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Sánchez eleva el perfil de España en la guerra con 10 tanques de segunda mano que costaron 1,4M
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los leopard 2A4 podrían llegar en primavera

Sánchez eleva el perfil de España en la guerra con 10 tanques de segunda mano que costaron 1,4M

Sánchez eleva el perfil de España entre los países donantes de material bélico. El presidente exhibe un compromiso total con la OTAN e ignora el desgarro de Podemos en año electoral

Foto: Pedro Sánchez, en el Parlamento de Ucrania. (EFE/Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa)
Pedro Sánchez, en el Parlamento de Ucrania. (EFE/Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa)
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España se ha comprometido a enviar 10 carros de combate Leopard 2A4 a Ucrania, cuatro más que las seis unidades confirmadas en la víspera por la ministra de Defensa, Margarita Robles. Lo anunció el propio presidente del Gobierno en una visita relámpago a Kiev este jueves, víspera del aniversario de la invasión. Con este gesto, Pedro Sánchez eleva el perfil español entre los donantes de material bélico con unos equipos de segunda mano y casi 40 años de servicio por los que Defensa pagó en su momento unos 140.000 euros por unidad (y que ahora toca reparar). Un gesto diplomático relativamente económico que podría salirle políticamente caro en un momento de máxima tensión con sus socios de coalición.

El viaje sorpresa de Sánchez llega en un momento de creciente enfrentamiento entre PSOE y Podemos. La ley del solo sí es sí ha desencadenado un pulso que los socialistas parecen dispuestos a mantener hasta las últimas consecuencias, mientras que los morados se han agarrado al factor bélico para contraatacar a Sánchez por la izquierda. “Somos una coalición, pero cada uno debe asumir las consecuencias de sus decisiones”, asegura un diputado socialista, quien que no duda en afirmar que si Irene Montero vota en contra de las mejoras a su norma, será “responsable de los beneficios que logren los delincuentes”. Esta reflexión se puede extrapolar a las diferencias que el envío de armamento para apoyar al Ejército de Volodímir Zelenski suscita entre los socios. La Moncloa descuenta a estas alturas las críticas de Podemos, que han ido ganando voltaje este año, llegando a acusar a Sánchez de hacer "seguidismo de los intereses de Estados Unidos", en palabras de Ione Belarra.

La donación española llevaba cocinándose desde que, en enero, los aliados de Kiev impulsaron una coalición tanque para romper el tabú de llevar blindados modernos occidentales al frente. La piedra de toque en este plan era que Alemania diera luz verde para el envío de los Leopard 2, de tecnología germana, cosa que hizo el pasado 24 de enero. Desde entonces, los ministros de Defensa de la OTAN han realizado varias reuniones para acelerar la logística con el objetivo de que los primeros ejemplares lleguen al frente para la esperada ofensiva ucraniana de primavera. Pero no fue hasta esta semana que España confirmó la cifra que mandará. "Vamos a enviar seis Leopard 2A4 a Ucrania y nuestra intención es pasar a 10 durante las próximas semanas o meses", dijo Sánchez en una rueda de prensa en la capital ucraniana, en la que no ha querido precisar una posible fecha para la llegada de las primeras unidades.

“Vamos a enviar lo que haga falta”. Esta es la consigna que se escucha en el departamento de Robles, donde destacan que España está desempeñando dentro de la misión de la OTAN un papel “importante dentro de nuestras posibilidades”. El Gobierno está decidido a ganar galones en este conflicto, después de que el primer año haya arrojado un resultado mixto sobre el papel español en la ayuda militar a Ucrania. Sánchez ha querido dar un golpe de efecto aprovechando la efeméride para visitar por segunda vez Kiev —su primer viaje fue en abril del año pasado, junto a la primera ministra danesa— y acercarse a los memoriales de Bucha e Irpín, donde las fuerzas rusas cometieron numerosos abusos contra los civiles. Lo hace, además, días después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, visitara el país.

“Vamos a ayudarte, querido Volodímir, en todo lo que podamos”, ha asegurado el presidente del Gobierno.

"Gracias por el apoyo, Pedro, y también a cada ciudadano español", le ha respondido Zelenski.

Foto: Leopard 2A4, de los Royal Canadian Dragoons. (Reuters/Fuerzas Armadas canadienses)
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En paralelo, la parte morada del Consejo de Ministros alzaba la voz contra el rearme a Ucrania por contribuir a la “escalada bélica”. La ministra Belarra ha llegado a insinuar que se acabarán desplegando tropas españolas en la zona, cosa que desde Defensa califican de “ignorancia”, dado que solo se contempla un escenario de ese tipo si Rusia ataca a un país miembro de la Alianza Atlántica. Pero estas mismas fuentes enmarcan la beligerancia de Podemos dentro de un “postureo político” en los primeros compases de lo que será un duro ciclo electoral. En realidad, el debate entre los socios se da por superado y no parece que haya nada que pueda poner en riesgo el futuro de la coalición. El punto álgido se vivió con el incremento del gasto de Defensa en los presupuestos. Hubo amago por parte del presidente de romper con Podemos si boicoteaban el compromiso adquirido durante la visita del presidente de EEUU, Joe Biden.

Desde entonces, el PSOE ha tratado de minimizar el debate militar y adoptado las decisiones de forma unilateral, amparado en los compromisos con nuestros socios europeos y de la OTAN. Podría haber buscado el apoyo de la oposición, donde el Partido Popular se ha mostrado abierto a apoyarlo —como hizo con los presupuestos de Defensa, "por sentido de Estado"—, pero eso implica pasar por el trance del Congreso, donde son sus propios aliados los que lo ponen en evidencia. De hecho, el Gobierno no pasará por trámite parlamentario la llegada de dos nuevos destructores a Rota, acordada con EEUU; como tampoco lo hará con la ampliación de la misión de defensa en el flanco oriental de la OTAN con el despliegue de una batería antimisiles Nasams en Estonia. Ni con los Leopard.

