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La compra de casas nuevas cayó 25,4% en el primer trimestre, según cifras de Camacol. Inmuebles de segunda incrementó sólo 1%
Los colombianos siempre han soñado con tener una casa propia, para así poder desarrollar su vida y todo lo que conlleva. Sin embargo, diferentes factores como la inflación, que fue de 13,3% en marzo, las tasas de interés de los créditos y los retrasos en la entrega de subsidios del programa de Gobierno ‘Mi casa ya’, han hecho que las personas prefieran comprar una vivienda usada a una completamente nueva.
Este panorama se refleja un repunte en las ventas de vivienda usadas, ya que, según cifras de la Federación Colombiana de Lonjas de Propiedad Raíz (Fedelonjas) recopiladas a través de su software MLS, contando únicamente a sus afiliados, estas van creciendo, en lo que va del año, 10%. Dicho aumento es significativo, ya que en 2022 las ventas solo subieron 1%.
Esto contrasta con lo dicho por la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) que presentó un informe en donde se evidencia el panorama de la compra de viviendas nuevas, la cual cayó 25,4%. El número de inmuebles nuevos adquiridas este año con respecto a 2022 es 199.163, lo que la pone en el rango por debajo del promedio de 200.000.
Karina Reyes, presidente de Fedelonjas, recalcó que “la dificultad de comprar vivienda nueva le está dando más oportunidades a la vivienda usada. De una parte, las familias encuentran en el mercado del usado precio más benéficos, áreas más generosas y más opciones de ubicación que, con las actuales condiciones de movilidad en las ciudades principales, se vuelve un factor crítico”. Además, resaltó que las familias cuentan con un “respiro debido a que no tiene que pagar una cuota inicial y arriendo al mismo tiempo, que es una de las dificultadas más grandes para el acceso al techo propio”.
Al respecto, el CEO de Century 21, Alberto Rodríguez Moreno, recalcó que “la vivienda usada se vuelve un refugio para el usuario porque encuentra un atractivo en precio”. Además, agregó que la compra de esto se da más entre los estratos tres y cuatro debido a todos los factores ya antes mencionados. En cambio, para los estratos cinco y seis, los usuarios prefieren invertir en una nueva.
Juan Guillermo Barrera, gerente Acierto Inmobiliario, mencionó que los mismos factores afectan a ambas viviendas, debido a las altas tasa de interés.
"La dificultad de comprar vivienda nueva le está dando más oportunidades a la vivienda usada. Hoy, el mercado está ofreciendo precios más accesibles, además de evitar a terceros"
La Federación mencionó que “hay mucha liquidez en el mercado y gente tratando de colocar en propiedad raíz, porque buscan renta y valorización, pero falta stock especialmente en bienes entre $300 millones y $700 millones”. Además, la presidenta expresó que los inversionistas buscan valores comerciales más bajos, los cuales se encuentran en las viviendas usadas, por lo que les da seguridad a la hora de realizar sus inversiones y así cuidar sus patrimonios de la alta inflación.
Hoy, por cada dos de tres viviendas usadas vendidas se impulsa la compra de una vivienda nueva. Esto quiere decir que, según la presidenta de Fedelonjas, el mercado de vivienda debe tener un revuelto de soluciones, entre los dos mercados, el nuevo y el usado para que se pueda dinamizar este sector.
La presidenta resalta la importancia de trabajar en incrementar el stock disponible de vivienda con el objetivo de reducir el déficit habitacional y bajar la presión en los arriendos. Todo esto direccionado a las viviendas usadas, ya que “estas exigen un menor presupuesto y tiempo para la adecuación y construcción, a diferencia de lo que sucede con la vivienda nueva, en especial, la vivienda de interés social (VIS)”. Esto bajo los objetivos de política pública de garantizar el acceso a vivienda y hábitat digno.
Reyes le recomendó al Gobierno Nacional que impulse el subsidio de arrendamiento, ya que para muchos hogares colombianos no les es fácil poder pagar una cuota inicial y mucho menos con una tarifa de por medio, por lo que la presidenta recalcó que, “es necesario estimular la vivienda usada como mecanismo para incrementar el stock disponible de vivienda en arrendamiento para atender la alta demanda que tenemos hoy, especialmente en los estratos uno, dos y tres”.
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