Tras el 23-J

El Constitucional y Sumar enojan a Junts en plenas negociaciones para la investidura de Sánchez

Un Constitucional 'dividido' rechaza el recurso de Puigdemont contra la orden de detención del Supremo

Sumar denuncia la "falta de ambición" del PSOE en las negociación para formar Gobierno

El PSOE busca un presidente del Congreso que tenga el visto bueno de los nacionalistas

La batalla por controlar la Mesa del Congreso, la primera prueba de la mayoría de Sánchez

El secretario general de Junts, Jordi Turull, en un acto electoral

El secretario general de Junts, Jordi Turull, en un acto electoral / MANU MITRU

Sara González

Sara González

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Carles Puigdemont fue claro y meridiano el pasado 29 de julio cuando pidió andar con pies de plomo a todos aquellos que buscan convencerlo para que Junts facilite la investidura de Pedro Sánchez. Transmitió que por la boca puede morir el pez o, en este caso, las opciones de formar Gobierno. El PSOE tomó nota de ello y se ha autorecetado discreción y cautela en cada comparecencia pública, mientras que Sumar, en su intento de proyectar que también interviene en las interlocuciones, ha pisado el callo a los posconvergentes asegurando este miércoles que las conversaciones con los independentistas "avanzan de forma positiva".

Pero, si bien hay situaciones evitables como lo que uno dice o deja de decir, hay otras que se escapan del control político, como la intervención del poder judicial en un momento de alto voltaje a tan solo una semana de la votación de la nueva presidencia del Congreso. Da cuenta de ello la insólita decisión del Tribunal Constitucional de aprovechar su mayoría conservadora en pleno verano -al completo tiene mayoría progresista- para rechazar los recursos de amparo de Puigdemont y Toni Comín contra la orden de detención dictada por el Supremo por los delitos de malversación agravada y desobediencia. Ante la titánica cuadratura del círculo que el PSOE tiene por delante, cualquier decisión vestida de toga es una bomba de relojería.

Un cóctel, el del partido de Yolanda Díaz y el de este nuevo episodio de la causa del 'procés', que ha caído como una jarra de agua fría en Junts, que no han dudado en echar el freno a cualquier atisbo de optimismo sobre el transcurso de las negociaciones. "Primera noticia", ha respondido con ironía el secretario general del partido, Jordi Turull, en las redes sociales como reacción a la entrevista en la SER en la que el portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, ha trasmitido que las negociaciones progresaban. Una manera de enfriar las expectativas de los principales socios del PSOE, a quienes Junts critican porque consideran que se arrogan un peso en la interlocución que, en realidad, no tienen.

Fuentes del partido aseguran que van a ser disciplinados en no pronunciarse públicamente sobre las negociaciones hasta que haya novedades que se puedan explicar, pero que el contexto es "suficientemente serio y trascendente" como para romper el silencio ante "especulaciones" o afirmaciones que no se correspondan con la situación. En los Comuns no ha faltado quien ha advertido a la cúpula de Sumar que podía ser una imprudencia dar cualquier detalle sobre cómo transcurre el diálogo con los independentistas, una misión que se le encargó específicamente al exportavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Jaume Asens.

La decisión del TC de ni tan solo admitir a trámite los recursos de Puigdemont y Comín para que el pleno valorara su contenido cuando estuviera al completo ha acabado dando la puntilla. Turull no ha dudado en pronunciarse de nuevo para lamentar que la "estrategia de Estado contra el independentismo" no descansa ni tan solo en vacaciones. "Todo en orden", ha ironizado. Y el abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, también ha cargado contra la celeridad del tribunal en este caso teniendo en cuenta que presentaron el recurso el 31 de julio. "Ni un 'juicio rápido' es tan rápido", ha dejado caer.

Pero la más contundente, sin duda, ha sido la presidenta del partido, Laura Borràs, que ha señalado a los tribunales por haber actuado durante la campaña electoral y ahora "pensando en la investidura" de Sánchez. "No fallan, resuelven en tiempo récord, en agosto... En el Estado español no hay separación de poderes; de hecho, algunos intentan que haya sincronización de poderes", ha espetado. Por ahora, Puigdemont no se ha pronunciado directamente sobre la acción del TC, aunque sí que ha acusado vía Twitter a las autoridades españolas de "perseguir a quienes organizan referéndums" en vez de preguntar cuándo hay una discusión política, además de defender que "hay una clara mayoría a favor de la república" en España que, en el caso de Catalunya, "es colosal".

Una negociación "larga" y frágil

En conjunto, una evidencia del torpedo a la linia de flotación de las negociaciones que puede suponer cualquier decisión judicial, que puede ser la chispa que dé al traste con los posibles avances. Y es que los independentistas, y muy especialmente Junts, son conscientes de que deberán explicar muy bien un eventual acuerdo con el PSOE, por lo que elementos externos como estos pueden acabar dinamitando todo.

La interlocución, avisan actores implicados en el diálogo entre partidos, será "larga" y tendrán el próximo 17 de agosto una prueba de fuego con la mayoría progresista que pretenden lograr los socialistas en la Mesa del Congreso, además de afianzar una presidencia que, a la fuerza, deberá tener el visto bueno de las fuerzas soberanistas. Queda una semana y el mensaje de Junts es que jornadas como las de hoy no reman a favor del acuerdo.

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