¿Cómo es que un con alto valor histórico y arqueológico y que pesa casi media tonelada pudo salir del país sin que nadie se diera cuenta y sin dejar rastros? Aunque hay diferentes respuestas, la mejor explicación que le han dado los especialistas es por la falta de regulación del patrimonio en la que vivió México por décadas, situación que cambió el 6 de mayo de 1972, con la entrada en vigor de la Ley Federal Sobre Monumentos Arqueológicos, Históricos y Artísticos.

Hasta esa fecha, el saqueo de bienes arqueológicos y patrimoniales era una constante en México, sobre todo en zonas arqueológicas poco exploradas y ricas en piezas y vestigios.

Uno de los casos más emblemáticos de saqueo de patrimonio mexicano lo protagonizó el Monumento 9 de Chalcatzingo, también conocido como “Monstruo de la Tierra” o “Portal del Inframundo”, pieza que, hasta mayo pasado, se encontraba en manos de coleccionistas privados en Estados Unidos y que fue repatriado a México por acciones legales de ambos países.

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La historia del “Monstruo de la Tierra” se remonta a la propia zona arqueológica de donde proviene: Chalcatzingo, ubicada en Morelos y que tuvo su época de apogeo durante el período Preclásico Medio y Tardío de la cronología mesoamericana. El sitio, según investigaciones del arqueólogo estadounidense, recién fallecido, Dave Grove, fue singular debido a las figuras de bajorrelieve que ahí se encontraban.

Grove fue un personaje fundamental en la historia de esta pieza, ya que de 1972 a 1974 llevó a cabo el primer proyecto de larga duración en la zona arqueológica de Chalcatzingo. A raíz de esta investigación, el arqueólogo da cuenta que el “Portal del Inframundo” apareció publicado en la revista American Antiquity, en 1968. En ese momento, el monumento era parte de la exposición de historia del Munson Williams Proctor Museum, en Utica, Nueva York, según describe Grove en un par de investigaciones.

En otro texto de su autoría, de 1974, Grove apunta lo siguiente: “El Monumento 9 fue saqueado de Chalcatzingo y actualmente se encuentra en la colección de un instituto de arte de Nueva York. Si bien denunciamos su robo del sitio, afortunadamente hemos podido determinar su procedencia”. Es así que se puede afirmar que el monumento ya se encontraba en Estados Unidos desde 1968.

Otro hecho que reforzó esta afirmación la dio el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Del 30 de septiembre de 1970 al 3 de enero de 1971, el Monumento 9 formó parte de la exposición Before Cortes. Sculpture of Middle America. La información se puede comprobar en el catálogo de la muestra, que incluye al monolito como una pieza destacada del apartado de arte olmeca.

La ficha de la exposición nombró al Monumento 9 como “Máscara Colosal Jaguar”, colocó la fecha de su creación entre el 800 y 1000 d.C. y ubicó su procedencia en Morelos. Además, mencionó al Munson Williams Proctor Museum de Útica como dueño de la pieza.

Posterior a su paso por el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, en 1972, la pieza desapareció del radar de los investigadores, esto de acuerdo con un artículo publicado por la revista Tlacuache del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), texto derivado de la repatriación del Monumento 9.

“Después de recorrer diversas exposiciones (de las cuales no tenemos datos), regresó en 1992 a la exhibición del Munson Williams, de ahí dejó de estar en exhibiciones y no se supo de su paradero”, señala el artículo.

El Monumento 9 de Chalcatzingo a su llegada al Museo Regional de los Pueblos de Morelos, en Cuernavaca. Foto: INAH
El Monumento 9 de Chalcatzingo a su llegada al Museo Regional de los Pueblos de Morelos, en Cuernavaca. Foto: INAH

El robo

¿Cómo salió la pieza del país? ¿Quién se la vendió al Munson Williams Proctor Museum? ¿O fue esta institución quien la adquirió en primer lugar? Muchas interrogantes siguen en el aire, sin embargo, algunas explicaciones han comenzado a surgir.

La recuperación de la pieza se dio gracias a los esfuerzos del arqueólogo Mario Córdova del INAH, quien en 2003 comenzó un proyecto arqueológico en Chalcatzingo. Después de registrar la zona y documentar que el Monumento 9 se encontraba fuera del país, el arqueólogo tocó diferentes puertas, entre ellas la de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

“Personal de la SRE dan los primeros pasos para la indagatoria de la situación jurídica del Monumento 9, realizando sus propias investigaciones con las instituciones e investigadores que habían tenido el privilegio de conocer el monumento”, expresó Córdova en entrevista.

La historia de la salida del monolito tiene versiones encontradas. Córdova explicó que su robo pudo darse diez años antes de lo pensado, en 1958, de acuerdo con entrevistas a personas mayores de la zona realizadas en las averiguaciones.

“Creemos que la pieza fue arrastrada en tres pedazos, estamos hablando de más de media tonelada, lo más seguro es que fuera llevada en camioneta hasta Estados Unidos, no sabemos si hubo sobornos o si se dio dinero; se dice que alguien la vendió, pero no estamos seguros”, afirmó el arqueólogo.

Mario Córdova explicó que lo más probable es que fuese un grupo especializado en el robo de patrimonio quien sustrajo la pieza. “Sabemos que por esas fechas (1958) había un historiador del arte rondando, dos alemanes que estaban revisando la zona, hasta ahora no sabemos quiénes son. No sabemos en qué año exactamente llegó a Estados Unidos o sí paró en otro país; supimos de ella hasta su aparición en el Met de Nueva York gracias a Grove”, expresó.

La recuperación

La repatriación de la pieza fue posible gracias a las acciones de la Fiscalía de Nueva York.

“La pieza había sido ubicada desde hace años en Denver, Colorado; sólo se llevaron a cabo peticiones diplomáticas, nosotros, por primera vez, interpusimos denuncias penales en junio de 2022”, explicó Jorge Islas, cónsul de México en Nueva York.

Se le preguntó al cónsul sobre la familia que poseía la pieza antes de su recuperación, pero respondió que es información no disponible. “No, eso no te lo puedo decir, sólo te digo que estaba en manos de una familia muy poderosa de Estados Unidos; hubo un arreglo entre la familia y la fiscalía, hasta ahí quedó, cada quien su taza y vámonos para su casa”, afirmó Islas.

Al momento de la repatriación de la pieza, diarios locales reportaron los hechos. Uno de ellos, The Denver Post, reportó que Jorge Islas y el asesor legal principal de la Oficina de Relaciones Exteriores de México, Alejandro Celorio, dieron la cifra del valor de la pieza, valuada en 12 millones de dolares.

Actualmente, el “Monstruo de la Tierra” se exhibe en el Museo Regional de los Pueblos de Morelos, en Cuernavaca.

El catálogo de la muestra Before Cortes, expuesta en el Museo Metropolitano de Nueva York en 1970, que incluyó al “Monstruo de la Tierra”. Foto: Museo Metropolitano de Nueva York
El catálogo de la muestra Before Cortes, expuesta en el Museo Metropolitano de Nueva York en 1970, que incluyó al “Monstruo de la Tierra”. Foto: Museo Metropolitano de Nueva York

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