Meloni activa la ruta autonómica

La política territorial italiana

División en Italia por el nuevo modelo territorial que propone el Ejecutivo

Giorgia Meloni en la rueda de prensa que dio el viernes en Berlín

Giorgia Meloni en la rueda de prensa que dio el viernes en Berlín

Sean Gallup/Getty Images

A solo una semana de unas importantes elecciones regionales que determinarán quién controlará territorios tan importantes como son Lombardía o Lacio, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha concedido un gran regalo a la Liga, partido con el que gobierna en coalición tanto en el Ejecutivo como en numerosas regiones del país. La semana pasada, el Consejo de Ministros italiano aprobó un proyecto de ley que constituye la primera piedra para una reforma del modelo territorial basada en otorgar mayor autonomía a las regiones que así lo pidan en detrimento del poder central, una reivindicación histórica de la vieja Liga Norte que ya ha dividido al país porque no ha gustado ni a algunos gobernadores del sur ni a la oposición del Partido Demócrata (PD) y el Movimiento 5 Estrellas (M5E).

La reforma de Meloni, o más bien, de su ministro de Asuntos Regionales, el liguista Roberto Calderoli, consiste en la llamada autonomía diferenciada, o “federalismo a la carta”, como han considerado algunos medios de comunicación. Se trata de la posibilidad para cada región de pedir al Estado nuevas competencias dentro de un paquete de 23 materias indicadas, como la educación, la sanidad, la administración de bienes culturales, el comercio exterior o los puertos y aeropuertos civiles. Para evitar que un ciudadano de una región más pobre tenga peores servicios que en otras más ricas están previstos los niveles esenciales de prestación (LEP, por sus siglas en italiano), que el Estado deberá garantizar. Uno de los debates importantes que se abrirá a partir de ahora es cómo definir estos niveles esenciales de prestación y, sobre todo, cómo se van a financiar.

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“Con el proyecto de ley sobre la autonomía queremos construir una Italia más unida, más fuerte y más cohesionada. El Gobierno pone en marcha un camino para superar las diferencias que hoy existen entre territorios y garantizar a todos los ciudadanos, y en todas las partes de Italia, los mismos derechos y el mismo nivel de servicios”, declaró la premier.

No es una operación sencilla. Ahora la reforma deberá pasar primero por la Conferencia Unificada del Estado y las Regiones, después regresará al Gobierno y finalmente afrontará el examen de las cámaras parlamentarias. Solo después las regiones que lo deseen –muchas de ellas, los ricos territorios del norte gobernados por la derecha– podrán solicitar estas competencias. Pero no requiere de una reforma constitucional, porque el decreto aprobado en realidad pone en marcha los artículos 116 y 117 de la Constitución italiana, donde está escrito que se puede otorgar nuevas formas de autonomía “bajo la iniciativa de la región interesada”. Fue algo logrado a través de una reforma constitucional del año 2001, aprobada con un referéndum gracias a una iniciativa del gobierno progresista de la época, liderado por Giuliano Amato. Es un debate que viene de muy lejos, y en el 2017, las regiones de Lombardía y Véneto (mediante un referéndum consultivo) y Emilia-Romaña pidieron que se activase este procedimiento para tener más competencias, pero hasta el momento no había habido más avances.

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La medida ha sido muy celebrada por los miembros de la Liga, un partido que hasta no hace muchos años clamaba la independencia de la Padania. Comenzando por el ministro Calderoli, que bautizó la jornada de “histórica” y aseguró que “Italia es un tren que puede circular si hay regiones que actúan como fuerza motriz y otras que aumentan su propia velocidad, con vistas a la cohesión”. El líder del partido, Matteo Salvini, gana aire y puede proteger su liderazgo después de que fuese cuestionado tras sus malos resultados en las elecciones de septiembre. Sin embargo, en la oposición consideran que se trata solamente de un gesto para favorecer la victoria del liguista Attilio Fontana en Lombardía el próximo domingo. “Meloni está vendiendo la unidad de Italia por las elecciones regionales”, dijo Giuseppe Conte, líder del M5E. Lo mismo piensa el gobernador de Apulia, Michele Emiliano (PD), que cree que es un modo de no hacer quedar mal a la Liga en la región donde construyó su historia. Elly Schlein, candidata a liderar el PD, cree que es “una bofetada al sur del país”.

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