MACROECONOMÍA
Crisis de precios

La advertencia de Hernández de Cos: los salarios no recuperarán el poder adquisitivo perdido al menos hasta 2026

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El gobernador del Banco de España "confía" también en que no sean necesarias más subidas de tipos de interés por parte del BCE

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, este miércoles en Marrakech.
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, este miércoles en Marrakech.EFE

Los salarios españoles no recuperarán, al menos hasta 2026, todo el poder adquisitivo que perdieron durante el pasado año, ejercicio en el que la inflación se disparó hasta un dato medio del 8,4% y las subidas de sueldo no estuvieron, en prácticamente ningún caso, a ese nivel. Así lo estima el gobernador del Banco de España y miembro del consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), que ayer participó en la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en Marrakech.

«En 2025 se habrá recuperado, en el conjunto de la zona euro, lo perdido durante 2022 , pero en España esa recuperación todavía no será completa», confirmó Hernández de Cos a este periódico tras intervenir en una multitudinaria sesión. Fue una de las comparecencias que más atención captó en la jornada, la sala habilitada se quedó pequeña e incluso hubo una inusual y llamativa petición de fotografías por parte de algunos de los asistentes, muestra del respeto y la influencia de la que el gobernador del Banco de España goza en el ámbito económico europeo y mundial.

Hernández de Cos explicó que esta recuperación del poder adquisitivo se producirá, primero, porque los salarios serán «más dinámicos». De forma paralela, habrá una ganancia de productividad porque las empresas no están despidiendo a sus trabajadores a pesar de que hay una cierta caída en su actividad. El motivo es que piensan que ese parón será momentáneo y cuando la carga de trabajo vuelva a su nivel normal, algo que ocurrirá previsiblemente el año que viene, ya dispondrán de la mano de obra necesaria y no tendrán que contratar. El resultado: «La productividad irá por delante del empleo».

Además, su estimación es que la inflación se vaya reduciendo a niveles cercanos al 2%, y a ello el responsable del BdE sumó los márgenes empresariales, que también favorecerán el proceso. Con toda esta combinación de factores, Hernández de Cos subrayó esa fecha de 2025 como el momento en que se produzca el catch up en el área del euro. En España, en cambio, habrá que esperar todavía tres años para llegar a ese punto.

El gobernador analizó, asimismo, las posibles medidas de política monetaria que el BCE tomará en los próximos meses en su lucha contra la inflación. «Hoy puedo estar aún más confiado en que el nivel actual, si se mantiene durante un periodo suficientemente largo, será suficiente», afirmó. Esto es, que considera que no serán necesarias más subidas de tipos de interés. Aunque esta valoración, añadió, está «condicionada por la información disponible en la actualidad». «La incertidumbre es muy alta y no es descartable que se produzcan nuevas perturbaciones a las que tendríamos que responder», advirtió.

La intervención de Hernández de Cos se produjo el mismo día en el que la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, mantuvo un encuentro con los medios de comunicación españoles presentes en la semana del FMI. La también ministra de Economía, además de mostrar por su preocupación por una posible escalada de violencia en Gaza que añada incertidumbre en un momento de desaceleración económica mundial, quiso subrayar las cifras de crecimiento de España.

La vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, conversa con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.
La vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, conversa con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.EFE

El Fondo ha confirmado esta semana que la economía española será la que más crezca dentro de los países desarrollados. Ningún otro país igualará el repunte del 2,5% estimado para este año ni el 1,7% proyectado para 2024. Pero este segundo dato es, al mismo tiempo, tres décimas inferior del que el FMI estimó en julio. En otras palabras: que la desaceleración que se cierne sobre la economía mundial también afectará a España.

El organismo avisa de que las perspectivas mundiales de crecimiento son las peores en «décadas» y que la economía internacional «avanza cojeando, no corriendo». «Más del 80% de las economías han experimentado una ralentización de sus perspectivas de crecimiento con respecto a hace 15 años», añadió el organismo que dirige Kristalina Georgieva. La vicepresidenta el Gobierno, sin embargo, insistió en que España está incluso recuperando «la tendencia que tenía antes de la gran crisis financiera», y que en los próximos años «convergerá» con los países desarrollados y con mayores rentas.

Sobre su objetivo de presidir Banco Europeo de Inversión (BEI) afirmó que no hay ninguna novedad ni reunión prevista, pero que su candidatura es «firme». Y en cuanto a las medidas antiinflación que vencen a final de año, la vicepresidenta apuntó que todavía no se ha tomado ninguna decisión. Que se tomará durante el proceso de elaboración de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2024, documento que el Ministerio de Hacienda está seguro de poder presentar en las primeras semanas de enero a pesar de que, por ahora, el presidente en funciones, Pedro Sánchez, ni siquiera tiene los apoyos suficientes para sacar adelante su investidura.

El FMI, sin embargo, considera que es fundamental que estas actuaciones no se renueve más allá del 31 de diciembre, que es la fecha en la que vencen. El organismo estimó, también este miércoles, que el déficit de España será del 3,9% este año y del 3% el que viene. Hasta ahora, las cifras del organismo eran del 4,5% y del 3,5%, respectivamente. Esto es, que se produce una rebaja de seis décimas este año y de cinco para el siguiente, y en ese proceso ha sido fundamental la revisión del crecimiento que realizó el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Esto supone, en cualquier caso, que el FMI avala la promesa que el Gobierno hizo a Bruselas, por la que rebajaría su déficit al 3% el año que viene. Y no sólo eso, sino que cumpliría el límite de esos mismos tres puntos de PIB que se establecen en las reglas fiscales que volverán a estar activas a partir de enero, de modo que España no se vería obligada a estar bajo la tutela de la UE para rebajar su déficit. Pero para hacerlo, el organismo parte de la base de que esas actuaciones contra la crisis de precios no irán más allá del cierre de 2023. Y, además, el Fondo adelanta que en 2025 volverá a repuntar la inflación, hasta el 3,4%, y ahí se mantendrá en el medio plazo, por lo que serán necesarias actuaciones adicionales para embridar la desviación presupuestaria.

La estimación de deuda se ve también rebajada ya que, con un mismo nivel de deuda y un PIB mayor como resultado de la mencionada revisión de Estadística, el dato relativo lógicamente se reduce. Así, el pasivo público será del 107% este año y del 104,7% el próximo. Las cifras hasta ahora apuntaban a un 110% y un 108%.

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