El Gobierno italiano intenta siempre conseguir cargos europeos de relevancia para sus nacionales y aprovecha el calendario electoral español para intentar otro: la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Es un puesto al que teóricamente podría optar la vicepresidenta primera, Nadia Calviño al ser un puesto de interés estratégico para España, dado que el BEI es el principal prestamista del país, y que nunca ha sido ocupado por un español.
Sin embargo, el adelantamiento de las elecciones y la decisión de Pedro Sánchez de colocar a Calviño como una de las figuras de la campaña la aleja de optar al cargo en estas semanas. Sin embargo, el Gobierno italiano defiende «la candidatura sólida y de alto nivel» de Daniele Franco. Se trata del ministro de Economía del Gobierno de Mario Draghi que ha perdido esta cartera tras el acceso al poder de Giorgia Meloni.
Ésta sin embargo, ve con buenos ojos que un italiano ocupe la presidencia del BEI, gran prestamista de Italia también, y el único que tiene posibilidades es Franco. El ministro de Economía de Italia, Giancarlo Georgetti, ha oficializado ya su candidatura y prevé defenderla este jueves en la reunión del consejo de gobernadores del BEI. Esta institución con sede en Luxemburgo ha abierto ya el plazo de candidaturas, como publicó este diario el pasado 17 de mayo. Calviño mantuvo silencio entonces, pero dos semanas después el presidente del Gobierno anunció el adelantamiento de las elecciones. En las quinielas se ha ido apartando otra potencial candidata, la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, que con asuntos muy relevantes sobre la mesa como su decisión de este miércoles contra Google, parece inclinarse por agotar el mandato hasta la segunda mitad de 2024.
El próximo presidente del BEI deberá tomar posesión el 1 de enero de 2024 en sustitución del alemán Werner Hoyer, pero las candidaturas deben presentarse ya por el largo proceso de selección y negociación que requiere este banco que es gran emisor en los mercados financieros.
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