Un 155,5% más cara

Barcelona pasa a contratar la luz de sus farolas por trimestres para mitigar la subida de precios

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Farolas encendidas en una calle de Barcelona.

Farolas encendidas en una calle de Barcelona. / ANA PUIT

Jordi Ribalaygue

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La subida del precio de la luz ha puesto en apuros a hogares, negocios, instalaciones deportivas y entidades sociales. El zarpazo escoció sobre todo en 2022: aún sometido a vaivenes, el coste de la electricidad se ha moderado en los últimos meses -incluso ha caído a mínimos anuales en los últimos días- pero la escalada del año pasado repercutió sobre la pequeña economía y, también, sobre los servicios públicos.

Síntoma de ello fue que la decoración de la última Navidad se encendiera menos horas de lo habitual en varias ciudades, incluida Barcelona. No fue el único reflejo del incremento de la factura: la contabilidad de la capital catalana revela que el alumbrado se encareció un 155,5% el año pasado en comparación con 2021. El Ayuntamiento observa que el aprieto se ha relajado este 2023 y atisba cerrar el año con un desembolso de 12,3 millones. Es una cantidad aún en la franja alta de lo pagado en la última década. Además, augura un repunte de cara a 2024, cuando pronostica que la iluminación de calles, plazas y demás espacios públicos costará unos 13 millones.

Ante el alza, el consistorio explica que, a raíz de la crisis desatada por el covid y la inflación luego avivada por la guerra en Ucrania, ha variado de método al contratar la luz. El Ayuntamiento solía negociar un precio fijo anual que, señala, le permitía obtener importes "muy por debajo" de los convencionales. Cuando estos se desbocaron, pasó a abastecerse con compras trimestrales en el mercado mayorista. Ha repetido la fórmula en 2022 y en 2023; de la evolución del mercado dependerá que la mantenga. "Ha permitido beneficiarse de las bajadas del mercado y obtener precios competitivos, pese al marco general de precios elevados", alega el gobierno del alcalde Jaume Collboni.

Más de 20 millones

Aun con el cambio, Barcelona pagó casi 20,6 millones de euros por el alumbrado en 2022, más del doble que los ocho millones abonados en 2021, según la cuenta general del Ayuntamiento. El informe sobre costes y rendimientos de los servicios públicos de la capital da fe de que, pese a trepar el gasto, el consumo eléctrico se recortó un 1,60% el año pasado. El ejecutivo indica que la "tendencia a la baja" es una constante "desde hace años". "Barcelona tiene un alumbrado más eficiente pero con más puntos de luz", blande.

Ponderando el auge de los precios con la contención en el consumo, la cuenta general extrae que el Ayuntamiento pagó el megavatio hora un 159,66% más caro en 2022. Cada unidad le costó 118,5 euros en 2021; por el contrario, cada una equivalió a 307,7 euros el año pasado, calcula el dictamen. “Este incremento se debe al encarecimiento general del precio de la energía”, justifica el mismo documento.

Farolas encendidas en una calle de Barcelona.

Farolas encendidas en una calle de Barcelona. / ANA PUIT

El consistorio puntualiza que el dispendio podría haber sido aún mayor de haber seguido adquiriendo la corriente con una cuantía pactada antes de cada año. "En 2022, el mercado mayorista cerró con un valor medio de 167,52 euros por megavatio hora y, en cambio, el Ayuntamiento de Barcelona cerró con 144,52 euros por megavatio hora", distingue. Las cantidades no se parecen en nada a las del año anterior. El ejecutivo local detalla que concertó un precio base de 42 euros por megavatio hora en 2021, mientras que la tarifa media del mercado mayorista se situó en 111,93 euros.

Para 2024, el Ayuntamiento avista un coste promedio de 107 euros por megavatio hora. "Este precio se ha estabilizado, pero difícilmente se volverá a los valores de hace unos años, de 50 a 80 euros", augura.

A su vez, aclara que el importe preestablecido se estimaba "en función de cómo cotiza el mercado de futuros". Cuando acordó el suministro para 2022, "era el momento de máxima volatilidad del mercado", describe. Defiende que la "alta incertidumbre" en el mercado energético y la previsión de que "se estabilizaría a la baja" desaconsejaban volver a prefijar una cuota. "Durante 2020, este mercado cotizaba muy a la baja a causa de la pandemia y, por lo tanto, era una buena oportunidad cerrar un precio fijo anual para 2021. En cambio, durante 2021 y 2022, cotizaba muy alto. En este caso, no tenía sentido fijar un precio", argumenta.

Más de 12 euros por habitante

La factura eléctrica del Ayuntamiento en 2022 es, con diferencia, la más abultada de los últimos años. Retrocediendo hasta 2010, no ha habido ningún ejercicio de los últimos 13 en que haya afrontado un importe tan elevado como el de 2022. Los recibos de la luz nunca llegaron a sumar 13 millones de euros en ningún caso entre 2010 y 2021. De todos esos años, la cuantía más costosa a liquidar se registró en 2017, con 12,89 millones de euros. En todo caso, fueron 7,7 millones menos que el año pasado. 

El auge de los precios también se hace patente si se extrapola cuánto cuesta la iluminación de Barcelona a cada vecino. El Ayuntamiento lo evalúa en base al gasto total y el importe que deduce en 2022 es el más alto de toda la serie desde 2010.

Lo habitual ha sido que el servicio de alumbrado haya supuesto unos seis o siete euros anuales per cápita a lo largo de la última década. En 2017, alcanzó los ocho euros por habitante y cayó a 4,9 euros en 2021, la estimación más baja. En cambio, el coste por persona se aupó a 12,6 euros en 2022, según los cálculos del consistorio.

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