Tomás Serrano

Política LEY DE AMNISTÍA

Puigdemont para el reloj de Sánchez: Junts no le aprobará nada hasta que ceda en la amnistía

"La legislatura no está en el aire porque Sánchez no puede convocar elecciones todavía", señalan en Junts. Y añaden: "Ahora es el momento de negociar de verdad". 

31 enero, 2024 02:28

El no de Junts a la proposición de Ley de Amnistía lo paraliza todo. Junts no aprobará más iniciativas al PSOE hasta que la norma termine su periplo parlamentario. Así lo adelantan fuentes de Junts.

Para el partido de Carles Puigdemont ahora sólo hay dos salidas posibles. "Si el PSOE recapacita", el asunto podrá arreglarse en el mes del que dispone la Comisión de Justicia del Congreso para pactar un nuevo texto. Si los socialistas no "claudican" y no se halla una fórmula satisfactoria para Junts, la legislatura se acaba de golpe.

En la formación independentista se considera que "ahora es el momento de negociar de verdad". Y de hecho, pretende jugar la baza de que la legislatura sigue viva forzosamente, al menos, hasta el próximo 29 de mayo.

Junts vota 'no' a la ley de amnistía y retrasa su aprobación para seguir negociando

Ese día se cumplirá un año desde que un Consejo de Ministros extraordinario aprobó la disolución de las Cámaras y la convocatoria de elecciones generales anticipadas para el 23 de julio. Y según el artículo 115.3 de la Constitución, "no procederá nueva disolución antes de que transcurra un año desde la anterior". 

Hasta el 29 de mayo, por tanto, "la legislatura no está en el aire", explican, por separado, otros dos portavoces de Junts. Es decir, que la formación de Puigdemont tenía clara su estrategia cuando lanzó su órdago al PSOE advirtiendo de que votaría no si no aceptaba su enmienda "más importante". Y también los pasos tácticos que le pondrían en ventaja.

Los dirigentes del partido recuerdan que "esta ley que dejaría fuera a decenas de compañeros no es la que comprometimos". Y aunque su rival independentista, ERC, los acuse de dejar tiradas a "decenas de personas inocentes", de momento en Junts se sienten ganadores. Y "satisfechos".

Oriol Junqueras, presidente de ERC, atiende a la prensa a las puertas del Congreso.

Oriol Junqueras, presidente de ERC, atiende a la prensa a las puertas del Congreso. ADP

Su no tiene dos consecuencias directas. La primera, como decíamos, que el texto vuelve a la Comisión de Justicia del Congreso por un plazo máximo de un mes para volver a negociarlo. Y la segunda, que ese mes será de agonía para Pedro Sánchez. Y se retrasará todo su calendario legislativo. 

La ley se estudiará y, quizás, enmendará, mientras Puigdemont se erige en ganador del relato independentista frente a Oriol Junqueras, o eso reivindica, porque proclama que representa el verdadero independentismo que no da su brazo a torcer. Además, humilló al líder de ERC, que había acudido a propósito a la sesión del Congreso para cantar victoria en Madrid.

Y por otro detalle, que desliza uno de los más cercanos al expresident fugado: "No es mala la jugada, hemos visto al PSOE votando con el PP y con Vox". Fue para rechazar las enmiendas vivas de Junts. Pero de lo mismo acusó, más tarde, Félix Bolaños, al partido de derecha independentista, pues para el no definitivo fueron los siete diputados de Puigdemont los que se alinearon con los del PP, Vox, UPN y Coalición Canaria.

Los PGE, en el aire

Pero si nada va a salir aprobado del Congreso mientras se sigue discutiendo la Ley de Amnistía, la legislatura sí que se tambalea. Porque si registrar esta norma fue la condición para que hubiera investidura, sin ella es imposible que Junts dé el  a los Presupuestos Generales del Estado (PGE).

Las cuentas públicas son la ley más importante de cada año, y tienen preferencia sobre cualquier otra norma una vez que entran en las Cortes Generales. De modo que la urgencia por sacar adelante la amnistía hará que la ley de los PGE se quede, de momento, en un cajón de Hacienda. O de Moncloa, si es que ya estaba tan avanzada como explicaban fuentes consultadas hace algo más de 10 días.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, abandona contrariado el pleno del Congreso tras el 'no' a la Ley de Amnistía.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, abandona contrariado el pleno del Congreso tras el 'no' a la Ley de Amnistía. EP

Como ya informó este diario, la presión de Junts estaba retrasando su tramitación. Porque el PSOE no se atrevía a prever calendario alguno. Y ahora, más: las fuentes oficiales del partido de Puigdemont confirman que Junts no aprobará nada más al PSOE hasta que Sánchez ceda con sus exigencias para la Ley de Amnistía.

Las razones por las que sus siete diputados se levantaron del escaño para gritar "¡no!" las había explicado unas horas antes la portavoz, Míriam Nogueras.

