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Por qué las empresas uruguayas eligen no cotizar en bolsa: expertos explican ventajas y desventajas

Solo siete firmas tienen presencia en la Bolsa de Valores de Montevideo. Las razones son multicausales: desde el conservadurismo del empresariado uruguayo hasta la fortaleza de las instituciones bancarias.

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Bolsa de Valores de Montevideo
Bolsa de Valores de Montevideo.
Foto: archivo El País.

Por Alejandra Pintos

Cuando una empresa uruguaya necesita capital tiene varias opciones para conseguirlo. Según su situación, puede recurrir a un préstamo bancario, hacer una ronda de inversión o presentarse a fondos y aceleradoras.

Pero hay otra alternativa, una que la mayoría de los empresarios locales no consideró o al menos opta por no explorar: la Bolsa de Valores de Montevideo (BVM), una de las primeras de la región.

Actualmente solo siete empresas uruguayas cotizan sus acciones allí: Tres Cruces (Gralado S.A.), Parque Eólico Valentines (Areaflin S.A.), Frigorífico Modelo, Isusa (Industria Sulfúrica S.A.), Cooperativa de Ahorro y Crédito Fucerep, Pamer S.A. (empresa dedicada a la fabricación de papel) y Aluminios del Uruguay. Según Ángel Urraburu, presidente de la BVM, solo las primeras cuatro han tenido actividad en los últimos 15 años. Mientras, una nueva empresa está por sumarse al listado próximamente, dijo Urraburu.

«Desde el 1930 hasta 1980 hubo un mercado muy activo de acciones de empresas locales, que poco a poco fue muriendo», explicó Juan María Terra, corredor de bolsa y director de Gletir, empresa dedicada a la gestión de activos patrimoniales. Luego agregó: «Dicho eso, sí hay empresas locales que tienen hoy el tamaño y las condiciones de organización y gobierno corporativo para emitir acciones».

Bolsa de Valores.

Empresarios locales

Los especialistas consultados coinciden en que existen varias ventajas de cotizar en la BVM. Las desventajas no son tales; en realidad, esta forma de financiamiento compite con la banca que en Uruguay es considerada «robusta».

Así lo afirmó Jerónimo Nin, gerente de Inversiones de Nobilis: «Uruguay tiene un sistema bancario y financiero muy profundo. La banca es muy fuerte, está muy cerca de las empresas y cada vez que han habido episodios de estrés, sobre todo los últimos como en 2002, se usó el canal bancario para salir de las crisis, se les dieron créditos a las empresas para empujar la economía. El final no fue tan feliz en el caso del financiamiento a través del mercado de capitales. Eso retroalimenta lo cultural: las empresas están acostumbradas a pensar en los bancos cuando necesitan financiamiento, no se suelen pensar alternativas distintas. A eso se le suma que los procesos de oferta pública históricamente han sido lentos y largos».

Las empresas están acostumbradas a pensar en los bancos cuando necesitan financiamiento, no se suelen pensar alternativas distintas

Para Nin lo mejor es que las empresas tengan fuentes de financiamiento distintas, complementarias, que compitan por «las mejores condiciones» para el cliente.

Por otro lado, a las empresas que deciden cotizar en bolsa se les solicita un informe trimestral que se hace público y además se publican informes elaborados por terceros como auditorías y calificadoras de riesgo. Esto, para la idiosincrasia uruguaya puede resultar poco atractivo. «Mantenemos una cultura de protección de la información, de intentar revelar poco por la preocupación de que la competencia utilice dicha información», resumió Italo Elola, director de Asesoramiento Gerencial de KPMG Uruguay.

En cambio, para Marcelo Lombardi, gerente general de Tres Cruces, es «absolutamente positivo». La empresa cotiza en la BVM desde 2006 y previamente había emitido cuatro series de obligaciones negociables (títulos que proporcionan rentas y cuyo valor depende del precio de otros activos).

«Es clave la transparencia. En el momento en el que pasás a ser una sociedad anónima abierta la información pasa a ser pública, por obligación. Como le damos muchísima importancia a la transparencia, porque entendemos que genera confianza y eso es un aspecto clave, además de la información que por normativa del Banco Central es obligatoria, aportamos otra que no lo es. Emitimos una memoria anual y hemos ido acompañando la evolución del sistema de reportes a nivel mundial con esa evolución que ha tenido la temática de ESG», indicó a El Empresario.

