Donald Tusk, veterano liberalcentrista de la política polaca y europea, palpa ya con alta probabilidad su regreso al poder en Polonia tras las elecciones del domingo que, con el escrutinio muy avanzado pero aún inconcluso, otorgan mayoría a la suma de partidos de la oposición que le respaldan. La formación nacionalista ultraconservadora Ley y Justicia (PiS), en el poder durante los últimos ocho años, es la fuerza más votada, pero sin opción a reunir el respaldo parlamentario suficiente.
El plausible relevo en Varsovia reverberará en los equilibrios en Europa, al poner fin a un periodo de constantes enfrentamientos con Bruselas por deterioro del Estado de derecho, dominio partidista de los medios de comunicación públicos e intentos de control de los tribunales. Donald Tusk, de 66 años, exprimer ministro (2007-2014) y expresidente del Consejo Europeo (2014-2019), deberá forjar un Gobierno viable, recoser los lazos con la UE y apaciguar la polarización política en la sociedad polaca.
Con el 100% escrutado en la mañana de este martes, el PiS –que lidera el viceprimer ministro Jaroslaw Kaczynski– obtuvo el 35,38% de los votos, y Coalición Cívica (KO), la coalición encabezada por el partido de Tusk, Plataforma Cívica (PO), cosechó el 30,7%. Los dos partidos susceptibles de respaldar a Donald Tusk, Tercera Vía –coalición del centrista Polonia 2050 y del Partido del Pueblo Polaco (PSL), heredero del antiguo partido campesino- y la izquierdista Lewica, conquistaron el 14,4% y el 8,6%, respectivamente. En total, pues, el bando del líder centrista y expresidente del Consejo Europeo suma el 53,7% de los votos y supera en 11 puntos al bloque de la derecha. Confederación, la extrema derecha ultralibertaria que habría podido apoyar al PiS, obtuvo solo el 7,26%%, cuando aspiraba a mucho más.
Si logra formar gobierno
Tusk deberá recoser los lazos con la UE
Arranca ahora un plazo de 30 días para la apertura de la nueva legislatura en el Sejm (cámara baja del Parlamento), tras lo cual el presidente de la república, Andrzej Duda, tendrá 14 días para encargar la formación de gobierno a un candidato a primer ministro. Duda, sin afiliación a partido por su cargo como jefe del Estado pero antiguo miembro del PiS, hizo saber ya el domingo a través de su portavoz que hará el encargo a la fuerza más votada, “de acuerdo a la Constitución y a la tradición”, es decir, a Ley y Justicia.
Si el designado no logra la investidura, se abrirán sucesivos periodos de 14 días con otro candidato o con otros requerimientos de mayoría, por lo que es factible que no haya nuevo Gobierno en Polonia hasta mediados de diciembre.
Las elecciones del domingo eran percibidas como cruciales por los votantes de uno y otro signo, pero este sentimiento ha sido especialmente fuerte entre los polacos que aspiran a un vuelco político que deje atrás la etapa ultraconservadora. Prueba de ello es el récord histórico de participación. La Comisión Electoral Nacional confirmó este martes que acudieron a las urnas un 74,4% de los electores, cifra que supera con creces la participación en las elecciones de 1989, las del fin del comunismo, que atrajeron al 62,7% de los electores.
Politólogos y analistas recalcan como decisiva la participación de jóvenes, especialmente de mujeres jóvenes. La Polonia del ultraconservador Kaczynski, donde pese a la creciente secularización de la sociedad la Iglesia católica conserva aún mucha influencia, tiene una de las leyes antiaborto más estrictas de Europa. Durante la campaña , Donald Tusk prometió liberalizar el acceso al aborto.
De alcanzar el gobierno, la experiencia de Tusk en el funcionamiento de la maquinaria de la UE supondrá para Polonia un mayor peso en las cumbres. Tusk ha prometido emplearse para que el país reciba los fondos europeos de compensación post-pandemia que Bruselas congeló por vulneraciones del actual Gobierno polaco. La estrecha relación de Polonia con la Hungría del ultraconservador Viktor Orbán –cuyos fondos están también bloqueados por similar motivo– cambiaría drásticamente, pues Tusk desconfía de los vínculos de Orbán con Rusia.
Alta participación
Decisiva participación de jóvenes
En el marco de los conflictos del PiS con Bruselas, solo el decidido respaldo a Ucrania desde el inicio de la invasión rusa en febrero del 2022 puso al Gobierno polaco, principal valedor de Kyiv, en comunión con los socios de la UE. Pero también esa comunión se ha ido diluyendo desde que Varsovia puso restricciones a la entrada de cereal ucraniano y anunció el fin de los envíos de armas a Ucrania una vez se satisfagan los contratos apalabrados. Con todo, es improbable que esto cambie de mandar Donald Tusk. El anuncio del fin de los suministros se debió, en buena medida, a que tras entregar a Ucrania casi 400 tanques, varios aviones y unos 3.000 millones de euros en material, Polonia no puede prescindir de más armas para asegurar la defensa nacional.
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