Ejercicio Air Defender 23

La OTAN activa las mayores maniobras aéreas de su historia para avisar a Rusia

MULTIMEDIA | Air Defender 23: el catálogo de aviones que participan en las maniobras de la OTAN

MULTIMEDIA | Así se entrena un piloto de combate de la OTAN

Un soldado del Grupo de Protección Aérea del Ejército Alemán ante un Airbus A400M decorado para la inauguración de las maniobras Air Defender. Foto Bundeswehr Jane Schmidt

Un soldado del Grupo de Protección Aérea del Ejército Alemán ante un Airbus A400M decorado para la inauguración de las maniobras Air Defender. Foto Bundeswehr Jane Schmidt / Bundeswehr / Jane Schmidt

Juan José Fernández

Juan José Fernández

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La amenaza de Rusia sobre un país del este de Europa miembro de la OTAN termina convirtiéndose en realidad y se materializa en una invasión. El país atacado activa el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte. A partir de ese momento, la velocidad de reacción es crucial.

Este es el planteamiento de partida de las maniobras Air Defender 23, el mayor ejercicio aéreo de la OTAN en su historia. A partir de este lunes la Alianza pondrá en vuelo 220 aeronaves militares de 25 banderas, sin contar los drones Predator cuya utilización también se prevé a lo largo de ficticias misiones de guerra.

Air Defender durará hasta el 23 de junio. Serán 11 días de de mensaje de disuasión a Rusia, cuyo estruendoso envío puede coincidir con el desarrollo de la esperada contraofensiva ucraniana. Hay otros elementos en el marco temporal de estas maniobras: una enorme presa ucraniana, Nova Kajovka, destruida precisamente por falta de defensa aérea y un anuncio del Kremlin -otro- de que desplegará armas nucleares en Bielorrusia dentro de un mes.

Eurofighters del Escuadrón 74 de la Luftwaffe sobrevuelan el lago bávaro Chiemse, el 2 de marzo de 2022.

Eurofighters del Escuadrón 74 de la Luftwaffe sobrevuelan el lago bávaro Chiemse, el 2 de marzo de 2022. / Bundeswehr - Christian Timmig

Estados Unidos, a través de su Guardia Nacional, aporta 100 de las 220 aeronaves implicadas. Alemania activa 16 cazas Tornado y 30 cazas Eurofighter, lo más potente de su arsenal aéreo. Estados Unidos llevará los sigilosos F35, el caza más avanzado del mundo. Tres F-16 pone Turquía, cuatro Eurofighter el Reino Unido y cuatro F-18 Finlandia. España aporta tres cazas Eurofighter del ala más moderna y operativa del Ejército del Aire.

Los números

Tres cifras resumen Air Defender 23: las 220 aeronaves, los 25 países participantes y un total de 10.000 militares movilizados.

Ese número de soldados supone el mayor despliegue de aviadores en un ejercicio OTAN. No todos son tripulación, claro: parte de ese despliegue, la de los equipos de seguridad de las bases, por ejemplo, ya lleva dos semanas activado. El resto son técnicos de las torres de control, radares y comunicaciones y soldados de apoyo en las bases para aprovisionamiento y mecánica.

Y no todos los pilotos son de países de la Alianza. Está invitado Japón, que aporta observadores y su más moderno avión de carga, el Kawasaky C-2. Y participa Suecia, cuya entrada en la OTAN aún se tramita, pero que pondrá en el aire sus cazas Jas 39 Gripen de diseño y fabricación enteramente escandinavos.

Los cazas serán la estrella del ejercicio. Además de los Eurofighter y el avión de la Saab sueca, están alistados los americanos F-15, F-16, F-18 Hornet, Tornado y el ya citado F35.

Estos aviones desarrollarán maniobras propias, mayoritariamente, de la guerra en el aire. Para el ataque al suelo hay un invitado probado con letal dramatismo en Irak: el A10 Thuderbolt, al que la prensa americana apodó "matatanques" durante la guerra del Golfo. Los blindados que destruyó, por cierto, eran de origen soviético. Estados Unidos desplegará 18 unidades en dos bases alemanas.

