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España logra un récord de exportaciones hasta junio, pero acusa la ralentización exterior

Las empresas españolas venden menos bienes al extranjero pero con mayores precios. El comercio a otros países sufre un retroceso durante el segundo trimestre

Imagen del Puerto de Vigo.
Imagen del Puerto de Vigo.ÓSCAR CORRAL
Jesús Sérvulo González

España ha aguantado hasta ahora mejor que otros grandes países europeos la etapa de intensa incertidumbre económica desencadenada por la guerra de Ucrania, la crisis energética y la inflación. La fortaleza del mercado laboral, la recuperación del turismo y la robustez del sector exterior han cimentado esa resistencia. Las empresas españolas han aprovechado la primera fase de la crisis inflacionista para ganar competitividad frente al exterior. Eso les brindó una oportunidad para avanzar en los mercados internacionales. Las ventas a otros países crecieron a un ritmo de dos dígitos durante todos los trimestres del año pasado, con aumentos de más del 20%, y en el arranque de 2023. Pero el contexto está cambiando. “Las exportaciones de bienes se ralentizan en un complejo escenario geopolítico y de control de la inflación”, explica Amec, la patronal de las empresas industriales internacionalizadas. El Club de Exportadores e Inversores “alerta de la pérdida de dinamismo del sector exterior”.

Las empresas españolas lograron vender al exterior bienes por valor de 199.951,2 millones de euros durante el primer semestre del año, lo que representa un aumento del 4,7% respecto al mismo periodo de 2022. La cifra de exportaciones supone un nuevo máximo histórico, según las cifras de la serie estadística publicados este jueves por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. El ministro Héctor Gómez ha explicado que “los datos demuestran que el sector exterior es uno de los motores de nuestra economía y que la competitividad de las empresas españolas en los mercados internacionales destaca la calidad y la innovación constante”. Gómez ha destacado que “la solidez de las empresas españolas exportadoras hace que las exportaciones sean más dinámicas que las importaciones”. Y ha añadido: “Esto ha permitido reducir el déficit comercial hasta la mitad y tener un superávit no energético en el acumulado de los primeros seis meses del año”, ha subrayado el ministro.

A pesar del récord, las cifras muestran síntomas de ralentización. Las compañías españolas empiezan a acusar la debilidad exterior. Algunos de los mercados principales para nuestro país como Alemania, Italia o Países Bajos, están estancados y sufren por la subida de los precios, el aumento de los tipos de interés y, sobre todo, por el encarecimiento de los costes energéticos, que lastra sus manufacturas y producción industrial.

Eso explica el frenazo en las exportaciones españolas durante el segundo trimestre del año, pese al nuevo máximo en las ventas al exterior que han conseguido las empresas españolas. Un examen pormenorizado a la estadística del Ministerio de Industria, construida a partir de las operaciones comerciales declaradas a Aduanas, muestran un comportamiento desigual entre el primer trimestre del año y el segundo. Mientras que las ventas a otros países crecieron un 14,6% entre enero y marzo, las exportaciones se contrajeron un 4% en el segundo trimestre del año. “Estos datos pueden ser el preludio de una importante ralentización del crecimiento económico de España. La demanda extranjera por nuestros productos se ha reducido y la demanda española de productos extranjeros también se ha reducido, incluso más”, explica el Club de Importadores e Inversores, la organización a la que pertenecen las grandes compañías españolas con negocios en el exterior.

Las cifras de exportaciones dejan motivos para apelar a la prudencia. Mientras que la cuantía de las operaciones en millones de euros creció un 4,7% durante el primer semestre, el volumen de exportaciones medidas en kilos se contrajo un 9,4%. Es decir, se vendieron menos productos, pero a mayor precio. “En volumen, las exportaciones se redujeron un 2,2% interanual, ya que sus precios aproximados por los índices de valor unitario se incrementaron un 7,1%, y las importaciones cayeron un 5,0% interanual, debido a que sus precios ascendieron un 2,2%”, explica el ministerio de Industria en el informe difundido este jueves. “Los datos reflejan en España los efectos de la contención de la inflación: el aumento de los precios había disparado el valor de las exportaciones hasta cifras récord en el primer trimestre de 2022 sobre todo en los componentes relacionados con productos energéticos”, explica el director general de Amec, Joan Tristany.

Raúl Mínguez, director servicio de estudios Cámara de Comercio de España, resta dramatismo al frenazo en las cifras de las exportaciones de bienes. “Esta ralentización era esperable y no es sorprendente”, explica. Recuerda que las cifras del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo no recogen las exportaciones de servicios, en las que el peso del turismo es muy importante. Apunta que las empresas españolas están logrando vender sus servicios en el exterior como los de reparación, logística y transporte o consultoría e ingeniería, y estos servicios están creciendo.