Foto: Blindados Leopard 2 en maniobras de la OTAN en 2022. (Reuters)

En privado, los ministros morados no hacen causa del antibelicismo porque, como declara a El Confidencial un miembro del ala caoba del Ejecutivo, “saben que la industria de defensa genera miles de puestos de trabajo a los que no se puede renunciar”. Pero en el discurso público, las diferencias en la coalición en torno al conflicto de Ucrania se irán agrandando a medida que se acerquen las citas electorales. Aquí, cada parte se dirige a su electorado y la estrategia del equipo del presidente pasa por aprovechar al máximo la agenda internacional. Su posición como líder fuerte en la UE ayuda a centrar su imagen y la demoscopia avala que se ponga el casco verde. De la última encuesta del Eurobarómetro se desprende que dos de cada tres españoles apoyan el envío de armamento a Ucrania, así como el incremento del gasto militar a nivel europeo.

Unos carros amortizados

El Gobierno ya envió en enero al menos seis unidades de Zaragoza para su reparación en la fábrica de Santa Bárbara Sistemas/General Dynamics en Sevilla, según informaron medios locales. El coste de reparar un carro, dicen los expertos, depende mucho del estado de conservación y no se puede estimar sin una revisión adecuada. Estas unidades necesitan una revisión de llamado cuarto escalón, el máximo, que requiere que la máquina sea reparada por el propio fabricante, y no por los servicios y parques de mantenimiento propio que tienen las Fuerzas Armadas. Para hacerse una idea, un Leopard 2 nuevo cuesta unos 10 millones de euros, según cifras de la prensa alemana. Como referencia, la revisión de las licitaciones de mantenimiento de los Leopard 2A4 publicadas en el BOE desde su compra en 2005 hasta 2011 muestra rangos de entre 150.000 y 1,5 millones de euros para los contratos de repuestos y mantenimiento —a partir de entonces, esos servicios se empezaron a licitar con los de la versión española Leopardo 2AE—. En lo que coinciden los expertos es en que los carros están más que amortizados.

España tiene 108 de estos blindados, que alquiló en 1995 a Alemania, que en ese momento se estaba deshaciendo del enorme stock de unidades que tenía acumuladas tras la Guerra Fría. El Ministerio de Defensa los compró una década más tarde por 15,1 millones de euros. La mitad de esos carros está en servicio en los regimientos de caballería Montesa y Alcántara, de las comandancias de Ceuta y Melilla, y los 53 restantes están fuera de servicio desde 2012, cuando se inundó el hangar en el que están almacenados en la Agrupación de Apoyo Logístico 41 de Zaragoza. El año pasado, la ministra Robles aseguró que el estado de estas unidades era “lamentable”. Pero en su momento fueron la columna vertebral acorazada de España.

Foto: EC Diseño
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"Llegaron con un leasing en 1996, con el Plan Coraza para modernizar y unificar nuestros acorazados. El material que teníamos era antiguo y variado, con los problemas que eso acarrea en logística, repuestos, munición. Eran dos batallones, uno se fue a la Brigada de Córdoba y otro a la Brigada de Badajoz. La llegada de los 2A4 era otro concepto en el empleo del carro. Algo diferente en ese momento. Un salto cualitativo y de eficacia", relata el coronel (r) Ignacio Salgado, quien estuvo al mando del batallón de carros de combate Leopard 2A4 (44 unidades) del regimiento Castilla, en Badajoz, entre 2006 y 2008. Cuando llegaron los Leopardo 2E de diseño español, los nuevos carros desplazaron a los viejos a las unidades de caballería y entrenamientos. Los que fueron a Zaragoza iban a ser modificados para convertirlos en carros de zapadores e ingenieros. Pero el programa Leopardo venía con su propia gama de vehículos de recuperación y el plan se descartó.

Los aliados han lanzado un ambicioso programa de formación de militares ucranianos, incluyendo España, que está entrenando soldados en Toledo, Zaragoza y Madrid. El número de ejemplares prometidos por Sánchez pondría España entre los países que más carros de combate enviarán a Ucrania, liderados por los 31 Abrams que mandará Estados Unidos, los 18 Leopard 2 de Países Bajos, los 14 Challenger británicos y otros 14 Leopard 2 de Alemania y Polonia.

Salgado explica que, en su momento, la adaptación a un nuevo carro fue compleja; pero que una vez lograda la maestría se pueden conseguir resultados óptimos. Algo por lo que pasarán ahora los ucranianos. "Con el carro en marcha, una tripulación entrenada puede meter un proyectil por una ventana a 3.000 metros de distancia, ayudados por los sistemas de puntería. Tiene un disparo eficaz. Para esto, un buen tirador puede necesitar un año de entrenamiento. Si [los ucranianos que vienen] ya son carristas, y tienen experiencia y mentalidad, podrían tener una formación mínima en 3-4 meses", agrega.

España se ha comprometido a enviar 10 carros de combate Leopard 2A4 a Ucrania, cuatro más que las seis unidades confirmadas en la víspera por la ministra de Defensa, Margarita Robles. Lo anunció el propio presidente del Gobierno en una visita relámpago a Kiev este jueves, víspera del aniversario de la invasión. Con este gesto, Pedro Sánchez eleva el perfil español entre los donantes de material bélico con unos equipos de segunda mano y casi 40 años de servicio por los que Defensa pagó en su momento unos 140.000 euros por unidad (y que ahora toca reparar). Un gesto diplomático relativamente económico que podría salirle políticamente caro en un momento de máxima tensión con sus socios de coalición.

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