El petróleo se dispara un 30% en tres meses ante la escasez de oferta

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El Brent supera los 95 dólares el barril y amenaza con repercutir en la inflación

A rainbow appears to come down on pumpjacks drawing out oil and gas from wells near Calgary, Alberta, Monday, Sept. 18, 2023. Canada has the third largest oil reserves in the world and is the world's fourth largest oil producer. (Jeff McIntosh/The Canadian Press via AP)

Unas instalaciones petroleras en Calgary, Canadá

Jeff McIntosh / LaPresse

Tres semanas consecutivas al alza y nuevos máximos anuales. El barril de Brent ya se situaba el martes alrededor de los 95 dólares, el nivel más alto desde los meses posteriores al estallido de la guerra de Ucrania. Un precio que no se veía desde noviembre del 2022 y que se ha incrementado un 30% en tan sólo tres meses. Algunos analistas, como los de Goldman Sachs, así como la petrolera Chevron, hablan abiertamente de que pronto se superará la cota psicológica de los 100 dólares.

En la coyuntura actual este incremento podría ser muy perjudicial. En efecto, un repunte de los precios energéticos podría volver a incrementar la inflación en los países occidentales y forzar a los bancos centrales (principalmente el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de EE.UU.) a continuar con la subida de tipos, lo que podría deprimir todavía más el consumo y la inversión.

La OPEP no cree que la demanda vaya a alcanzar su pico antes de 2030 y prolonga los recortes

“El aumento del precio del petróleo es claramente otro golpe para los bancos centrales. Si bien sabemos que este aumento no es el único factor a considerar al analizar la inflación, su impacto en los datos económicos es inmediato. Y no es muy conveniente cuando eres dependiente de los datos...”, comentan en una nota los analistas de Mirabaud.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? “La demanda de petróleo este año ha crecido mucho. A pesar del incremento en las tasas de interés en Occidente y a pesar de los problemas macroeconómicos de China, los datos de consumo de petróleo muestran que la demanda es fuerte. Cuando vemos los indicadores de movilidad, por ejemplo, el trafico por carretera en todo el mundo ha recuperado el nivel del 2019 y la aviación, a pesar de estar por debajo del nivel pre-covid, ha crecido significativamente este año”, explica Jorge León, vicepresidente de la consultora Rystad Energy. “Aunque la actividad industrial y el sector inmobiliario chino están débiles, las tendencias del transporte siguen siendo bastante positivas. Además, China ha seguido acumulando inventarios de petróleo durante meses y sus refinerías han funcionado a pleno rendimiento, con importaciones de crudo a un nivel casi récord”, nota Francisco Blanch de Bank of America.

Hay una divergencia importante de opinión entre productores y consumidores. Mientras la Agencia Internacional de la Energía a principios de este mes sugería que la demanda podría alcanzar su pico antes del año 2030, el cártel de los países exportadores de petróleo (OPEP) no cree que esto ocurra. “Es una narrativa arriesgada e impracticable pensar que los fósiles estén cerca de su final. Estos llamamientos al pico nunca se han materializado”, rebatió el cártel petrolero. De ahí que a la OPEP no le tiemble en absoluto el pulso a la hora de anunciar nuevos recortes de producción, lo que permite a sus miembros aumentar sus ingresos presupuestarios después de la pandemia.

“Los recortes voluntarios de un millón de barriles diarios de Arabia Saudí, inicialmente planeados para julio y luego extendidos hasta finales de año, han reducido la oferta de crudo mundial”, recuerda Jorge León. Un déficit de mercado estimado en 3 millones de barriles diarios. Y tampoco los países occidentales disponen de reservas para compensar este desajuste, porque los inventarios globales han caído a mínimos en 13 meses.

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