Además, para explicar el retroceso de las exportaciones de bienes este analista precisa que la demanda externa ha ido perdiendo dinamismo, en algunos países por motivos cíclicos, en otros por el contexto inflacionista y de la energía. Además, el endurecimiento de la política monetaria, que está logrando contener los precios, pero no asegura la capacidad de compra. “Es algo natural y esperable en una economía muy abierta como la española, donde dos tercios de sus exportaciones van a la UE, que ocurra esto si la zona se está enfriando”.

Mínguez destaca un dato de la estadística de comercio exterior difundida este jueves por el ministerio. “Tenemos un superávit comercial en productos no energéticos, que son de sectores más estables y menos volátiles, corresponden a industrias que están más cerca de la economía real, y son menos coyunturales que los energéticos”. Entre ellos cita el sector del automóvil, la industria química y farmacéutica, los bienes de equipo o la industria agroalimentaria.

Exiguo avance de la zona euro

La evolución de las exportaciones españolas en junio contrasta con la de la zona euro. “La primera estimación de las exportaciones de bienes de la zona del euro al resto del mundo en junio fue de 252.300 millones de euros, un incremento del 0,3% respecto a junio de 2022″, explica la oficina estadística europea, Eurostat, a través de un comunicado. “De enero a junio, las exportaciones de bienes de la zona del euro al resto del mundo ascendieron a 1,435 billones de euros, con un aumento de 3,2%, y las importaciones se redujeron a 1,429 billones, un descenso del 7,3%. Como resultado, la zona del euro registró un superávit de 5.300 millones de euros, frente al déficit de 151.800 millones del primer semestre del año pasado”.

El enfriamiento del sector exterior ya fue anticipado por el Instituto Nacional de Estadística en el PIB del segundo trimestre: reflejaba que las exportaciones cayeron un 4,1% en el segundo trimestre, frente a un aumento del 5,6% en el primero. Las ventas al exterior de mercancías se hundieron hasta niveles inferiores a los de 2019, lo que explicaba el retroceso del total de las exportaciones. El Banco de España también advirtió en un reciente estudio del “pulso débil” de las exportaciones de bienes.

Volviendo a los datos públicos, los sectores que tienen más peso en las exportaciones totales fueron los bienes de equipo, cuyas exportaciones representan el 18,9% del total; los productos químicos (un 18,1% del total); la alimentación, bebidas y tabaco (un 17,5%) y el sector del automóvil, con un peso del 13,9% del total y el que más ha aumentado sus ventas al exterior en el periodo con un crecimiento del 28,3% interanual. “La buena marcha de la industria y una mayor normalización en los precios son los responsables de que el sector de bienes de equipo ocupe los primeros puestos en cuanto a contribución sobre el total de las exportaciones (18,9%). Este sector y la automoción, en 2023, han tenido algo más fácil el acceso a ciertas materias primas esenciales cuyos precios, que se habían disparado, han descendido, si bien aún no se encuentran en niveles anteriores a la pandemia”, indica el director general de Amec.

El Ministerio de Industria precisa que los sectores que más contribuyeron a la mejora de las exportaciones en el semestre: automóviles y motos (2,4 puntos), productos químicos orgánicos (1,1 puntos), material de transporte por carretera (0,8 puntos) y componentes del automóvil (0,8 puntos). Por el contrario, las principales contribuciones negativas provinieron de los subsectores siguientes: petróleo y derivados (contribución de -1,2 puntos), plásticos (-0,6 puntos), hierro y acero (-0,6 puntos) y carbón y electricidad (-0,5 puntos). “Nos encontramos en fase de desaceleración, en todos los sectores excepto en el del automóvil. Debemos estar tranquilos, pero atentos, sin dejar de hacer un seguimiento a los conflictos geopolíticos, que están marcando cada vez más las relaciones comerciales”, explica Tristany.

Nuestros principales mercados están dentro de la Unión Europea, donde las compañías españolas venden el 63,3% del total de sus exportaciones. Francia, Alemania, Italia y Portugal son los principales destinos de las exportaciones. En términos de contribución a la tasa de variación anual de las ventas exteriores totales, los mercados más destacados a escala mundial fueron Alemania (1,2 puntos), Italia (1), Francia (0,9) y Panamá (0,8). En cambio, las mayores contribuciones negativas correspondieron a Gibraltar (-0,4 puntos), Países Bajos (-0,4), Argelia (-0,4) y Bélgica (-0,4), según el Ministerio de Industria y Comercio. “El aumento de las tensiones geopolíticas está llevando al endurecimiento de las barreras al comercio, que es utilizado como arma por los países. Las empresas deben estar preparadas para poder anticiparse y adaptarse a nuevos escenarios que puedan darse en el futuro”, concluye la Amec.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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