de análisis que persigue una política monetaria más justa.

En un resumen simplificado, la propuesta consiste en la creación de un sistema de tipos de interés duales, según el cual el BCE pudiera “fijar diferentes tipos de interés para diferentes tipos de proyectos. En el contexto de la actual crisis climática, esto significa ofrecer tipos de interés más bajos para proyectos respetuosos con el medio ambiente o verdes que para los sucios”, explican en en Positive Money EU.

Para combatir la inflación, el BCE ha recurrido desde julio de 2022 a subidas indiscriminadas de los tipos de interés oficiales [del 0% al 4,5%, exactamente, en la escalada más agresiva de su historia], “como si hubiéramos experimentando una crisis de exceso de demanda agregada, y no el 'shock' de oferta [de energía: gas, petróleo...] que realmente sufrimos”, lamenta el ingeniero Héctor de Lama.

“Pero, además, estas subidas de tipos de interés pueden resultar profundamente contraproducentes para combatir la inflación en la eurozona a corto, medio y largo plazo. Esto se debe a una cuestión seguramente ignorada por los banqueros centrales: la estructura de costes de aquellas tecnologías verdes que contribuyen a prescindir de los combustibles fósiles”, continúa este mismo experto.

Una de sus propuestas relacionadas con el cambio climático más interesantes es emplear una de las herramientas que ya ha usado el BCE con anterioridad, las Operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico (TLTRO, por sus siglas en inglés). Estos mecanismos canalizan liquidez (A través de los bancos) con condiciones ventajosas a determinados sectores específicos.

A veces estos ‘TLTROs’ se describen como ‘Tipos de interés duales’, pues se mantiene un tipo de interés general para el endeudamiento que se dedica a inversiones convencionales mientras que se crea un tipo de interés más bajo para aquel endeudamiento que persigue invertir en un objetivo específico. Por ejemplo, durante la pandemia, los TLTRO permitieron al BCE inyectar liquidez en la economía real: a negocios y familias. “Pero ahora, unos TLTRO verdes podrían canalizar financiación hacia tecnologías verdes que, al reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles, contribuyen a mitigar la subida de precios”, recalca Héctor de Lama.

“Esta liquidez barata focalizada en tecnologías verdes permitiría estimular la inversión en independencia energética al mismo tiempo que se contiene el consumo de combustibles fósiles. De esta forma, una política monetaria verde nos permitiría protegernos de los ‘shocks’ de oferta de energía que nos imponen dictaduras extranjeras”, concluye.

“Los proyectos renovables a menudo enfrentan altos costes iniciales. Tasas de interés más bajas harían que estos proyectos fueran más asequibles y competitivos, fomentando su adopción frente a los combustibles fósiles”, coinciden en Positive Money EU.

El clima está relacionado con las tasas de inflación actuales por al menos dos razones: fenómenos climáticos extremos (sobre todo la sequía) que provocan aumentos en los precios [se conoce como 'climaflación'] y la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles ['fosilflación']. “Esto ha sucedido varias veces en el pasado, la más reciente en respuesta a la invasión rusa de Ucrania, y no hay garantía de que no vuelva a suceder en el futuro cercano. Invertir en energías renovables puede ayudar a reducir esta inflación a largo plazo”, inciden desde este mismo centro de análisis.

“Para que el BCE adopte tipos duales, el respaldo político es esencial. Aunque el banco central es independiente, rinde cuentas ante el Parlamento Europeo y debe alinearse con los objetivos de la UE, incluidos los medioambientales”, finalizan.

Críticas a los tipos de interés 'verdes'

“Las dificultades prácticas a las que se enfrentaría una TLTRO ecológica (GTLTRO) serían inmensas”, introducen los investigadores del CEPS, Daniel Gros y Farzaneh Shamsfakhr, en un informe presentado a la propia la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, a finales de 2023.

“En primer lugar, ¿cómo definiría el BCE los préstamos 'verdes' deseables? El objetivo de cualquier GTLTRO sería contribuir a una reducción de las emisiones. Pero esto lleva a preguntarse cómo medirla. Podría ser en porcentaje o en términos absolutos (pero calibrados en relación con la cantidad global de las emisiones de la empresa en el segundo caso)”, comentan estos dos académicos. “Un pequeño número de industrias produce la mayor parte de las emisiones [nocivas]. Por tanto, para tener un impacto, el GTLTRO tendría necesariamente que dirigirse sobre todo a las industrias 'sucias'. Esto podría ser difícil de comunicar y la reducción de emisiones difícil de controlar”, opinan.

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