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¿Qué presión está recibiendo el dólar en Argentina y qué puede pasar a tres semanas de las elecciones?

Existe una alta incertidumbre política basada en el contexto de fragilidad económica.

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Dólar
Dólar.
Foto: Archivo El País

Por Gustavo Stok/Buenos Aires

A tres semanas de las elecciones presidenciales, crece la presión sobre el dólar en Argentina. Al incremento de la demanda por cobertura que se registra en cada período electoral se agrega esta vez una alta incertidumbre política en un contexto de severa fragilidad económica.

Todos esos factores, a los que se suma una nueva oleada de emisión de pesos para financiar las últimas medidas lanzadas por Sergio Massa en su doble rol de ministro de Economía y candidato presidencial por el oficialismo, anticipan un octubre caliente en materia cambiaria en Argentina.

“Los dólares paralelos típicamente suben en el período preelectoral y en esta ocasión hay factores adicionales que pueden impulsarlo más”, dijo a El País el economista Miguel Kiguel, director ejecutivo de la consultora EconViews, en Buenos Aires.

“A diferencia de otras elecciones, esta vez la mayor parte de la intención de voto está dividida en tercios con propuestas diametralmente diferentes que van desde la dolarización hasta la continuidad del rumbo actual. Otra de las diferencias es que la situación económica es mucho más compleja: con una inflación que ya corre por encima del 150% anual, cualquier error la puede multiplicar rápidamente por lo que los riesgos son muy altos”, enfatizó Kiguel.

Si bien al día siguiente del inesperado resultado en las elecciones primarias del 13 de agosto el gobierno convalidó un salto del 22% del tipo de cambio oficial con el objetivo de aflojar las presiones devaluatorias, esa mejora cambiaria ya fue borrada por la inflación del 12,4% registrada en agosto y por un nivel similar que se proyecta para septiembre.

Ese panorama volvió a tensar el mercado cambiario oficial al punto que aún con fuertes restricciones a las importaciones, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) continúa perdiendo reservas.

No obstante, el consenso del mercado anticipa que el gobierno logrará mantener congelado el valor del tipo de cambio oficial hasta las elecciones.

Todo indica que las fuertes correcciones vendrán luego de los comicios. De hecho, los contratos de dólar futuro para fines de diciembre ya se pactan a un valor de 682 pesos argentinos, muy por encima de la cotización actual de 365 pesos argentinos.

De concretarse semejante devaluación, la inflación treparía en los primeros meses del próximo año a niveles muy superiores a los actuales.

En cualquier caso, mucho antes de esa fuerte alza proyectada para el tipo de cambio oficial, la presión cambiaria ya empezó a evidenciarse en la cotización de los dólares paralelos, aquellos que no están controlados por el gobierno.

La economía en el eje del debate entre candidatos

La economía, el gran caballo de batalla de la Argentina en la actualidad, será el primer asunto de los tres que analizarán los cinco candidatos presidenciales en el debate que protagonizarán hoy en Santiago del Estero, la ciudad más antigua de ese país. Con una inflación interanual del 124,4%, un 40,1% de la población en situación de pobreza, escasez de reservas y una elevada brecha cambiaria, la situación socioeconómica del país es una de las mayores preocupaciones de los argentinos.

En los días posteriores a las primarias, los dólares libres registraron un salto de 600 a 780 pesos argentinos. Tras esa alza, el gobierno logró frenar la corrida a fuerza de intervenciones en los mercados paralelos y al lanzamiento de una nueva versión del llamado “dólar- soja”, un incentivo por el que los productores pudieron liquidar durante setiembre el 25% de la soja al valor del Contado con Liquidación, un tipo de cambio financiero con una cotización que duplica a la del dólar oficial.

Ese beneficio estimuló la liquidación de los sojeros, lo que agregó más oferta al mercado del dólar financiero.

