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Tras el asalto, los cohetes: cómo Hamás ha saturado la 'niña bonita' de la defensa israelí
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Tras el asalto, los cohetes: cómo Hamás ha saturado la 'niña bonita' de la defensa israelí

La organización palestina continúa sus ataques después de conseguir poner contra las cuerdas el sistema de defensa israelí Cúpula de Hierro con el lanzamiento de miles de cohetes

Foto: Cúpula de Hierro intercepta varios misiles lanzados por Hamás, el 9 de octubre. (Reuters/Amir Cohen)
Cúpula de Hierro intercepta varios misiles lanzados por Hamás, el 9 de octubre. (Reuters/Amir Cohen)

Tel Aviv todavía no ha olvidado la mañana del sábado 7 de octubre, cuando las sirenas antiaéreas despertaron a toda la ciudad. No es algo insólito tras años de conflicto palestino-israelí, pero ese día fue diferente. Ni siquiera el casi impenetrable escudo de defensa antimisiles Cúpula de Hierro logró evitar que una parte de los 5.000 cohetes lanzados por Hamás —2.500 según Israel— cayeran sobre varias partes de la ciudad costera. A casi una semana del ataque sin precedentes de la organización palestina, sus milicianos continúan los lanzamientos a menor escala, pero con el convencimiento de que han encontrado un punto débil de uno de los ejércitos más poderosos del mundo.

Tras los últimos ataques del grupo yihadista contra Israel, llegó a Tel Aviv el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, para reiterar el apoyo del país al Gobierno de Benjamín Netanyahu. "Así como ISIS fue aplastado, Hamás será aplastado", dijo en un encuentro con el primer ministro israelí. "El mensaje que traigo conmigo es este: pueden ser lo suficientemente fuertes por sí solos para defenderse, pero mientras Estados Unidos exista, nunca tendrán que hacerlo", añadió.

Foto: F-35I Adir de las fuerzas aéreas israelíes. (IDF)

La visita de Blinken llega con muchas promesas y en un momento de máxima tensión en la Franja de Gaza después de que Netanyahu formara un Gobierno de emergencia para afrontar la amenaza de Hamás.

El propio presidente estadounidense, Joe Biden, ha afirmado que el reabastecimiento de municiones y sistemas de defensa aérea del Iron Dome (Cúpula de Hierro) era una prioridad inmediata para el país. "Estamos aumentando nuestra asistencia militar adicional, incluyendo munición e interceptores para reponer la Cúpula de Hierro", afirmó Biden. "Nos vamos a asegurar de que Israel no se queda sin esos elementos clave para defender sus ciudades y sus ciudadanos". Un gran porcentaje de los componentes de los misiles para la Cúpula de Hierro los fabrica en EEUU la empresa armamentística Raytheon.

Paralelamente, EEUU ha comenzado a trasladar buques de guerra (al menos dos ya están rumbo a la zona) y aviones de combate (escuadrones de A-10, F-15 y F-16 desplegados en las bases de Oriente Medio) a la región, para estar listo para proporcionar a Israel lo que necesite en su respuesta contra Gaza.

Esta acumulación de tropas y material refleja la preocupación estadounidense de que el conflicto acabe escalando a una guerra regional, por lo que también este ejercicio de fuerza pretende disuadir a Hezbolá o Irán de aprovechar la oportunidad.

En los últimos días, Israel ha movilizado a cerca de 100.000 soldados en el sur, junto con centenares de tanques y armamento pesado, para una invasión terrestre sobre la Franja de Gaza que los analistas dan por sentada, pero que todavía no ha tenido lugar.

Foto: El consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, participa en la sesión informativa diaria en la Sala de Prensa James S. Brady de la Casa Blanca en Washington. (EFE/Ron Sachs)

Hasta que llegue ese momento, los israelíes bombardean sin descanso en la Franja de Gaza, mientras el enclave sigue sin poder abastecerse de luz, combustible o comida. Los movimientos a nivel militar son cada vez más escasos y Hamás ha perdido presencia en el sur del país, donde el Ejército de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) controla y abate a cualquier miliciano que trate de infiltrarse en el territorio. Las posibilidades de repetir la estocada que sorprendió a todo el mundo y dejó un saldo de más de 900 muertos (entre civiles y militares) son casi nulas, aunque Hamás puede volver a poner a Israel contra las cuerdas si pone en jaque la piedra angular de su defensa: la Cúpula de Hierro.

