Los familiares de los rehenes reunieron ayer a miles de personas en el muro de las Lamentaciones
A Israel le cuesta levantar el pie del acelerador en la guerra de Gaza pese a la presión de Estados Unidos, que por boca de su secretario de Estado, Antony Blinken, considera “demasiado alto” el número de muertos diarios en la franja. En total son más de 23.000; más de un centenar en las últimas 24 horas. Otra vez. Pero los familiares de los rehenes todavía en manos de Hamas siguen con sus movilizaciones, que son diarias y masivas, ayer con miles de personas reunidas en Jerusalén en el muro de las Lamentaciones. Impulsan cambios. Y algo se mueve, o al menos las palabras y los gestos cambian.
Anoche, el gabinete de guerra israelí se reunió para discutir una nueva propuesta de alto el fuego impulsada por Qatar. Según informó la prensa local, se basaría en el acuerdo para deportar de la franja a los líderes de Hamas, liberar a todos los rehenes e iniciar la salida efectiva del ejército hebreo del enclave palestino. Una delegación israelí está a la par en Egipto discutiendo un posible acuerdo sobre esos mismos rehenes.
Qatar impulsa liberar a todos los rehenes, deportar a los líderes de Hamas y una salida israelí de Gaza
El silencio absoluto que en público mantienen los líderes políticos indica que algo hay, o al menos que algo se intenta. También porque la presión regional para que haya una nueva tregua se incrementa. El presidente egipcio, Abdul Fatah al Sisi, dijo ayer que proporcionar más ayuda a los palestinos en Gaza requiere de una “postura decisiva” de la comunidad internacional para impulsar un alto el fuego. Lo dijo tras reunirse con el rey Abdalah de Jordania en Aqaba. Y ambos tras reunirse con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abas. Los líderes árabes rechazan además al unísono “cualquier plan israelí” para separar Gaza de Cisjordania. Antes, Abas urgió cara a cara en Ramala a Blinken a dar “pasos tangibles” en la creación del Estado palestino.
Todo son suspicacias, y muchas, la mayoría, responden a las palabras de los miembros más extremistas en el Gobierno de Beniamin Netanyahu, lo que anoche hizo que incluso el premier lanzara un mensaje aclarando que no tienen intención de ocupar la franja de forma permanente o en desplazar a los civiles fuera de ella. Pero hay en unos y otros unanimidad en pedir cambios en Gaza, acuerdos y salidas. Incluso Arabia Saudí se abre a retomar la normalización de sus relaciones con Israel si hay avances.
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En el otro lado de la balanza quedan los rebeldes hutíes, que no cejan en su intento de condicionar el mar Rojo. Ayer lanzaron 21 drones y tres misiles contra una embarcación “de los Estados Unidos”, según reivindicó su portavoz. Fueron neutralizados por la Marina estadounidense y la británica sin causar daños. Fue, con todo, su mayor ataque desde el inicio de las hostilidades en apoyo a Hamas en Gaza en noviembre. Y los hutíes dicen que seguirán apuntando al estrecho por el que pasa el 15% del tráfico marítimo mundial hasta que se ponga el punto final a la guerra. Aunque la ONU haya aprobado una resolución exigiendo su fin.
Buena parte de las navieras reconducen ya sus rutas rodeando el continente africano y triplicando sus costes.
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En Israel, en Oriente Medio, todo movimiento tiene siempre una punta regional, y los muchos actores implicados en cualquier solución para la guerra se saben muchos. Blinken añadía en Bahréin por ello que el apoyo “iraní” a los hutíes debe cesar.
La ofensiva israelí en Gaza, mientras, no respira, y la Organización Mundial de la Salud denunció ayer la cancelación de hasta seis misiones humanitarias en la franja por la “falta de acceso”. “Tenemos los suministros, los equipos y los planes establecidos, pero nuestras solicitudes fueron rechazadas y no se nos proporcionó garantía de paso seguro”, criticó. La Media Luna Roja denunció por su parte que cuatro de sus miembros murieron en las últimas 24 horas por un ataque israelí contra una de sus ambulancias cerca de Deir al Balah, en el centro del enclave. Aquí y en el sur es donde avanza la ofensiva.
Salvo sorpresa, este domingo se cumplirán cien días del conflicto en Gaza.
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