La inflación se ha moderado en España hasta situarse en febrero en el 2,8% después de una tendencia descendente que inició en julio de 2022, cuando alcanzó su nivel máximo con un incremento interanual del 10,8%. Desde entonces -o un poco más tarde, ya entrado 2023- todos los productos que consumimos han ido moderando las subidas de precios, a excepción de los servicios, cuyo precio nunca ha dejado de subir y fue en febrero un 4% más alto que en el mismo mes del año anterior.
Según los datos publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística, los servicios excluyendo el alquiler acumulan un año de subidas de precios por encima de la media general, algo que empieza a preocupar a los expertos.
"Lo más destacable es la fortaleza de las presiones inflacionistas en los servicios, lo que podría ser consecuencia de los efectos de segunda ronda sobre los salarios y los márgenes, aunque también podría tratarse de una aceleración puntual derivada de los ajustes de precios que habitualmente se realizan al inicio del año", apuntaba este jueves Funcas.
El Banco de España por ahora no ha detectado efectos de segunda ronda en la economía (los que se producen cuando las empresas aprovechan para subir los precios más de lo que necesitan para mantener sus márgenes y cuando el salario de los trabajadores más que compensa la pérdida de poder adquisitivo, lo que genera más capacidad de compra y, en definitiva, más inflación), pero ahora sí que lo ve como un riesgo a medio plazo.
"Aunque el ritmo de moderación de la inflación y la evolución de los márgenes y los salarios que se están observando por el momento no apuntan en esa dirección, no puede descartase por completo la posibilidad de que se produzcan en el futuro procesos de retroalimentación más intensos entre precios y salarios y/o márgenes empresariales, especialmente en un contexto en el que el dinamismo de la remuneración por asalariado está siendo mayor que el correspondiente a los salarios pactados en convenio y el mercado de trabajo está mostrando un notable grado de tensionamiento. En este sentido, el hecho de que, en los últimos meses, la senda de moderación de la inflación subyacente en España haya sido algo menos acusada de lo anticipado obliga a ser cautelosos antes de dar por doblegado el actual episodio inflacionista, advertían en su informe de Proyecciones Macroeconómicas.
Para lo que queda de año, Funcas esperan que la subida de precios en el sector se mantenga por encima del 3% y que cierre el ejercicio con un alza promedio del 3,5%, superior a la prevista para el IPC general, del 3,1%.
Se trata de una previsión más pesimista que la del Banco de España, que cree que los precios subirán en promedio un 2,7% este año.
Los servicios que más suben
Cuando se analizan los bienes y servicios que presentan tasas más elevadas de inflación y que son, por tanto, más caros respecto al año pasado, aparecen ahora muchos más servicios que antes.
Junto al aceite de oliva, que siempre lidera la clasificación, figuran ahora el transporte de pasajeros por mar (un 23,1% más caro que hace un año), los paquetes turísticos nacionales (+18,7%), el transporte de pasajeros en metro (+17,4%), las cuotas por licencia y suscripciones a redes de televisión y radio (+16,8%), los seguros privados relacionados con la salud (+9,5%) o los hoteles, hostales, pensiones y otros servicios de alojamiento (+9%).
El incremento de precios de los servicios se produce en un contexto de robusta demanda. De hecho, BBVA Research ha constatado que se ha producido un cambio de preferencias de consumo de los bienes a los servicios, un "cambio en los hábitos de consumo de las familias a partir de la pandemia, que han incrementado el peso de los servicios en su gasto. Esto parece una tendencia compartida en las economías desarrolladas", apuntan.