Los combates en Sudán amenazan con liquidar la soñada transición

Erupción repentina de una batalla

El riesgo de guerra civil aumenta tras tres días de intensos combates

Los combates en Sudán amenazan con liquidar la soñada transición
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Los combates en Sudán amenazan con liquidar la soñada transición

AFP

El pasado sábado, a las nueve de la mañana, Katharina von Schroeder y su hijo de ocho años se dirigieron como cada semana a su escuela de Jartum, capital de Sudán, para asistir a clases infantiles de tenis. Minutos después, les atrapó la guerra. “La escuela estaba vacía porque era fin de semana –explica por teléfono–, y al llegar oímos el sonido de las explosiones y los disparos y nos refugiamos en el colegio”.

Desde entonces, Von Schroeder y su hijo, ambos de nacionalidad alemana, además de diez niños más con sus padres, están atrapados en una escuela de la capital, Jartum, que acoge desde hace tres días graves enfrentamientos entre el ejército de Sudán y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).

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- / AFP
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La erupción repentina de la batalla en Jartum, que ha dejado a cientos de personas aisladas en oficinas o escuelas, se cuela a través del teléfono de Von Schroeder: mientras habla se oye el sonido incesante de varias detonaciones.

“Es nuestro tercer día en la escuela, dormimos sobre colchones en el gimnasio. Estamos exhaustos. Ayer y anteayer la batalla fue muy dura, se oyeron fuertes bombardeos cerca y corrimos hasta el sótano para protegernos”, explica.

Desde su refugio escolar, Von Schroeder, que trabaja en Sudán como directora de incidencia, comunicación y campañas de Save the Children, denuncia el terrible impacto humanitario que tendrá la violencia. Además de las víctimas de estos tres días –casi 185 civiles y 45 soldados muertos y 1.800 heridos, según el Comité Central de Médicos sudanés­–, los combates se producen cuando Sudán se enfrenta a la peor crisis humanitaria de su historia, con conflictos, epidemias y una degradación económica que han provocado que 15,8 millones de personas (un tercio de la población) necesiten ayuda humanitaria.

Tras la rebelión popular, que en el 2019 derrocó al dictador Al Bashir, la guerra ahoga la vía a un Sudán libre

Para muchos analistas, el estallido violento se veía venir. El conflicto que sacude Sudán es una lucha por el poder entre dos de los generales más poderosos del país: el jefe de las fuerzas armadas de Sudán, Abdel fatah al Burhan, y Mohamed Hamdan Dagalo, alias Hemedti, líder de las FAR, cuyo origen son las terribles milicias yanyauid, que perpetraron atrocidades en Darfur.

Aunque ambos estuvieron enfrentados en el pasado, su odio actual nace de un pacto reciente: los dos militares unieron fuerzas en el 2021 para llevar a cabo un golpe de Estado conjunto y acabar con la transición democrática tras una revolución milagrosa. El pueblo parecía haber logrado lo imposible: dos años antes, protestas populares masivas derrocaron al dictador Omar Al Bashir, en el poder desde 1989, y pusieron los cimientos hacia una democracia real en Sudán. Tanto Hemedti como Burhan no vieron con buenos ojos esa apertura democrática del país y se conjuraron para evitar ceder el poder ante el riesgo de perder privilegios económicos y rendir cuentas por sus abusos. No lo lograron del todo. El intento de Burhan, que tomó el mando, de nombrar un ejecutivo tecnócrata de su cuerda para dirigir al país a unas elecciones, topó con una amplia oposición popular y una crisis económica feroz y que le dejó aislado.

A military vehicle and soldiers said to be from the Sudanese armed forces are seen on a street in Khartoum, Sudan, April 15, 2023 in this picture screen grab obtained from a social media video. Bakri Jad/via REUTERS THIS IMAGE HAS BEEN SUPPLIED BY A THIRD PARTY. NO RESALES. NO ARCHIVES. MANDATORY CREDIT

Un vehículo militar con lo que parecen soldados de las fuerzas armadas sudanesas el sábado en Jartum, capital del país

BAKRI JAD / Reuters

A partir de ahí, resurgió su rivalidad. El desacuerdo entre ambos generales sobre el futuro de la transición hacia un gobierno civil, y especialmente sobre quien debe liderar las fuerzas armadas y la incorporación de los 100.000 soldados de las FAR en el ejército, hizo sonar los tambores de guerra.

Para el sudanés Mohammed Awad, director del diario Al Yarida , la violencia es por una batalla de gallos. “No es una guerra civil, es una guerra militar entre facciones. La sociedad civil está unida y es pacífica, nuestros jóvenes llevaron a la cárcel a Bashir, así que esto es un enfrentamiento entre facciones sin apoyo civil”.

“Esto no es una guerra civil, es una guerra militar entre dos facciones”, dice el periodista Awad

Aunque Awad cree que el desenlace será cuestión de “pocos días” debido a la superioridad aérea del ejército sudanés, cree que si Hemedti consigue huir a Darfur, empezará una nueva fase bélica. “Allí será muy difícil detenerlo, y creo que perderemos la región, pero además los mercenarios rusos Wagner están en República Centroafricana y Darfur y las relaciones de Hemedti con Rusia se han estrechado y son sospechosas”.

Un detalle: en la víspera del inicio de la guerra de Ucrania, Hemtedi estaba en Moscú.

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