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¿Qué tan “caro” es Uruguay comparado ante un grupo de 43 países y por qué se da eso?

El BCU convocó a investigadores para que contribuyeran a entender qué hay detrás de las diferencias de precios entre Uruguay y otros países, así como para cuantificar sus efectos sobre el bienestar ciudadano.

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Locales comerciales en el Centro de Montevideo
El BCU convocó a investigadores para entender los factores detrás de las diferencias de precios entre Uruguay y otros países.
Foto: Gianni Schiaffarino

En Uruguay, existe un relativo consenso en cuanto a que el país “es caro” frente a otras economías comparables y que esto va en detrimento del bienestar general de la población. Sin embargo, el foco suele estar puesto más en la inflación (la variación de precios) y un poco menos en los aspectos microeconómicos que inciden en el nivel de precios. Sobre el segundo aspecto, el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) constató que Uruguay fue un 27% más caro en comparación con el promedio de 43 economías, según datos que utilizó un informe del Banco Mundial (2017) y de institutos de estadística de Argentina, Chile y Uruguay (entre 2016 y 2022).

La investigación llamada “Desvíos a la ley de un solo precio en Uruguay”, fue realizada en el marco de una convocatoria que hizo el Banco Central (BCU), para que los investigadores contribuyeran a cuantificar cuáles son los efectos del nivel de precios en Uruguay sobre el bienestar de la ciudadanía, así como para entender cuáles son los factores que hacen que el país sea más caro que otros.

Con un mismo objetivo, aunque con un enfoque diferente, además de la investigación del CED, la consultora CPA Ferrere presentó su propia investigación: “Barreras a la importación de frutas y verduras, impacto en el nivel de precios y volatilidad del Índice de Precios del Consumo” (IPC). En ese trabajo se estimó cual sería el efecto en el nivel de precios de Uruguay, si se permitiera la libre importación desde Brasil de ciertas frutas y verduras, cuya incidencia es significativa en la medición de la inflación.

Ambos concluyeron que los niveles de precios en Uruguay son más elevados frente a países comparables y algunos de los factores que explican esto son: el funcionamiento en ciertos mercados, aspectos arancelarios, barreras a la importación, costos locales de producción, entre otros.

El estudio del CED

La investigación del CED tomó como base la ley de un solo precio (LOP, por sus siglas en inglés), que señala que los precios de productos idénticos deberían ser iguales en cualquier país del mundo y que cualquier diferencia que pudiera surgir debería ser eliminada por la oferta y la demanda. Eso, siempre y cuando no existan barreras comerciales y costos de transporte que provoquen diferencias de precios, un escenario poco verosímil. En este sentido, desde el CED manifestaron que “el mundo está lejos de ser sin fricciones” y que por el contrario, “las diferencias de precios entre distintas ubicaciones geográficas suelen ser considerables y persistentes”.

Por ese motivo, estudiaron los desvíos a la ley de un solo precio en Uruguay, los factores detrás de esas diferencias y las implicancias de esos desvíos en el bienestar de los uruguayos.

La investigación encontró que Uruguay fue 27% más caro respecto al promedio de 43 economías, tanto desarrolladas como emergentes. Para llegar a ese porcentaje, los investigadores midieron el desvío registrado en determinados bienes, entre Uruguay y cada uno de los países con los que se realizó la comparación y en ciertos períodos de tiempo.

A partir de eso fue que el CED constató que el mayor desvío fue con respecto a Bolivia. Es decir, Uruguay fue 115,1% más caro que ese país en el promedio de los bienes considerados. En el extremo opuesto, Uruguay fue 28,7% más barato que Islandia, en el promedio de los bienes considerados. Tuvo precios similares, aunque levemente superiores, con Nueva Zelanda (+6,3%) y Bélgica (+6%); mientras que tuvo precios similares, aunque levemente inferiores con Finlandia e Irlanda (-0,6% y -1,2%, respectivamente).

Los principales desvíos a la ley de un solo precio en Uruguay -respecto al promedio de los países de la muestra- se encontraron en los rubros: alimentos y bebidas no alcohólicas (el desvío fue de 55%), productos de higiene y limpieza (58%), y en informática y electrónica (43%). Desde el CED señalaron que esos desvíos “ocurren en mercados con alta oferta de importados”, como lo son esos rubros y dijeron que dichas diferencias de precios “persistirían en el tiempo más allá de la volatilidad cambiaria, sugiriendo un ‘efecto país’ relacionado a condiciones de mercado y competitividad”.

Al cuantificar el impacto de esos desvíos sobre el bienestar de los consumidores uruguayos, la investigación del CED estudió cuál habría sido el IPC de Uruguay si los precios de los productos analizados se hubieran alineado con el promedio del precio internacional. Es decir, si los bienes que se determinaron como más caros en Uruguay se hubieran abaratado y si los que fueron más baratos, se hubieran encarecido.

A partir de ese ejercicio contrafáctico, la investigación constató que si no hubiera desvíos entre el conjunto de productos analizados en Uruguay respecto de los países de la muestra (el conjunto de bienes estudiados representó el 47% de la canasta de IPC uruguaya), se hubiera producido una rebaja de 1,2 puntos porcentuales. Para el CED, la cifra es de una magnitud “relativamente significativa” en el nivel del IPC y la eliminación de esos desvíos “tendría un efecto positivo desde el punto de vista del bienestar del consumidor”.

Entre los potenciales determinantes de esos desvíos, la investigación señaló “mayores regulaciones laborales, mayor rigidez salarial, percepción de altos impuestos por parte de firmas, dependencia de insumos importados y prevalencia de barreras no arancelarias”.

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El estudio de CPA Ferrere

La investigación de CPA Ferrere analizó las barreras a la importación desde Brasil de ciertos productos de la categoría frutas y verduras, de significativa incidencia en el IPC uruguayo: papas, cebollas, zanahorias, tomates y manzanas. La principal conclusión fue que eliminar las barreras para la importación de esos productos “podría implicar una reducción promedio de 0,6%” en el IPC de Uruguay y de 2,4% en el índice de alimentos y bebidas de dicho indicador.

“El análisis de precios llevado a cabo permite afirmar que, en general, los precios mayoristas” de esos productos “son mayores en Uruguay que en Brasil”, señaló el estudio y dijo que la apertura de importaciones para esos productos “generaría una mejora en el bienestar de los consumidores”.

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