Oriente Próximo

Hamás lanza en Tel Aviv su mayor ataque y acusa a Israel de "asesinar" a 700 palestinos en una noche

Además de las operaciones bélicas, en esta guerra ha cobrado protagonismo la propaganda de ambas partes y el complicado papel de la comunidad internacional. 

25 octubre, 2023 02:26

Más de 700 muertos en una sola noche. Ese es el balance, según el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, de los bombardeos de Israel sobre la Franja en la noche del lunes al martes. Se trataría de la cifra más elevada desde el inicio de la “Operación Espadas de Hierro” el pasado lunes 9 de octubre, tras los brutales atentados contra la población civil que efectuó Hamás a lo largo del sábado 7, con unos 1.400 asesinatos y más de 200 secuestros de civiles.

Aparte del horror de la sangre y la muerte, a esta guerra entre Israel y Hamás hay que añadirle un grado de propaganda como pocas veces se ha podido ver en un conflicto internacional. Las cifras se dan con una alegría tremenda y son inmediatamente discutidas por el otro bando.

Hay que tener en cuenta que la misma fuente que habla de casi 5.000 palestinos muertos es la que atribuyó a Israel el ataque al hospital Al-Ahli en la ciudad de Gaza y calculó inmediatamente el número de muertos entre 500 y 1.000. Afortunadamente, las imágenes del día siguiente dejaban claro que la magnitud de la masacre había sido mucho menor… y que Israel, probablemente, no había tenido nada que ver con ella.

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El Estado judío, por su parte, se ha visto obligado a enseñar un resumen de las imágenes de la masacre que vivieron los habitantes de los kibutz cercanos a la frontera con Gaza, para acabar de una vez con las acusaciones de bulo. La proyección, abierta a todo medio de comunicación que quisiera informar de ella, formará parte de la historia universal de la infamia, con bebés sin cabeza, padres carbonizados y todo tipo de aberraciones.

En cuanto a los raptados, en la mañana del martes, Hamás puso en libertad a otras dos rehenes, para un total de cuatro en lo que va de semana. Quedarían 197 en su poder, según los cálculos de la inteligencia militar israelí. Se trataba de dos ancianas de 79 y 85 años.

Esta última refirió ante la prensa que “había pasado un infierno” en manos de los terroristas: aunque Hamás emitió un vídeo dándoles una taza de té y tratándolas con toda dulzura, Yocheved Lifshitz contó cómo fue arrastrada por una motocicleta, golpeada en las costillas y obligada a caminar decenas de kilómetros por túneles interminables.

Ataque masivo sobre Tel-Aviv

Más allá de la propaganda, quedan las barbaridades. Por mucho que se puedan exagerar, estas siguen ahí. Israel se justifica explicando que Hamás coloca sus arsenales justo en las zonas más populosas de Gaza y cerca de objetivos civiles. Es muy probable. Hamás insiste en que Israel bombardea de manera inconsciente y hace pagar a justos (más de 1.500 niños habrían muerto, según la organización terrorista) por pecadores. Tampoco es descartable.

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Estas afirmaciones no le impiden al grupo terrorista seguir lanzando ataques contra población civil israelí. Este martes, según el periódico The Jerusalem Post, se produjo un lanzamiento masivo cohetes sobre Tel Aviv y alrededores, el mayor desde el 7 de octubre, causando numerosos daños materiales y al menos cinco heridos. Si estos ataques no son más cruentos y no provocan más daños, no es por una menor voluntad punitiva, sino simplemente porque los sistemas de defensa israelíes -la famosa Cúpula de Hierro- son más efectivos.

En medio, queda la comunidad internacional, que, por un lado, vela por que el conflicto no se propague a otros países… y por otro, intenta cuadrar el círculo del respeto al derecho legítimo de defensa de Israel y el cumplimiento de los derechos humanos en Gaza. En ese sentido, se volvió a pronunciar el presidente estadounidense Joe Biden, que insiste en que se retrase la operación militar terrestre hasta que se pueda abastecer a la población de la Franja de los bienes básicos para su supervivencia, cosa que, según él, no se está haciendo “lo suficientemente rápido”.

También se pronunció en términos parecidos la secretaría de prensa de Emmanuel Macron, presidente francés, quien estuvo este martes de visita en Tel Aviv… y hasta seis países del G7 (todos menos Japón) firmaron una declaración conjunta insistiendo en la necesidad de que Israel responda, pero con proporcionalidad y atendiendo a la legislación internacional.

Incluso la ONU, a través de sus agencias desplegadas en la zona, pidió “de rodillas” que se facilite la ayuda humanitaria y que se incluya el combustible entre los bienes esenciales. De lo contrario, afirmó la UNRWA, no podrán seguir con su trabajo de distribución más allá del miércoles.

La “comprensión” de Guterres

La respuesta de Israel no se ha hecho esperar: ha rechazado la entrada de combustible en Gaza a través del paso de Rafah, tal y como demandaba Naciones Unidas para garantizar el funcionamiento de los hospitales. Las Fuerzas de Defensa de Israel se niegan, argumentando que permitiría a Hamás volver a atacar a Israel. 

Al mismo tiempo, y por mediación de su embajador en las Naciones Unidas, Gilad Erdan, el gobierno de Benjamin Netanyahu pedía la dimisión inmediata del secretario general de la ONU, António Guterres, por unas declaraciones en las que decía “comprender” el ataque de Hamás asegurando que tenía un contexto y que los palestinos llevan sufriendo la ocupación israelí desde 1967, cuando Levi Eshkol inició la llamada “Guerra de los Seis Días” para expandir sus fronteras y alejar a los ejércitos sirio y egipcio de sus fronteras.

Erdan consideró que estas declaraciones venían a justificar el asesinato de ancianos, mujeres y niños inocentes y no eran propias del más alto representante de la ONU. A continuación, el ministro de asuntos exteriores israelí, Eli Cohen, canceló de inmediato la reunión prevista con Guterres, expresándose en los mismos términos.