Aragonès sitúa el 2024 como el inicio de la negociación de un referéndum

La cuestión catalana

El president pide una nueva financiación que acabe con “un déficit fiscal insoportable”

Aragonès sitúa el 2024 como el inicio de la negociación de un referéndum
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Aragonès sitúa el 2024 como el inicio de la negociación de un referéndum

Pere Aragonès dosifica sus propósitos a escala nacional en cada uno de sus discursos de Navidad y parece estar convencido de que piano, piano, si va lontano; que poco a poco, se va lejos. A saber, para el 2022 reclamó desbloquear el conflicto político a través de la amnistía; para el 2023, que entidades y partidos políticos catalanes firmaran un acuerdo de claridad, y esta vez, con la ley de olvido penal casi en la saca, pero el acuerdo de claridad todavía por definir, pide empezar a abordar la “segunda fase”. Una etapa que desemboque en un referéndum.

“El 2024 tiene que ser el año en el que abordemos la segunda fase del proceso de negociación con el Estado, donde Catalunya tiene que poder decidir libremente su futuro”, ha asegurado este martes el presidente de la Generalitat durante su discurso de Navidad.

Una negociación que el Govern y ERC aparcaron hasta ahora para asegurar el fin de “la represión” y que se tradujo, primero, en los indultos, y luego, en la derogación del delito de sedición, hasta finalmente tener al ­alcance de la mano la amnistía.

La ley de amnistía, pactada con el PSOE, no admite demora, según Aragonès. Debe ser plenamente efectiva en el 2024 para permitir “recuperar la libertad y el retorno a Catalunya de las personas represaliadas por su compromiso con el referéndum [del 1-O]”, ha afirmado desde el depósito del Rei Martí, en Barcelona.

El problema es que el Gobierno de Pedro Sánchez ha asegurado una y otra vez que ese referéndum de autodeterminación al que aspira el independentismo no se dará nunca. La dificultad es aun mayor si se tiene en cuenta que la propuesta de acuerdo de claridad no tiene ningún apoyo político. Con pinzas, el de los comunes, pero las formaciones independentistas andan divididas y más pendiente de competir en las próximas elecciones al Parlament.

El jefe del Govern exige que la financiación “singular” esté acordada ya el próximo año para Catalunya

Sea como fuere, Pedro Sánchez, en su visita al Palau de la Generalitat de la semana pasada, dejó claro que un referéndum no tiene cabida, pero se abrió a estudiar una nueva financiación.

La ha reclamado nuevamente Aragonès. El president la quiere “singular”, específica, con capacidad plena de la hacienda catalana para recaudar todos los impuestos. Esto, tras una negociación cara a cara entre el Estado y Catalunya. Sánchez en cambio plantea una reforma, pero de manera multilateral, con todos las comunidades autó­nomas implicadas.

En todo caso, el presidente de la Generalitat, si bien plantea las aspiraciones nacionales como un ultramaratón eterno por etapas, con la financiación mete el turbo. En su discurso ha situado esta cuestión, no como el inicio de una negociación, sino como una consecución a cerrar antes de acabar el 2024: “Tiene que ser el año en el que acordemos una financiación singular con el Estado que ponga fin a un déficit fiscal insoportable que nos priva de destinar los recursos que ya pagamos, pero que administran otros, a mejorar la sanidad” o “fortalecer la educación”.

Todo un año, el 2024, para que Catalunya gane, ha dicho, “el futuro” que se merece.

Buena parte de su discurso lo ha dedicado Aragonès a sacar pecho de los logros de ERC y su Govern en la negociación con el PSOE y la Moncloa. El último de ellos, el traspaso de la gestión del ingreso mínimo vital (IMV), pero también de Rodalies. Igualmente presumió de la tasa de paro “más baja de los últimos años”, de la incorporación de “más docentes, más personal sanitario más ­mossos que nunca”. O de haber conseguido, según ha subrayado, “más audio­visual en catalán que nunca”, un paso fundamental, a su parecer, para el impulso del catalán en las calles, las escuelas o las pantallas.

El republicano propone más “inversiones en infraestructuras hídricas” para afrontar la sequía

Aragonès ha tenido tiempo en los siete minutos de discurso de referirse a las dos cuestiones que están minando su liderazgo en la Generalitat: la sequía y la educación. Los embalses de las cuencas internas catalanas a duras penas superan el 16% y está a punto de declararse la fase de emergencia. El president ha señalado que es la sequía “más intensa jamás registrada” y para la cual ha propuesto “continuar con las inversiones en infraestructuras hídricas”. En cuanto a la educación, después del demoledor informa PISA, Aragonès ha animado a dedicar “aún más esfuerzos” y seguir trabajando con la comunidad educativa.

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