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El mensaje para el próximo Gobierno del fondo europeo de rescate: que la economía española “siga así”

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, y Kristalina Gueorguieva, gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Daniel Yebra

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El último informe del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE o ESM, por sus siglas en inglés) lanza un claro mensaje para el Gobierno que salga de las urnas el próximo 23 de julio: que la economía española “siga así”. Este organismo, creado por el Consejo Europeo en 2011 para vehicular los rescates durante la crisis de deuda (y cuyos 'auditores' fueron conocidos como los “hombres de negro”), señala que no observa “riesgos” para nuestro país a corto plazo. También destaca que el crecimiento será mayor frente a la media de la eurozona en 2023 y que la inflación bajará.

Este MEDE fue el fondo europeo intergubernamental que desde 2012 financió los rescates de España y Chipre, y la segunda fase del de Grecia. Antes, en 2010, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF, por sus siglas en inglés) intervino en Irdanta, Portugal y también en el país heleno. En total, prestó cerca de 300.000 millones y condenó a una década de políticas de austeridad a estos estados que recibieron el dinero tras ser asediados en los mercados financieros.

Actualmente, relegado a un segundo plano como mecanismo de financiación, sobre todo tras los programas de compras de deuda del Banco Central Europeo (BCE) y la creación del TPI en 2022 (Instrumento para la Protección de la Transmisión de la política monetaria), sigue realizando un informe anual sobre estas cinco economías.

El de 2022 lo publicó este jueves, coincidiendo con la última subida de los tipos de interés oficiales del BCE, hasta el 4%, un máximo de 2008, con el objetivo de encarecer la financiación y ahogar la actividad (el consumo de las familias, o la capacidad de invertir y gastar de empresas y Administraciones) de la eurozona para luchar contra la inflación.

En el informe, el MEDE admite que la situación actual de España es muy diferente a la de 2012. “Se prevé que [el PIB] crezca a un ritmo notablemente más lento que en 2022, pero por encima de la media de la UE en un contexto de desaceleración global”, recalca. “Está previsto que la inflación disminuya gradualmente en 2023”, continúa.

En el plano de las finanzas públicas, el informe reconoce que han mejorado “gradualmente”, pero advierte que “la deuda pública se mantiene elevada”. Eso sí, se detiene en que “el Gobierno ha avanzado en la implementación de la agenda de reformas asociada con los fondos 'Next Generation EU' [el Plan de Recuperación]” y en que, además, “se ha llegado a un acuerdo sobre la reforma del sistema de pensiones, aumentando los ingresos para el sistema de seguridad social”.

“Mantener este impulso es crucial para impulsar el crecimiento y fortalecer la posición fiscal”, concluye el MEDE. El fondo de los 'hombres negro' resalta también que “España mantuvo un acceso favorable al mercado”, pese a las subidas de los tipos de interés.

“El vencimiento medio de la deuda española sigue siendo relativamente largo, en torno a los ocho años, lo que limita su sensibilidad a los movimientos de los tipos de interés del mercado”, comenta. Y añade: “El Tesoro español puede hacer frente a los pagos de su deuda, incluidos los pagos del préstamo al MEDE”.



A medio y largo plazo, “pueden surgir desafíos para la sostenibilidad de la deuda pública y su capacidad de pago debido al alto nivel de deuda, el gasto público relacionado con el envejecimiento de la población y la baja productividad”, finaliza.

Fuente del Gobierno admiten que uno de los grandes objetivos del último año ha sido que nadie pueda vincular a España con Italia si se eleva la tensión en los mercados financieros. Sobre todo, tras el agresivo ciclo de subidas de los tipos del BCE para luchar contra la inflación, que encarece directamente la factura de intereses a la que hacen frente los países cada año.



En definitiva, es crucial evitar que los desequilibrios de Italia arrastren a España a tener dificultades para financiarse, en un momento en el que las necesidades de cubrir el gasto público que no alcanzan los ingresos (el déficit) siguen siendo muy elevadas. Porque de llegar esas dificultades, irían acompañadas de recortes precisamente en el gasto y los servicios públicos (pensiones, sanidad...). Como ocurrió en la crisis de deuda de hace una década; y aunque las nuevas reglas fiscales que se están debatiendo en la Unión Europea (UE) sean más flexibles que las de entonces.

“La Comisión Europea anticipa que en 2024 España entrará en el grupo de países (del que forman parte también Alemania, Francia y Portugal) que no presenten desequilibrios macroeconómicos, por primera vez desde 2012”, presumían el pasado 24 de mayo desde el Ministerio de Asuntos Económicos de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.

El endeudamiento es el primer indicador que se observa para medir la sostenibilidad financiera de un país. Depende tanto del numerador (la deuda) como del denominador (el PIB). Por eso, aunque la deuda pública total sigue aumentando, el endeudamiento disminuye por el crecimiento económico.

“La responsabilidad fiscal del Gobierno y las previsiones de crecimiento de la economía española garantizan la sostenibilidad de las cuentas públicas en los próximos años. El Programa de Estabilidad [aprobado ya por la Comisión Europea] recoge el adelanto a 2024 de la reducción del déficit al 3% del PIB y la deuda por debajo del 110% del PIB”, recuerda el Ministerio de Asuntos Económicos.

El órgano ejecutivo de la UE incluso sitúa la tasa de España por debajo de la de Francia en 2024 [109,1% frente al 109,5%, respectivamente]. El endeudamiento de España no caía por debajo del de nuestros vecinos desde 2012.

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