Avión antitanque A10 Thunderbolt, diseñado en Estados Unidos para el ataque a columnas de blindados.

Avión antitanque A10 Thunderbolt, diseñado en Estados Unidos para el ataque a columnas de blindados. / US Air Force

A toda la maniobra darán servicio los gigantes de la carga militar aérea -el Airbus A400M, el Hércules C130J, el español -de diseño- C295M, el japonés Kawasaki C-2 y un italiano Alenia C27J Spartan- y del repostaje en vuelo, como el KC 135 Stratotanker.

Defensa y ataque

Hay en el planteamiento de Air Defender 23 "una renovación de los conceptos de combate aéreo combinado", explica una fuente militar española.

Los cazas participantes, aunque no sean de la V generación a la que pertenece el F35, han de adaptarse a una demanda polivalente: no serán activados solo para enfrentarse "cuerpo a cuerpo" o a distancia --donde no alcanza la vista-- contra otros cazas, sino también para dar "cobertura aérea cercana" a tropas que la OTAN desplegaría sobre el terreno.

La misión general es, primero, probarse y probar la coordinación entre sistemas distintos y, en segundo lugar, enviar un mensaje de decisión a Rusia; pero es en un tercer nivel donde está el objetivo específico con el que se edifica ese mensaje: consecución de la supremacía aérea en el escenario.

Eso exige a los cazas acciones de denegación del espacio aéreo al supuesto enemigo, misiones de bombardeo para eliminar las defensas aéreas del contrario, patrullas de vigilancia, la obtención de inteligencia desde el aire y, claro, la "interdicción" o combate contra otros cazas.

Corazón de Europa

El listado de países que aportan fuerzas a este ensayo de guerra aérea está integrado por Alemania, Estados Unidos, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Chequia, Dinamarca, España, Estonia, Finlandia, Francia, Hungría, Grecia, Italia, Japón, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Noruega, Polonia, Rumanía, Suecia, Eslovenia, Reino Unido y Turquía. La lista abarca pues a aliados no siempre firmemente alineados con Washington.

La participación alemana en el despliegue humano y técnico de estos ejercicios es la más relevante de Europa. Al fin y al cabo las maniobras van a desarrollarse sobre su espacio aéreo.

Pero no será así porque el mando aéreo de la Alianza Atlántica se plantee en el juego de guerra que fuera Alemania el país invadido, sino porque las bases aéreas alemanas forman en conjunto la gran base aérea OTAN en Europa, en el centro del continente y prácticamente equidistante de las dos áreas que sí se plantean como objetivos de un supuesto ataque ruso: las tres repúblicas bálticas y Rumanía.

Impacto civil

Hay una derivada civil no menor de Air defender 23: supondrá restricciones de vuelo a aviones comerciales en pleno corazón de Europa, a las que las autoridades alemanas han restado importancia.

No solo el espacio aéreo alemán está comprometido, pues hay vuelos previstos a y desde Rumanía y Estonia, y despegues y aterrizajes también desde la base Caslav (Chequia) y Volkel (Países Bajos) y una extensión de operaciones al espacio aéreo de Polonia.

En Alemania, las bases más afectadas son las de Jagel/Hohn (en Schleswig-Holstein), Wunstorf (en Baja Sajonia), Lechfeld (en Baviera) y Spangdahlem (Renania-Palatinado).

En la página web de Bundeswehr, el Ministerio de Defensa alemán anuncia desde hace tres semanas que "se están optimizando los procesos y procedimientos para minimizar en la medida de lo posible los efectos sobre el tráfico aéreo civil". Pero esa minimización no podrá ser notable en el eje que va desde el Báltico a la altura de Tallín hasta Berlín, pasando por Brandeburgo.

En algunos ejercicios dentro de las maniobras, en el Báltico por ejemplo, se prevén simulaciones de combates por debajo de la franja de los 3.000 metros de altura. Habrá no pocos momentos de estas maniobras en que 100 aviones militares estarán volando a la vez.

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