El reconocimiento facial, en el limbo

Las nuevas herramientas contra el crimen de la inteligencia artificial

Es una tecnología con la que ahora muchos sueñan, pero que no pueden aplicar por ser ilegal

La pregunta clave: "¿Es lícito vigilar a miles para controlar a unos pocos?"

Seven individual faces are outlined in red in a rushing crowd in this image about facial recognition technology.

La tecnología de la biometría facial es ya una realidad, pero su aplicación en la UE todavía no se permite para vigilancia masiva

John Lund / Getty

La tecnología existe y todos, o casi todos, la querrían aplicar en sus respectivos universos. Es el reconocimiento facial, una variante de la identificación biométrica que se sirve de medidas corporales, en este caso de la cara y la cabeza, para verificar la identidad de una persona. Puede localizarse a quien se busca solo captando su imagen entre miles de individuos.

Así funciona la técnica biométrica de verificación de identidad

1

Previamente, un software escanea los rostros de las fotografías de la base de datos policial y extrae los rasgos geométricos de cada cara

2

Unas cámaras instaladas en zonas estratégicas escanean a los asistentes a un evento masivo o en zonas de paso muy concurridas

3

Las imágenes

de los rostros

se comparan en tiempo real con la base de datos policial...

...detectando posibles coincidencias

4

De esta manera la policía y otros cuerpos de seguridad puede visualizar al momento si hay coincidencias

Fuente: ITCL. LA VANGUARDIA

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Previamente, un software escanea los rostros de las fotografías de la base de datos policial y extrae los rasgos geométricos de cada cara

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Las imágenes

de los rostros

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Fuente: ITCL. LA VANGUARDIA

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Previamente, un software escanea los rostros de las fotografías de la base de datos policial y extrae los rasgos geométricos de cada cara

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de los rostros

se comparan en tiempo real con la base de datos policial...

...detectando posibles coincidencias

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De esta manera la policía y otros cuerpos de seguridad puede visualizar al momento si hay coincidencias

Fuente: ITCL. LA VANGUARDIA

Aena ya ha ensayado en aeropuertos (entre ellos, El Prat) con esta tecnología; el Ministerio del Interior la considera clave en investigaciones criminales: Renfe querría aplicar el reconocimiento facial para identificar, por ejemplo, a grafiteros o pasajeros sin billete, al igual que Transports Metropilitans de Barcelona en sus estaciones de metro.

Interior ya recurre desde hace años a datos biométricos para resolver casos, pero no en vigilancia masiva

Los estadios de fútbol quieren ensayar, también, con esta inteligencia artificial para evitar que entren en esos espacios espectadores que tienen prohibido asistir a partidos, y algunas empresas privadas, principalmente grandes comercios, sueñan con estos sistemas para detectar al minuto, por ejemplo, a ladrones reincidentes.

Pero una cosa es querer y otra poder. Renfe, explican desde la compañía, ya ha asumido que de momento en su nuevo sistema de vigilancia con cámaras, ahora en renovación, no puede aplicar el reconocimiento facial, aunque el programa informático contratado permitiría usar este avance en inteligencia artificial.

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Aunque el ejemplo más claro de que ese querer no es poder ha llegado con la marcha atrás de una convocatoria lanzada por Transports Metropilitans de Barcelona (TMB), tras sacar a concurso semanas atrás una licitación para desplegar un plan piloto con reconocimiento facial para perseguir, entre otros infractores, a los que viajan sin billete o pintan sus vagones.

Reconocimiento facial

Reconocimiento facial

APDCAT

Se quería contratar algo que ahora mismo no es legal. Así que advertidos del “error”, desde TMB avanzan a La Vanguardia que se acaba de retirar esta convocatoria ya publicada (un hecho insólito­) para borrar de ese texto la frase en la que se pedía a los aspirantes a hacerse con el concurso la inclusión en el sistema de vigilancia del reconocimiento facial.

El uso de esta tecnología basada en datos biométricos sigue estando en un limbo, al menos en la Unión Europea. La inteligencia artificial avanza más rápido que el orden normativo. Ahora mismo es ilegal utilizar el reconocimiento facial sin filtros. No se puede buscar a una persona –y ahí está el principal caramelo de ese avance– entre otras miles. Eso atenta contra la intimidad y vulnera la protección de datos de aquellos ciudadanos cuyos rostros se escanean y que nada tienen que ver con el motivo de esa búsqueda.

Aena, de todas las novias que aspiran a casarse con esta inteligencia artificial, es la que parece estar más avanzada y familiarizada en el uso de esta tecnología. Un portavoz de la compañía aérea informa a La Vanguardia “del éxito de tres pruebas piloto de biometría con distintas aerolíneas y proveedores tecnológicos”. Y avanza que acaba de “iniciar la primera fase para implementar” el reconocimiento facial en su red de aeropuertos. Aena define este pro­grama biométrico como “una palanca­ fundamental para proporcionar a los pasajeros una experiencia más ágil (ya que no será necesario mostrar la documentación ni la tarjeta de embarque) y segura durante su paso por los aero­puer­tos.

Aena ha llevado a cabo pruebas de biometría con aerolíneas y ha iniciado la implementación en su red de aeropuertos

La compañía indica que ha informado puntualmente de los tres programas piloto ya realizados con esta tecnología a la Agencia de Protección de Datos (AEPD). “Hasta donde la AEPD tiene conocimiento –responde esta agencia al ser preguntada por ese extremo–, Aena ha llevado a cabo esas tres pruebas piloto de biometría con distintas aerolíneas y proveedores tecnológicos y ha iniciado la primera fase para implementar la biometría en su red de aeropuertos. En estas tres experiencias piloto de biometría, la AEPD fue informada y recibió consultas previas que fueron analizadas, emitiéndose el correspondiente informe”.

Todo parece, pues, legal, mientras esa tecnología no se use de forma indiscriminada; es decir, no se utilice sin avisar a las personas grabadas por las cámaras de que sus rasgos faciales pueden ser almacenados momentáneamente en un archivo y cotejados con otros rostros. Aena insiste en que el reconocimiento facial aplicado por ellos “es totalmente voluntario, con previo consentimiento del pasajero, y la identificación de personas se hace en puntos concretos, perfectamente señalizados (no es identificación indiscriminada)”.

El Ministerio del Interior, por su parte, informa a este diario de que está trabajando en el uso generalizado de esa tecnología, “pero aún no se puede precisar una fecha” para ponerlo en marcha. Y aclaran que, en su caso, “el fichero de tratamiento que ampara el ABIS (Sistema Automático de Identificación Biométrica) es un tratamiento al que no se aplica el Reglamento General de Protección de Datos, ya que está bajo el ámbito de aplicación de la ley orgánica 7/2021”. Por eso no se requiere permiso de la AEPD. “Esos datos –añade Interior– son tratados para fines de prevención, detección, investigación y enjuiciamiento de infracciones penales y de ejecución de sanciones”. Y añaden: “La herramienta tiene por finalidad identificar a personas implicadas en acciones ilícitas”. O dicho de otra manera, para localizar a sospechosos entre archivos policiales. La AEPD recuerda sobre el uso de Interior de esa tecnología en este tipo de pesquisas que “desde hace muchos años el análisis de muestras biométricas constituye una parte básica de la investigación criminal (sangre, huellas...). En este sentido, hay que diferenciar entre la investigación criminal concreta y la vigilancia masiva”. Esto último no está ahora permitido, ni para investigaciones. Aunque siempre queda la duda, existiendo ya la tecnología, de si alguien pueda estar usándola al margen de la ley.

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