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¿Cómo impactan las mujeres jefas en las empresas uruguayas? Estudio analiza su incidencia

Una investigación del Instituto de Economía (Iecon) investigó los efectos en las empresas de las mujeres que ocupan roles jerárquicos

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Empresarias mujeres
MUJERES EMPRENDEDORAS , EJECUTIVAS, TRABAJADORAS, OFICINA EMPRESA EMPRESAS

La importancia de que las mujeres accedan a roles de liderazgo en el mundo corporativo, es una discusión que ya está instalada en el debate económico y social, pero ¿cuáles son los efectos en las empresas de tener una mayor proporción de mujeres jefas?

Sobre este tema, un estudio elaborado por tres economistas e investigadores del Instituto de Economía (Iecon) de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (FCEA) de la Universidad de la República (Udelar), constató que en Uruguay, tener una mayor proporción de mujeres jefas, conduce a menores brechas salariales en las empresas.

La investigación, titulada “Brechas de género y el papel de las jefas”, encontró evidencia —a partir de datos administrativos por el Banco de Previsión Social (BPS), combinados entre empleadores y trabajadores durante el período 1997-2013—, acerca de los efectos en Uruguay de tener más mujeres con poder de decisión en los puestos superiores, tanto del sector público como privado.

En el estudio, los economistas Estefanía Galván, Rodrigo González Ceni y Cecilia Parada, encontraron que “la composición de género de los jefes es importante” y que tener mujeres en roles jerárquicos reduce las brechas salariales de género.

Asimismo, señalaron que esa reducción en las brechas salariales “aumenta a medida que lo hace la participación femenina, duplicándose el coeficiente cuando las jefas son al menos la mayoría del grupo con respecto a la menor participación”. En este sentido, destacaron lo “novedoso” del hallazgo para la literatura económica, el cual “se ve reforzado por el efecto diferencial en aquellas empresas en las que las jefas tienen más poder de negociación dentro del grupo de jefes”.

En lo que refiere al sector público, en el que la discriminación de género es relativamente baja, encontraron que aunque entre los trabajadores las brechas salariales de género son bastante pequeñas, tener jefas reduce significativamente la brecha salarial de género”.

Al explorar los mecanismos detrás de esos resultados, encontraron que en comparación con toda la muestra, las brechas salariales en las nuevas contrataciones son menores en el sector privado y mayores en el público. Sin embargo, tanto para el sector público como para el privado se encontraron efectos significativos de tener jefas en la reducción de las brechas salariales de género.

Por otra parte, la investigación confirmó que tener jefas mujeres aumenta la probabilidad de ser ascendidas entre un 3% y un 4%. Por lo que los resultados “sugieren que las empleadas públicas tienen más probabilidades de ser promovidas cuando trabajan para jefas, mientras que tener jefas no afecta las promociones en las empresas privadas”.

De forma adicional, el estudio encontró otra diferencia principal entre sectores para los trabajadores públicos, referido a un impacto diferencial de la interacción entre las trabajadoras y las jefas en las industrias más feminizadas.

No obstante, la investigación señaló que hay otros mecanismos que pueden impulsar diferencias en la desigualdad relacionada con los jefes más allá de los analizados.

En este sentido, pusieron como ejemplo las diferencias de género en el crecimiento de los salarios entre los trabajadores privados, los cuales “podrían estar más relacionadas con las transiciones entre empresas, que con las promociones dentro de las firmas”.

Además, manifestaron que “un patrón de transición diferencial puede estar relacionado con los patrones de trabajo y salarios después de la maternidad”, sin embargo, “poco se sabe” aún sobre el papel de los jefes de género en las transiciones de trabajadores entre empresas.

Otra de las advertencias hechas por los economistas refiere a la “política salarial masiva” que el gobierno uruguayo introdujo en 2005 a través de la negociación colectiva, sobre la cual señalan que “podrían haber tenido efectos diferenciales de género y para los cuales no se ha considerado el papel de los jefes”.

Las investigaciones futuras sobre estos temas “permitirían comprender mejor los mecanismos a través de los cuales la composición de género de los jefes afecta la brecha salarial de género e informarían sobre las políticas más adecuadas para promover la equidad de género en el mercado laboral”, manifestaron los economistas.

desaceleración

BRECHA DE GÉNERO.

La investigación manifestó que “a pesar de los avances significativos en la educación femenina y la participación en la fuerza laboral, las persistentes disparidades de género en los resultados del mercado laboral continúan siendo una gran preocupación” a nivel social. “Si bien el proceso de convergencia de género en los resultados del mercado laboral se aceleró hasta la década de 1990, desde entonces se ha desacelerado”, indicaron los economistas. “En particular, las mujeres siguen ganando menos que los hombres y están subrepresentadas en las posiciones jerárquicas de las empresas”, afirmó la investigación. “Para abordar esas disparidades, una gran cantidad de literatura se ha centrado en identificar las causas de la subrepresentación masculina en las posiciones jerárquicas y examinar la eficacia de las políticas que abordan estos problemas”, añadió el estudio.

Por ese motivo, el objetivo principal de la investigación del Iecon fue analizar la relación entre la presencia de jefas femeninas en una empresa y las brechas de género entre los empleados. Además, se analizaron las diferencias potenciales en esos efectos entre las empresas privadas y el sector público, así como también buscaron identificar los mecanismos específicos a través de los cuales se producen dichos efectos, arrojando luz sobre los factores subyacentes que contribuyen a los cambios en las brechas salariales de género.

El análisis se basó en las declaraciones de las empresas a la administración de la seguridad social, que abarcan desde el año 1997 hasta 2013, las cuales incluyen historias de pleno empleo de todos los trabajadores formales, lo que les permitió identificar a los compañeros de trabajo y a los jefes de cada empleado en cada empresa. Además, se analizó por separado la incidencia de los jefes en los sectores público y privado, ya que la fijación de salarios en estas áreas puede tener diferencias legales y prácticas.

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