La elaboración de estos informes, por otro lado, implica una estructura mediana o grande que pueda absorber el trabajo.

Tres Cruces

Cotizar en bolsa no es para todos, entonces la pregunta es para quién lo es y qué beneficios tiene.

Elola señaló las siguientes ventajas y motivaciones: «satisfacción para el emprendedor de ver su negocio ‘realizado’, prestigio de marca y credibilidad: cotizar en bolsa se asocia a una empresa más profesional, ordenada, una ‘cosa seria’, captación de fondos para expandir el negocio y liquidez para el accionista; una empresa pública ofrece un precio de mercado al cual fácilmente vender sus acciones, lo que no ocurre cuando es cerrada».

Urraburu añadió otro incentivo: «según la ley de mercado de valores de 2009 las empresas que cotizan en la bolsa están exentas de pagar el IRPF del 7% sobre la distribución de dividendos. O sea tienen una exoneración impositiva vinculada al reparto de utilidades». El presidente de la BVM, además, subrayó el efecto positivo que tiene este proceso en una organización: «si el capital está repartido en varias manos, la composición del directorio tiene más posibilidades de estar en manos no de una misma familia, sino de gente con cierto grado de heterogeneidad que para mí enriquece el aporte a las decisiones de la empresa».

Quiénes compran

Es probable que no lo sepa, pero si está afiliado a una AFAP es seguramente uno de los accionistas de Tres Cruces. O al menos de una fracción minúscula.

Según contó Lombardi, tres de las cuatro AFAP son propietarias de poco más del 20% del capital accionario del shopping. «Este es un tipo de inversor muy analítico, tiene un equipo de inversión de mucha potencia: es necesario para manejar un portafolio conjunto de US$ 20.000 millones. Hay una buena mezcla de accionistas, tenemos personas físicas -que son representados a través de los corredores de bolsa- e inversores institucionales», sostuvo.

Este perfil de inversores son los que suelen manejar montos mayores y, por lo tanto, resultan atractivos para las empresas.

«Lo que está pasando, y es lo que tenemos que tratar de romper, es que los que llegan al mercado de capitales son aquellos que quieren ir a los inversores institucionales (las AFAP, que tienen los fondos de pensiones y dan volúmenes muy grandes) y hay un mercado minorista, que convive, pero el proyecto llega buscando a los institucionales», analizó Nin, de Nobilis. Además puntualizó que si bien el mercado de compra y venta de acciones está «quieto», «han surgido muchas empresas que financiaron equity a través de certificados de participación de fideicomisos financieros, que cuando lo pensás es ser accionista». «Hace poco hicimos la emisión de un fideicomiso forestalcon compra de tierras y bosques y los inversores compraron certificados de participación que les dan derecho a las utilidades del negocio. Si mirás cuánto se ha hecho a través de este instrumento ves que hay una cantidad de financiamiento a empresas a través del mercado de capitales», añadió.

Volver a brillar

A pesar de los potenciales beneficios que ofrece, aún son pocas las empresas que cotizan en la BVM. Las startups que han surgido en el último tiempo, que podrían haberse beneficiado de este instrumento, decidieron no explorarlo.

Ante la pregunta de por qué, entonces, sucede esto Urraburu respondió: «No hay interés de las empresas en hacerlo y este es un país donde las empresas más grandes están en poder del Estado y el Estado nunca se planteó si quiera cotizar una parte de su capital accionario en la Bolsa de Valores. Creo que hay que hacer un shock de franquicias impositivas para que el mercado de valores asome. El costo fiscal sería muy pequeño pero puede tener un efecto importante».

dLocal: directo a Wall Street

En los últimos diez años -por lo menos- el ecosistema emprendedor uruguayo ha vivido una etapa fermental. Sin embargo, ninguna de las startups locales ha optado por financiarse a través de la Bolsa de Valores de Montevideo. Incluso está el caso de dLocal, el «unicornio» uruguayo que fue directo a Wall Street. Salvando las diferencias obvias, como los montos que se manejan, Ángel Urraburu, presidente de la BVM, señala: «En Wall Street lo que sucede es un efecto en donde se produce la suscripción de acciones e inmediatamente el precio tiene un desarrollo muy importante hacia arriba y eso en el mercado local, que es muy chico, no se da. Ellos capitalizaron la empresa e hicieron que eso que antes valía 100, ahora valga 500».

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