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Credit Suisse gana tiempo con el respaldo de las autoridades suizas, pero la crisis sigue abierta

Oficinas de Credit Suisse en Londres (Reino Unido).

Diego Larrouy

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La banca europea se encuentra subida en una gran montaña rusa cuyas subidas y bajadas están basadas en los ánimos de los inversores. El sector cierra este viernes una semana convulsa tras el colapso de bancos en EEUU y el tambaleo del histórico Credit Suisse, en pleno centro bancario del continente. Mientras EEUU busca recomponer las piezas de su sistema bancario tras el terremoto del Silicon Valley Bank, la entidad helvética ha logrado más tiempo este jueves con el respaldo millonario que solicitará al Banco Nacional Suizo.

El ánimo en el mercado ha sido distinto al desplome generalizado del miércoles, aunque sin grandes celebraciones, ya que el Banco Central Europeo enfrió las expectativas de los últimos días de reducir las subidas de tipos de interés y anunció un nuevo aumento de medio punto, en línea con lo que había avanzado. Credit Suisse, la entidad más señalada estos días a este lado del Atlántico, rebotó con fuerza en Bolsa, aunque solo recuperó una parte de sus pérdidas de los últimos días.

El Banco Nacional Suizo respaldó, a última hora del miércoles, la situación del balance del banco y le ofreció una línea de liquidez. La entidad le tomó la palabra y solicitó 50.700 millones de euros en préstamos que estarán garantizados con activos del banco. “Credit Suisse cumple los requerimientos de capital y liquidez impuestos en los bancos de importancia sistémica”, señaló en un comunicado el supervisor bancario de Suiza.

Con este dinero, el banco prevé cumplir con cualquier exigencia de liquidez que tenga que afrontar. Además, anunció que estos días está recomprando deuda por 3.000 millones de euros. Estos activos habían desplomado su valor estos días entre dudas de los inversores ante un posible impago por parte de la entidad. De este modo, trató de trasladar a los mercados un mensaje de tranquilidad. Esto se tradujo en una fuerte subida en Bolsa y un descenso en los indicadores del mercado que apuntaban a su posible caída en impagos.

“El statu quo ya no es una opción”

Sin embargo, los analistas no dan por acabada la crisis de Credit Suisse, que se prolonga desde hace casi un lustro. Un informe de JP Morgan conocido este jueves trazaba tres posibles escenarios futuros para el segundo banco suizo, ya que entendía que la línea de liquidez de las autoridades del país no será suficiente. “El statu quo ya no es una opción”, señalaron desde el grupo financiero estadounidense. La primera opción, la más plausible para estos analistas, es que acabe siendo comprado por UBS, su rival en el país. A esta operación le seguiría a continuación la venta o salida a Bolsa del negocio del banco en Suiza, para esquivar la concentración. Este es un tema del que ya se ha hablado esta semana entre el banco y las autoridades, según informó la agencia Bloomberg.

La segunda opción trazada por JP Morgan pasaría por una intervención del Banco Nacional Suizo mediante una protección a los depositantes y una inyección de capital, en detrimento de las posiciones de los inversores. La tercera alternativa pasaría por una venta de su banca de inversión, la línea de negocio que más quebraderos de cabeza la ha causado, y un adelgazamiento de su tamaño. Si bien, JP Morgan considera que este paso no sería suficiente para la entidad. Otras casas de análisis como Bank of America son más optimistas y confían en que la línea de liquidez del Banco Nacional Suizo sea suficiente.

El banco sostiene de manera pública que su intención es mantener su plan de reestructuración, presentado en octubre del año pasado, pero que precisa de tiempo para ello. “Credit Suisse ha logrado un progreso significativo hacia esta transformación y en un calendario acelerado para construir los cimientos del nuevo Credit Suisse”, aseguraba la entidad en el comunicado en el que informaba de la petición de liquidez al Banco Nacional Suizo. La principal rama de esta reforma es su banca de inversión y la reducción de su exposición a los derivados financieros que más problemas les han dado en el pasado.

Tras lo convulso de los últimos días, el jueves estuvo marcado por la intervención de los bancos centrales y las autoridades nacionales para tratar de calmar a los mercados. La confianza se vuelve un activo muy importante en circunstancias como la que viven actualmente los bancos en Bolsa, incluso pese a que no existen dudas generalizadas sobre el sector, al menos en Europa. Así, tanto el BCE como el Tesoro de EEUU trataron de calmar a los inversores con mensajes de respaldo a sus respectivos sistemas bancarios.

El Banco Central Europeo tuvo su reunión periódica de política monetaria en plena semana de terremoto financiero. En un comunicado y en la posterior rueda de prensa, el organismo que preside Christine Lagarde trató de calmar los ánimos y dar confianza a los bancos europeos. “El sector bancario de la zona del euro es resistente, con fuertes posiciones de capital y liquidez. En cualquier caso, el conjunto de herramientas de política del BCE está completamente equipado para brindar apoyo de liquidez al sistema financiero de la zona del euro si es necesario y para preservar la transmisión fluida de la política monetaria”, señaló el organismo. 

“El problema es que el BCE está entre la espada y la pared. Si no controlan la inflación, se convierte en un problema insostenible y si algún banco se rompe, lo solucionarán inyectando liquidez como han hecho la Fed y el Banco Nacional de Suiza”, explica Sergio Ávila, analista de IG, después de que la autoridad monetaria europea haya decidido mantener sus subidas anunciadas. “Podemos decir que el sector bancario europeo está bien capitalizado y tienen menos riesgo que los bancos de EE.UU., algo que también ha puesto encima de la mesa (Luis) De Guindos cuando ha sido preguntado”, añade. “La situación de Credit Suisse es puntual, con los créditos del Banco Nacional de Suiza se ha calmado en cierta manera el miedo a una crisis financiera”, concluye.

Los problemas siguen en EEUU

Aunque este jueves se ha recuperado un cierto tono optimista, no se dan por acabadas las turbulencias de esta semana. Al igual que han hecho el Banco Nacional Suizo y el Banco Central Europeo, el Tesoro de Estados Unidos también ha tenido que salir al quite para defender la fortaleza de su sistema financiero. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, compareció este jueves en el Senado. En un comienzo, su intervención era para abordar el Presupuesto presentado por Biden, pero la emergencia financiera de estos días hizo que se tratara la situación en EEUU. Yellen reivindicó la fortaleza del sector, aunque reconoció la necesidad de revisar aspectos de regulación y supervisión.

“Necesitamos investigar qué hacen los reguladores, exactamente qué sucedió para crear los problemas que enfrentaron estos dos bancos que quebraron, y asegurarnos de que nuestro sistema regulatorio y supervisión estén adecuadamente orientados para que los bancos manejen sus riesgos para evitar problemas del tipo que han sufrido estos bancos”, apuntó.

Aunque en Europa los ojos se han dirigido a Credit Suisse, quedando en segundo plano EEUU, la realidad es que la situación está lejos de calmarse. Tras la caída de Silicon Valley Bank y de Signature, las miradas de los inversores se dirigieron hacia First Republic Bank, que fue señalada como la posible siguiente en caer. Este jueves, sus acciones volvieron a desplomarse en Bolsa. Según informó la agencia Bloomberg, el Gobierno ha orquestado, junto con grandes bancos del país como JP Morgan, Citigroup o Bank of America, un plan para depositar 30.000 millones de dólares en el banco para tratar de calmar la incertidumbre sobre su futuro.

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