"Cuando Hamás lanza sus cohetes, el sistema los detecta perfectamente, calcula su trayectoria y dispara los misiles para abatirlos. La cuestión es cuando en el aire hay decenas y decenas de cohetes. Esto lo saben los de Hamás, saben que el sistema tiene un límite y saben que si disparan cientos a la vez llegan a un punto de saturación", explica Jesús M. Pérez Triana, analista de seguridad y defensa, a este periódico.

El sistema de Cúpula de Hierro funciona primero con un radar que detecta los cohetes que salen de Gaza hacia territorio israelí. Luego, un programa traza la trayectoria previsible y descarta aquellos que van a caer en un descampado, para dar prioridad a los que impactarán contra núcleos de población. "Entonces, desde una lanzadera, se dispara un misil llamado Tamir, que cuesta unos 50.000 euros por disparo, y lanza dos para asegurar el blanco", aclara Triana.

Cuando Hamás lanzó miles de cohetes el pasado 7 de octubre, el objetivo era bloquear la capacidad para geolocalizar el impacto. Cúpula de Hierro cuenta con cerca de un 90% de efectividad y la saturación es la única manera de bajar ese porcentaje. "Con eso a Hamás le basta. Si lanzan 100 cohetes y cinco atraviesan la cúpula, basta con que uno de esos impacte en un apartamento y mate a una familia. Para ellos, eso ya es un éxito", continúa el analista militar.

Foto: Ataque aéreo israelí contra Al-Tufah, Gaza. (EFE/EPA/Mohammed Saber) Opinión

Además de las pérdidas humanas, Israel ha lanzado miles de misiles Tamir, lo que supone también un impacto económico para las Fuerzas Armadas del país. El analista detrás de Estrategias Militares, que prefiere mantener su identidad en el anonimato, apunta en entrevista con El Confidencial que el problema económico ha empezado a emerger. "Están desarrollando un arma de cañón láser para eliminar en vuelo esos cohetes y reducir los costos de cada misil", aclara. Además, recuerda que, además de Cúpula de Hierro, Israel cuenta con otros sistemas de defensa como el Patriot, Arrow y el sistema Barak 8.

La guerra desde el cielo

A pesar del ataque sorpresa de Hamás, el Ejército de Israel tiene una superioridad militar clara. Con más de 170.000 efectivos y con Estados Unidos como mayor proveedor y aliado militar, Tel Aviv cuenta con armas de precisión como el misil guiado antitanque Spike y el llamado JDAM. Las bombas que responden a las siglas en inglés de munición de ataque directo conjunto son un arma muy precisa, eficaz y letal que fue enviada a Ucrania desde Washington a finales del año pasado.

El pasado 7 de octubre, Hamás utilizó drones, parapentes y una excavadora para romper la verja y llegar al sur de Israel. Todavía es una incógnita cómo los servicios secretos israelíes no vieron venir la ofensiva que les pilló por sorpresa por tierra, mar y que llegó por aire hasta lugares como Tel Aviv. "Hamás tiene ayuda directa de Irán y les dan mucho armamento, como el misil anticarros Cornet que Teherán ha clonado de los rusos", sostiene Pérez Triana.

No hay información sobre el arsenal del grupo palestino pero, desde 2014 hasta ahora, la organización yihadista ha innovado militarmente hablando. Ya en 2021, Hamás logró disparar 4.500 cohetes contra Israel en 11 días, frente a los 4.500 que lanzó en 50 días. Hablando de misiles, Hamás se ha ido convirtiendo, poco a poco, en un rival para su enemigo, con cohetes fabricados como el Qassam y los Grad enviados por Teherán. "Los cohetes empezaron siendo artesanales, tubos de regadío a los que les metían la carga propulsora. Ahora mismo tienen un montón de cohetes artesanales con poco alcance y precisión y fundamentalmente sirven para saturar el sistema Cúpula de Hierro, pero luego tienen una serie de cohetes más pesados que son derivados de misiles industriales iraníes", explica Jesús M. Pérez Triana a este periódico. "Los especialistas dicen que los ingenieros iraníes desmontan el cohete para mandarlo en piezas a través de los túneles entre Egipto y Gaza", añade.

Hamás ha encontrado una manera de poner contra las cuerdas la defensa israelí, aunque por ahora solo haya utilizado la estrategia en el inicio del ataque. "Se está dando cuenta de que está entrando en una guerra larga", dijo el general israelí Rafi Milo, a Times of Israel. "Está gestionando el fuego para que dure semanas y redujo sus ataques a los cerca de 200 o 400 por día —frente a los miles del pasado sábado— para permitirse una lucha de larga duración", afirmó.

