En Barcelona

Absuelta una madre que se enfrentaba a la cárcel por no entregar a tiempo los hijos al padre

Una madre se enfrenta a cinco años de prisión por no entregar a tiempo a sus hijos al padre

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Silvia Aquiles, en la puerta de la Ciutat de la Justicia

Silvia Aquiles, en la puerta de la Ciutat de la Justicia / MANU MITRU

J. G. Albalat

J. G. Albalat

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El juez de Barcelona Tomas Salas ha absuelto a Silvia Aquiles, una madre acusada de sustracción de menores por no haber entregado a tiempo a sus dos hijos de 7 y 5 años a su exmarido, después de que la justicia le retirara la custodia tras aplicársele el falso síndrome de alienación parental (SAP). La fiscalía le reclamaba dos años de cárcel y la acusación particular, ejercida por su expareja, cinco años de reclusión por un delito de sustracción de menores.

La sentencia argumenta que no está acreditado que la mujer "tuviera intención de privar de forma indefinida y definitiva" al padre de la custodia de los menores, por lo que acuerda su absolución, no sin antes expresar su "tristeza" por lo que han sufrido los dos menores, algo a lo que invita a "reflexionar" tanto a los progenitores como a sus asesores. "Siendo miles los juicios orales a espaldas de este juzgador, en pocas ocasiones ha alcanzado la sensación de tristeza y desazón vividas en el desarrollo del presente, especialmente de proyectarse lo vivido y oído" en el juicio "a la trayectoria vital de los menores", sostiene el magistrado. Y agrega sin paliativos: "Respetuosamente, se estima que los progenitores y sus asesores deberían reflexionar".

La historia de Silvia empieza cuando cuando denunció a la que era su expareja por presuntamente haber abusado sexualmente del niño, que ahora tiene cinco años, y de la niña, de 7 años, cuando todavía estaban juntos. El caso fue archivado por falta de pruebas, aunque, a partir de entonces, todo se le giró en contra. Un juzgado de familia acordó el 17 de febrero de 2020 separar a los dos hermanos, al entender que la mujer impedía mediante "excusas" y "acciones judiciales" contra el padre que los niños recuperaran el vínculo con el progenitor, transmitiendo a los pequeños mensajes negativos hacia él, como los relativos a los supuestos abusos sexuales.

Proceso "laberíntico"

La magistrada retiró la patria y potestad de la niña a Silvia y al padre y la derivó a un centro tutelado porque la menor no quería vivir con el progenitor. El niño debería ir a vivir con su padre. La mujer entregó a los niños 15 días después de que la juez lo decidiera porque, según explicó ella en el juicio, su abogada estaba de baja y ella se había ido fuera porque no se encontraba bien. Por lo tanto, no se enteró de la resolución judicial hasta un día antes de que llevara a los menores al juzgado.

La sentencia remarca que los hechos sucedieron en un "contexto procesal ciertamente laberíntico", con procedimientos civiles, denuncias interpuestas y cambios de dirección, a lo que se sumaron las bajas médicas de la acusada y su letrada. Para el magistrado, la actuación de Silvia es "compatible" con que intentara "apurar todas las posibilidades jurídico-técnicas y legales de oposición a la entrega de los menores" o tratar de que la resolución judicial "directa o indirectamente, fuera revocada".