Dispuesto a usar todas las herramientas disponibles para frenar a los dólares libres al menos hasta las elecciones, Massa, además de prorrogar la vigencia del “dólar-soja”, sumó a partir de octubre el “dólar-Vaca Muerta”.

Con ese nuevo esquema cambiario, las petroleras también tendrán el beneficio de canalizar el 25% de las exportaciones a través del Contado con Liquidación.

No obstante, la oferta adicional de US$ 400 millones que se estima entraría por esa vía parece acotada frente a una demanda creciente.

Solo en la última semana la intervención del Banco Central para evitar una disparada de los tipos de cambio paralelos promedió los US$ 50 millones diarios, pérdidas que agravan el cuadro conformado por reservas negativas en torno a los US$ 10.000 millones.

Esa escasez de dólares se contrapone con la abundancia de pesos argentinos. Según la consultora Equilibra, la batería de medidas de compensación a jubilados, trabajadores y hasta empleados formales con sueldos altos lanzadas por Massa tras las elecciones primarias sumó un gasto adicional equivalente al 1,3% del Producto Interno Bruto (PIB) para lo que resta del año.

Ese agujero fiscal, que se profundizará con el ingreso de emergencia de 94.000 pesos argentinos (unos U$S 115 al tipo de cambio paralelo) para unos 2,8 millones de trabajadores informales lanzado el martes pasado, será cubierto con más emisión monetaria ante la falta de otras opciones de financiamiento.

“Hay muchos pesos argentinos en la calle y habrá muchos más hasta las elecciones. El mercado se anticipa a las medidas que seguirá tomando Massa y que podrían profundizarse si llegase a un ballotage”, dijo a El País el economista Jorge Neyro, en Buenos Aires.

“Ante eso, es de manual que la presión sobre el dólar crezca dado que es un mecanismo de protección contra la incertidumbre”, agregó.

Al precario contexto, se añade la falta de certezas políticas

Al precario contexto económico se le agrega la falta de certezas políticas. Hasta ahora, los sondeos coinciden en que el próximo presidente de Argentina surgirá de un ballotage. La postergación de una definición hasta el 19 de noviembre es otro factor que alimenta la incertidumbre.

A eso se agrega que los candidatos con más chances de participar en una segunda vuelta son justamente quienes menos certezas dan sobre el futuro rumbo económico.

El candidato libertario Javier Milei, quien fue el más votado en las primarias, pareciera tener un lugar asegurado en un eventual ballotage, de acuerdo a las encuestas. Si bien su propuesta de dolarización de la economía se fue matizando a medida que crecieron sus posibilidades de acceder a la Casa Rosada, la intención de aplicar una política de shock al inicio de la gestión que sincere las variables económicas –entre ellas el valor del dólar- sigue firme. Esas expectativas no hacen más que acelerar la demanda de dólares.

El otro lugar es disputado por Massa y Patricia Bullrich, la candidata de la coalición opositora Juntos por el Cambio. En esa puja, hasta ahora las encuestas dan una leve ventaja al aspirante oficialista. “El mercado ve a la propuesta de Bullrich como la más previsible. En cambio, los planteos de Milei profundizan las dudas: hoy no se puede hacer una dolarización porque no hay dólares y al candidato no se le conoce un plan B. Por el lado de Massa tampoco hay ninguna certeza de lo que haría”, dijo Kiguel.

Todas esas incertidumbres empezaron a reflejarse en las cotizaciones. En la última semana, el dólar blue pasó de 745 a 800 pesos argentinos, mientras que el Contado con Liquidación saltó de 753 a 824 pesos argentinos. “El gobierno seguirá usando los dólares que tenga para intervenir en el mercado cambiario porque en eso se juega su suerte electoral. Nos esperan tres semanas muy movidas, y lo más probable es que la incertidumbre siga hasta el ballotage. El problema es que cuanto más tiempo se extienda la actual incertidumbre, la herencia que tomará el próximo gobierno será cada vez peor”, dijo Kiguel.

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