En un momento en que Israel está preparando las Fuerzas Armadas para lo que se antoja una incursión terrestre sobre Gaza, los analistas temen que Hamás esté guardando una parte de su armamento, quizás el más sofisticado, para ese momento. No obstante, el reto de enfrentarse a uno de los ejércitos más fuertes del mundo se une a la pérdida del factor sorpresa. El mismo que permitió la entrada de los milicianos de Hamás y otras facciones radicales palestinas para asaltar varias ciudades del sur del país.

Cómo tener a Israel contra las cuerdas

Es posible que Israel nunca pensara que la organización yihadista podría tener el poder suficiente como para causar tantos daños, y es todavía más probable que piense que Hamás no tiene posibilidades contra las Fuerzas Armadas. Hay una parte lógica detrás de este razonamiento, pero Hamás todavía tiene posibilidades de hacer daño militarmente a Israel. "Una es precisamente lo que están haciendo ahora, saturar el sistema de defensa antiaérea y lanzar una cantidad importante de cohetes", afirma el analista de Estrategias Militares.

En el caso de que Israel invadiera Gaza, supondría una pérdida de soldados, material logístico, tanques y vehículos. Sin embargo, continúa el experto, más tarde o más temprano acabaría venciendo el Ejército israelí. "Pero lo que puede hacer Hamás para potenciar los daños es extender el conflicto al Líbano y que Hezbolá ataque abiertamente desde el norte". Desde el 7 de octubre, las fuerzas de la milicia libanesa y las fuerzas israelíes se han enfrentado en ataques limitados, pero que han aumentado la presión en la frontera.

La entrada de Hezbolá en la guerra es un escenario cada vez más probable para analistas como el de Estrategias Militares, y puede afectar a Tel Aviv porque el grupo tiene un arsenal mucho más amplio que Hamás y con armas mucho más potentes. "Hezbolá cuenta con cerca de 50.000 combatientes que han sido entrenados por la Guardia Revolucionaria iraní. Tiene además experiencia bélica muy relevante en Siria y más de 100.000 cohetes, también financiados por Irán, lo que lo convierte en una fuerza temible y a tener en cuenta", explicó Gerard Dotti Luna, experto en relaciones internacionales especializado en Oriente Medio, en una entrevista anterior con El Confidencial. "Si Hezbolá interviene, tendremos la guerra de corte existencial más bestia a la que se ha enfrentado Israel desde que existe", añadió.

Foto: Las tensiones aumentan en la frontera entre Israel y el Líbano. (EFE/Wael Hamzeh)

En una guerra en la que uno de los temores es que escale directamente hasta Irán y Estados Unidos, Jesús M. Pérez Triana recuerda que estamos ante un conflicto asimétrico en el que es complicado establecer parámetros y comparaciones. "En este tipo de guerras, el bando más débil intenta romper los esquemas mentales del bando más fuerte, que suele ser un ejército convencional. Esto es lo que hemos visto. Una ofensiva por sorpresa, ataques a civiles y romper las leyes de la guerra y los marcos morales. Esas son las ventajas de Hamás", puntualiza.

El problema es qué pasará después del golpe exitoso de la organización palestina. "Ahora vamos a ver qué capacidad tiene Israel de hacer algo diferente a lo que ha hecho hasta ahora. Dicen que quieren cambiar la realidad sobre el terreno y veremos un asalto urbano como hemos visto en otros conflictos. Y será duro. La gran duda es qué hará Hamás y cuál ha sido su plan en el que una respuesta de Israel se da por sentada", concluye Triana.

Tel Aviv todavía no ha olvidado la mañana del sábado 7 de octubre, cuando las sirenas antiaéreas despertaron a toda la ciudad. No es algo insólito tras años de conflicto palestino-israelí, pero ese día fue diferente. Ni siquiera el casi impenetrable escudo de defensa antimisiles Cúpula de Hierro logró evitar que una parte de los 5.000 cohetes lanzados por Hamás —2.500 según Israel— cayeran sobre varias partes de la ciudad costera. A casi una semana del ataque sin precedentes de la organización palestina, sus milicianos continúan los lanzamientos a menor escala, pero con el convencimiento de que han encontrado un punto débil de uno de los ejércitos más poderosos del mundo.

Conflicto árabe-israelí
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