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Solo ocho meses de cárcel para cerebro de robo por 16 mil millones

Solo ocho meses de cárcel para cerebro de robo por 16 mil millones

Si Pablo Cordero Valenzuela ya era una leyenda en los bajos fondos de Santiago, ahora quedará inmortalizado, pues pese a la espectacularidad del asalto que comandó, la planificación del mismo, el lavado de activos y mucho más, la semana pasada quedó en libertad, luego de ser beneficiado con un procedimiento abreviado, concordado entre la Fiscalía, el querellante y su defensa, gracias al cual recibió una pena que suma ocho meses, la que le significó la libertad inmediata.


Durante mucho tiempo fue uno de los prófugos más buscados del país. La propia Fiscalía lo sindicó como uno de los líderes del grupo de delincuentes que en 2017 dio uno de los mayores golpes en la historia criminal de Chile: el robo a la empresa de seguridad Esertval, en Independencia, desde donde sustrajeron 16 mil millones de pesos. Estuvo detenido, pero un juez de Garantía lo dejó en libertad y, cuando la Corte de Apelaciones ordenó su aprehensión, a Carabineros le tomó más de un año encontrarlo de nuevo.

Pese a todo ello, el lunes pasado Pablo Cordero Valenzuela, de 39 años, más conocido en el mundo del hampa como “Dolape”, quedó en libertad, luego de que en el Tercer Juzgado de Garantía de Santiago fuera condenado a una pena total de 244 días por cuatro delitos, después que la Fiscalía (representada por el fiscal Centro Norte Marcelo Cabrera), el abogado querellante (Francisco Castro) y el defensor (Raúl Castillo) llegaran a un acuerdo, por medio del cual Cordero fue beneficiado con un procedimiento abreviado.

Como señala el mismo fallo, el 18 de septiembre de 2017, a las 22:12 horas, tres de los miembros del grupo liderado por Cordero cortaron la fibra óptica de la empresa. Luego, a las 00:45 del 19 de septiembre, uno de los guardias salió del lugar con la excusa de comprar cigarrillos. Al regreso fue intimidado por dos sujetos, uno de los cuales era Pablo Cordero, los que supuestamente lo obligaron a ingresar al recinto, simulando un robo con violencia, aunque más tarde se comprobó que estaban concertados.

En ese momento llegaron los demás integrantes de la banda (16 en total) en camionetas robadas y, con equipos de oxicorte, accedieron a la bóveda de la empresa. Luego de tres horas de “trabajo”, se llevaron el enorme botín, cercano a los 20 millones de dólares. Eran 15 mil 823 millones de pesos en dinero efectivo y otros 216 millones en cheques.

Según el fallo, Cordero lavó parte del dinero que le correspondió comprando vehículos a nombre de terceros (una camioneta VW Tiguán, un Hyundai Accent, un Mercedes Benz 220 y un Jaguar XE Sport). En la sentencia también se mencionan un Volvo V40 y un Citroen C40, pero la fecha de adquisición de estos es anterior al robo, como se indica allí mismo.

Además, adquirió una casa camino a Lonquén, por 312 millones de pesos; un motel en Quinta Normal, por 150 millones; y otra vivienda en Pudahuel.

La indagatoria realizada por el OS-9 fue muy extensa. En medio de ella se determinó que uno de los imputados había arrendado un departamento cerca del lugar del robo, para determinar los movimientos y, además, se realizó una extensa indagatoria acerca de los movimientos en todas las autopistas urbanas de Santiago, gracias a la cual se pudo determinar la trayectoria de los móviles implicados en el hecho, descubriéndose que el asalto había sido planificado de tal modo que, incluso, habían cronometrado los tiempos de desplazamiento.

Pese a todo ello, tras la aceptación de su participación en los hechos, el Tercer Juzgado de Garantía de Santiago terminó condenando a Cordero como autor de los delitos de asociación ilícita, receptación de vehículos y especies, lavado de activos y robo en lugar habitado. Por cada uno de estos hechos le dieron 61 días de presidio en su grado mínimo, es decir, 244 días. En otras palabras, ocho meses, penas que “se tienen por íntegramente cumplidas”, dado que pasó 483 días en prisión preventiva.

La jueza Pamela Muñoz Canales decretó el comiso del dinero y las armas incautadas en el operativo, ordenando también que algunas de las especies adquiridas salieran a remate. En efecto, el documento judicial señala que en dicha condición quedarán la camioneta VW, el Hyundai Accent, el Mercedes Benz y el Jaguar, y lo mismo ocurre con la casa camino a Lonquén y el motel, pero no se indica lo mismo respecto del inmueble de Pudahuel.

Por cierto, como es habitual en los procedimientos abreviados, el condenado no fue obligado a pagar las costas de la causa.
Además de las cuatro condenas que acaba de recibir, Pablo Cordero registra detenciones anteriores por delitos como robo con intimidación, receptación, robo de cajeros automáticos, uso malicioso de instrumento público, robo en bienes nacionales de uso público y conducción bajo la influencia de alcohol, según La Tercera.

Lea la sentencia 

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