En la Barceloneta y Sant Miquel

Las acampadas en la playa de Barcelona crecen con la llegada de trotamundos

A los subsaharianos instalados hace meses se les suman ahora nómadas estivales que pernoctan en el litoral

Una acampada de migrantes malvive en las playas de Barcelona

El 'top manta' vuelve con fuerza al centro de Barcelona

Aspecto de la playa de la Barceloneta a primera hora de la mañana, hace unos días.

Aspecto de la playa de la Barceloneta a primera hora de la mañana, hace unos días. / EP

Patricia Castán

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El asfixiante verano que está viviendo Barcelona no ha impedido que la playa de la Barceloneta se consolide como hogar del colectivo migrante que lleva un año instalado en tiendas de campaña y que se le unan, a pocos metros, otros grupos dispares de trotamundos y nómadas estivales que eventualmente también duermen sobre la arena. Como consecuencia el concurrido tramo ofrece una imagen chocante para los primeros bañistas del día, que a menudo se encuentran a unos y otros durmiendo a pierna suelta, impasibles a la ola de calor, o bien recién levantados, pese a no estar permitido.

El pasado diciembre este diario relataba la difícil situación del grupo de migrantes subsahariano que había hecho de la arena de la playa su domicilio. El colectivo variaba en volumen a diario, pero tenía al menos una decena de residentes habituales, que en algunos momentos eran muchos más. El ayuntamiento ya explicó entonces que la mayoría no querían recibir ayuda social ni abandonar la zona.

Distintos perfiles

Ahora, este campamento, integrado sobre todo por senegaleses y gambianos que malviven de algún eventual trabajo, venta ambulante o donativos, ha crecido. Han llegado algunos más; pero muy cerca vienen y van distintos viajeros 'low cost' europeos, dispuestos a la pernoctación gratis en tiendas de campaña y sacos de dormir. Estos últimos también lo hacen puntualmente en los pórticos bajo el paseo Marítim, en el Bogatell. En otras ocasiones, se trata simplemente de turistas jóvenes que tras unas copas de más o una noche de botellón se quedan dormidos a la intemperie.

Sus historias no tienen nada que ver entre sí, más allá del alojamiento que les brinda la playa.

Algunas de las personas instaladas en la playa o que pernoctan eventualmente en la Barceloneta.

Algunas de las personas instaladas en la playa o que pernoctan eventualmente en la Barceloneta. / EP

Una vecina, T. M., que lleva unos meses residiendo cerca, ha enviado estos días unas fotos a la sección Entre Todos de EL PERIÓDICO, y expresa estupor por la supuesta permisividad municipal que detecta al respecto. No entra en los casos particulares, sino en los efectos colaterales, como un reguero de botellas y latas sin tirar a la papelera, que ofrecen una imagen poco envidiable del litoral de la ciudad, mantiene. "Esta mañana hay unas 30 tiendas con gente durmiendo y plásticos por todas partes", relataba. "No es algo agradable", opinaba, cuestionando "¿Es legal aquí montar una tienda y dormir en la playa? Está llena de basura también", apuntaba, entre la Barceloneta y Sant Miquel.

Los vecinos del barrio marinero llevan meses pidiendo soluciones reales, tanto desde el flanco social para los migrantes más vulnerables, como desde el ámbito de la seguridad ciudadana por el grupúsculo que presuntamente vende drogas en la plaza del Mar, donde protagonizan algunas peleas, y que ha sido ya objeto de algunas redadas, tanto de la Guardia Urbana como de Mossos y de Policía Nacional por temas de la ley de extranjería. Pero hace unos días tuvieron ocasión de mostrar la escena al alcalde Jaume Collboni, que acudió a visitar el barrio.

La Associació de Veïns de la Barceloneta le reclamó soluciones ante una situación ya enquistada. Sobre todo por el grupo que vinculan a actividades delictivas, y a las peleas que algunos han protagonizado en la plaza, relatan a este diario. Y por la degradación que vive el entorno de la antigua Clínica Barceloneta, dicen.

Vulnerabilidad y recursos

El Ayuntamiento de Barcelona explica que sus servicios sociales ·"están trabajando con un grupo aproximado de unas 12 personas vulnerables que acostumbran a pernoctar en la zona". Este colectivo ha "establecido vínculos con el servicio de atención social a personas sin techo en el espacio público". Al resto se les ha ofrecido "atención diversas veces, pero no han querido vincularse".

En este tipo de casos la Guardia Urbana "recuerda a todas las personas que pernoctan en la playa que no está permitido". En el caso de detectar una situación de vulnerabilidad, se les ofrece "información de la red de servicios y equipamientos sociales más adecuados para su situación". Algo que muchos declinan.

El consistorio es consciente de que en verano "se observan otras dinámicas vinculadas a esta situación, como la pernocta de turistas u otras personas que duermen en la zona durante el resto del año pero que durante el verano se trasladan a la playa", pese a estar prohibido.

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