Boicot trumpista a la cerveza Bud Light por felicitar a una influencer transgénero

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La ira de los anti transgénero se propagó como el fuego en los medios y en las redes sociales de la derecha

Bud Light, cerveza de republicanos, envió a la influencer Dylan Mulvaney un paquete de latas personalizadas con su cara para celebrar que hacía un año de su transición

Bud Light, cerveza de republicanos, envió a la influencer Dylan Mulvaney un paquete de latas personalizadas con su cara para celebrar que hacía un año de su transición

LVE

Ni siquiera tomarse una cerveza es un acto inocente en Estados Unidos.

Por americana que sea la marca y tenga tantas connotaciones patrióticas como Budweiser, incluso eso de compartir una birra se ha convertido en una confrontación. Y esto no va de un envenenamiento alcohólico –el producto es light –, ni de una cogorza salvaje, ni de un coma etílico, ni de un asunto de salud.

La herencia del trumpismo ha contagiado una fiebre por prohibir la lectura de libros o por criminalizar los shows de cabaret.

Al menos 26 propuestas de ley se han presentado en lo que va del 2023 en 14 estados, cuyas legislaturas dominan los republicanos, en contra de los espectáculos de drag queens . Este es un movimiento prohibicionista que ha emergido este año como una reacción conservadora a la expansión de los derechos del colectivo LGBTQ.

Pero, como señalan los analistas, pocos acontecimientos capturan tan a la perfección la divisiva toxicidad cultural, política y social en EE.UU. como la denominada gran debacle de Bud Light.

La empresa cervecera, donante y declaradamente republicana, rectificó con un anuncio de tintes patrióticos

El seísmo tiene su punto de partida a principios de abril. Bud Light, que forma parte del conglomerado de Anheuser Busch (hoy en manos belgas), envió a la influencer transgénero Dylan Mulvaney un paquete de su producto para festejar el primer aniversario de su transición.

Mulvaney, de 26 años, tiene más de diez millones de seguidores en TikTok y su serie de vídeos Days of girlhood (días de infancia) supera los mil millones de visitas. El pasado octubre habló con el presidente Joe Biden sobre los derechos de los transgénero.

Dylan Mulvaney, en una imagen de archivo

Dylan Mulvaney, en una imagen de archivo

Roy Rochlin/Getty

Ahora dispone de otro tanto que apuntar en su historial. El paquete regalo contenía latas de esta cerveza personalizadas con ilustraciones de la cara de Mulvaney, que ella se encargó de difundir en un vídeo en su Instagram. En cuanto esto se difundió, la bomba. “Cambió de manera radical la venta de cervezas y el precio de las acciones de la noche a la mañana, literalmente, después de que el boicot conservador se extendiera de bar a bar”, describió el portal Axios.

La ira de los anti transgénero se propagó como el fuego en los medios y en las redes sociales de la derecha, indignados con lo que consideraron una traición, mientras los dirigentes republicanos trataban de apagar el incendio y proteger a uno de los grandes donantes del partido.

Hasta el martes, según la base de datos NewsWhip, se habían publicado 5.600 artículos sobre esta controversia, con más de seis millones de interacciones.

Las acciones de la empresa llegaron a caer un 5%, llevando a unas pérdidas de unos 6.000 millones de dólares.

Los artículos más compartidos fueron los publicados en los medios ultras, los principales propagadores de la virulencia viral contra una empresa reconocidamente posicionada a favor de los conservadores. En la protesta destacaron personalidades como Ben Shapiro, con 5,5 millones de seguidores en Twitter, o Kid Rock, que colgó un vídeo disparando a latas de Bud Light para pedir el boicot. El asunto propició una guerra interna. Donald Trump jr., que si algo aprendió de su padre es que no se puede morder a la mano que te da de comer, se posicionó en su Twitter en contra de atacar a la empresa cervecera. Dijo que sus colegas habían emprendido una campaña que definió de “disparar primero y apuntar después”.

Sin que sirva de precedente, muchos de los promotores del ninguneo a esta marca dispararon contra el hijo del expresidente. También atacaron al Comité Nacional Republicano del Congreso (NRCC) porque borró demasiado rápido un tuit en el que le daban las gracias a Mulvaney: “Por fin podemos admitir que Bud Light sabe a agua”.

El impacto económico hizo que Anheurser-Bush sacara un comunicado de disculpa, en el que recordaron sus 165 años de servicio, y que esta semana emitiera un nuevo anuncio. Un caballo recorre lugares icónicos del país, mientras se escucha una voz solemne. “Esta es una historia más grande que la cerveza –se afirma–, esta es una historia del espíritu americano”.

Las acciones de la empresa han subido. La próxima ronda, a costa de la casa.

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