"No podemos dar nuestro apoyo a una proposición de ley que tiene importantes carencias" y que, según su relato, además, "no se han querido corregir". Las fuentes consultadas en el entorno de Waterloo abundan en que votar a favor "habría invalidado el compromiso con una amnistía integral, completa y sin exclusiones".

Y como dijo Nogueras, "eso es lo que se pactó con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez".

En los pasillos y el patio del Congreso, este martes, se mezclaban comentarios ante el micrófono y sin grabadora de por medio.

En los oficiales, la inmensa mayoría de los socios del Gobierno afeaban la actitud de Junts y advertían de que esto "les pasará factura". Pero hablando off the record, casi todos coincidían en que "para esto no estábamos preparados" y reconocían la habilidad al expresident fugado y a su partido de marcar la agenda, los tiempos, y el clima político.

Legislatura dislocada

Lo cierto es que lo dislocado de esta legislatura, nacida de la transacción de impunidad por votos -más allá de la conveniencia o no de esta operación "para la democracia y la convivencia"-, se tradujo en una imagen esperpéntica en el hemiciclo. Los 121 diputados del PSOE votaron , a viva voz, una ley que ellos nunca quisieron y que habían tramitado como precio impuesto... por los siete de Junts, que votaron no.

Aun así, Puigdemont salió a su cuenta de Twitter para "valorar los esfuerzos realizados por el PSOE y Sumar en defender una ley de amnistía en un contexto hostil, de violencia verbal y en ocasiones física". Unas formas, dijo, de "violencia, agresividad y acoso que sufrimos los catalanes colectivamente como pueblo, y algunos políticos, en particular, de una forma encarnizada".

Nogueras había insistido, también, en dos cosas más. La primera, que la ley como estaba "habría bastado en un país con normalidad democrática, y de Justicia imparcial". Pero que en la España de "los jueces prevaricadores", a los que puso nombres y apellidos, no valía.

Si Manuel Marchena, presidente de la sala del Tribunal Supremo que condenó el procés; Manuel García-Castellón, instructor del caso Tsunami en la Audiencia Nacional; y Joaquín Aguirre, del caso Volhov en el 1 de Instrucción de Barcelona, no persiguieran al independentismo con "falsas acusaciones" de sedición, terrorismo y traición, no haría falta la enmienda de Junts, vino a decir.

La segunda cosa que apuntó Nogueras es que "si el problema es que ustedes", por el PSOE, "tienen miedo a la Unión Europea" en caso de aceptar la enmienda que amnistiaría todo el terrorismo y los delitos de traición, "no se preocupen, asumimos nosotros las consecuencias".

Una frase muy redonda, pero falsa. Si el PSOE asume ese cambio en la ley, y la Comisión Europea considera que el texto final atenta contra el Estado de derecho y los valores fundamentales de la Unión, llevará a España ante el TJUE. Y la ley, con toda probabilidad decaerá.

Quién teme qué

Aunque en Junts no se piensa así. "Hemos demostrado seis años que sabemos cómo lidiar con la Justicia europea", dijo Nogueras.

"No hay normativa en Europa, ni jurisprudencia, que impida amnistiar actos a los que se impute terrorismo", explicaba uno de los dirigentes de Junts más implicados en las enmiendas, en conversación con EL ESPAÑOL. "Ni tampoco hay problema con levantar las medidas cautelares. En nuestras enmiendas lo explicamos y lo tenemos muy claro". 

Si el PSOE teme a los jueces de la UE, queda claro que Junts teme a los jueces españoles. "Los golpistas con toga", como los definió Puigdemont.

En todo caso, lo que se votó este martes no satisfacía al líder del partido independentista, y no era la ley que imaginó el expresident fugado cuando acordó votar a favor de la investidura de Sánchez. Porque, según su entorno, "no acaba con el 'factor represión', que enrarece la resolución del conflicto político entre Cataluña y España, una condición indispensable para trabajar".

Por eso, ahora, Junts lo pondrá todo en stand by. "Nosotros hemos venido a lo que hemos venido", concluía un dirigente del entorno del líder del partido. Y no se refería a la gobernabilidad de España, precisamente.

"Tenemos unos días para rehacer el consenso inicial, del que no dudo", concluía el tuit del martes por la noche Puigdemont. "La amnistía debe incluir a todo el mundo perseguido por esta maquinaria de trinchar derechos fundamentales en la que se ha convertido -para los catalanes independentistas- la judicatura española. Veremos si somos capaces".

Algo muy alejado, además de por los insultos al Poder Judicial, a lo argumentado por el PSOE: "La amnistía abrirá una nueva etapa en Cataluña y en toda España con una ley de amnistía que amparase a los protagonistas del proceso independentista y así favorecer la convivencia después de una década muy difícil".

Ahí parece estar la grieta: el instrumento de la amnistía es útil para ambas partes; pero para qué la quiere cada una es en lo que nunca se pondrán de acuerdo.