Este fenómeno lleva al ente a vaticinar que los precios, en general, subirán un 3,2% este año y un 4,3% el próximo, muy por encima del límite del 2% que las autoridades monetarias marcan para considerar domada la inflación. Vaticinios, por cierto, superiores a los que el Banco de España pronosticó en junio. 

Esto se debe "exclusivamente"a unos precios de la energía que se van a volver a disparar. ¿Las causas? Principalmente, según el Banco de España, están en el encarecimiento que ya indican los mercados de futuros, que ya se están observando tanto en el caso del gas como en el del petróleo. 

Pero hay más razones, sobre todo de cara a 2024. El 31 de diciembre de este año se acabarán las prórrogas de las medidas desplegadas por Gobierno para atenuar el impacto de la crisis energética, como las rebajas de los tributos asociados a la energía, como el IVA o el impuesto especial a la electricidad. También se acabará la limitación al precio de la bombona de butano, que sigue activa, entre otras iniciativas. 

Esto "contribuirá a que el incremento del ritmo de variación de los precios energéticos se prolongue en los primeros trimestres de 2024, hasta alcanzar tasas cercanas al 25% en la primavera", recogen las previsiones del Banco de España. 

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Con todo, este fenómeno comenzará a moderarse "en el tramo final de 2024" y la inflación asociada al consumo de energía "pasará a ser prácticamente nula" en 2025.

De vuelta a 2024, en términos de inflación, también se notará la suspensión de otras medidas como la rebaja del IVA de los alimentos y la bonificación del transporte público. Los alimentos dejarán de ser una preocupación para los precios, precisamente, a partir de 2024. 

Su inflación desacelerará "por el descenso de los costes de algunos insumos productivos, como la energía y los fertilizantes, tras los fuertes incrementos que estos registraron durante buena parte del año pasado".

"No obstante -prosigue el ente en su informe-, la magnitud de esta moderación de los precios de los alimentos tenderá a verse limitada por el impacto negativo que la materialización de condiciones meteorológicas adversas podría suponer sobre la producción de determinados bienes agrícolas en algunas áreas geográficas y también, probablemente, por la retirada de Rusia de la Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el mar Negro".

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También se espera que los precios del ocio, la restauración y el turismo emprendan la senda de la desaceleración tras repuntar este verano (en este caso por su alta demanda). 

Cabe recordar, por otro lado, que la obligación de suspender las medidas para paliar la crisis energética tendrá que ser aplicada por todos los países de la eurozona, casi todos con mayor inflación que España. Es decir, que, en materia de precios, todo pinta que 2024 será otro año duro para Europa. 

PIB

Por otro lado, los expertos del ente que dirige Pablo Hernández de Cos han decidido mantener su previsión de crecimiento de la actividad económica en el 2,3% para 2023 -dos décimas superior a la estimación del Gobierno-, si bien ha empeorado considerablemente la de 2024 y ligeramente la de 2025.

En concreto, el Banco de España cree ahora que la economía crecerá un 1,8% el año que viene, lo que supone cuatro décimas menos que la previsión que el propio banco central realizó en junio. Esta cifra es seis décimas inferior a la previsión del Ejecutivo que lidera Pedro Sánchez.

Para 2025 los expertos de la institución consideran ahora que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) será del 2%, frente al 2,1% que estimaba hace tres meses