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Economía

Díaz y sindicatos cocinaron el SMI hace siete días para que Sánchez lo vendiera en el Senado

Gobierno y sindicatos barajaban una subida a cerca de 1.080 euros hace una semana, cuando Díaz reactivó la mesa, supeditada a que CEOE no sorprendiera y acudiera a la negociación

El secretario general de CCOO, Unai Sordo; la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz y el secretario general de UGT, Pepe Álvarez.

El 9 de de febrero de 2022 Yolanda Díaz acordó con los sindicatos con el rechazo de CEOE una subida del SMI de 965 euros a 1.000 euros con efectos retroactivos desde enero, acuerdo que presentó ella misma con los secretarios generales de UGT, Pepe Álvarez, y CCOO, Unai Sordo. Aunque se conocía que este alza era la pretendida por los sindicatos y el Gobierno, la patronal, que mantuvo su postura crítica con los incrementos del Salario Mínimo, acudió a la mesa de negociación. La subida propuesta por el Gobierno estaba en la franja intermedia de las recomendaciones del comité de expertos que le asesora sobre el Salario Mínimo. 

Un año más tarde, y a cuatro meses de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, este martes 31 de enero se han reunido los negociadores de las centrales sindicales con el secretario de Estado de Empleo. La propuesta de subida de los sindicatos es de sobra conocida, a entre 1.080 y 1.100 euros, pero no la del Gobierno, salvo que Díaz se decantaba por el tramo alto que proponen los expertos, de 1.082 euros. CEOE no ha acudido y trasladó la víspera que mantenía su propuesta del 21 de diciembre de una subida a 1.040 euros. Al filo de las 14.45 horas se han incorporado a la mesa Díaz, Álvarez y Sordo en lo que se ha transmitido como un intento de desatascar la negociación. A las 16.00, Pedro Sánchez anunciaba en el Senado que el SMI subirá a 1.080 euros con efectos retroactivos desde el 1 de enero, la franja más alta de la horquilla de los expertos, de entre 1.046 y 1.082 euros.

La subida del SMI se venía cocinando desde hace tiempo, de hecho Vozpópuli avanzó el pasado 8 de julio que la intención del Gobierno era que se situara en 1.080 euros, una cifra que contaba con el aval de los sindicatos -más allá de que UGT defendiera que llegara a los 1.100 euros para asegurarse al menos los 1.080-. A partir de aquí, a la vuelta del verano se abrió todo el proceso formal con convocatoria a los expertos y el planteamiento de que una vez que trasladaran al Ejecutivo su informe, éste abriría la negociación en diciembre.

La mesa sólo se convocó el 21 de diciembre. El Gobierno no informó de su cifra y la patronal no acudió pero irrumpió con una propuesta de subida a 1.040 euros. Desde entonces, los agentes sociales no tuvieron noticias del Gobierno hasta la semana pasada, en que se fijó una segunda reunión para este martes. Entonces los 1.080 euros se empezaron a barajar entre Gobierno y sindicatos, una subida de entre 1.070 y 1.080 euros, según trasladan fuentes conocedoras, supeditados a que CEOE no sorprendiera y decidiera acudir al encuentro, cuando el Gobierno venía trasladando que quería negociar la subida con los agentes sociales.

Una vez que este lunes la patronal trasladó que no acudiría y se reafirmó en su propuesta, Ejecutivo y centrales sindicales tenían vía libre para el alza a 1.080 euros. La puesta en escena del cierre y anuncio ha venido marcada este martes por Moncloa. El pasado 17 de enero, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, anunció que Pedro Sánchez comparecería en el Congreso y en Senado durante el mes de enero para dar cuenta de los Consejos Europeos y de las medidas anticrisis y que de estas últimas informaría en la Cámara Alta en la última semana de enero, donde se viene enfrentando con Alberto Núñez Feijóo. La subida del SMI suponía un anuncio potente en un momento de debilidad por los efectos de la Ley del Sí es Sí.

La puesta en escena

El incremento del SMI es una prerrogativa del Gobierno, una decisión política que sólo debe consultar a los agentes sociales, y la primera consulta se produjo el 21 de diciembre. La cifra del Gobierno no se conocía más allá de que Díaz se inclinaba por la franja alta de los expertos y de que se entendía que Nadia Calviño prefería la baja. Su Ministerio ofreció una propuesta a los expertos de alza a 1.030 euros, por debajo incluso de la horquilla más reducida de estos. Tras esta primera mesa, se paralizó el procedimiento y no se reactivó hasta este martes.

Entre medias llegó la aprobación del nuevo Real Decreto-ley de ayudas por la guerra de Ucrania el 27 de diciembre, que presentó el propio Sánchez en su rueda de prensa de balance de final año.

La comparación entre los anuncios económicos del Gobierno de los últimos meses muestra también la influencia del momento político y electoral en la puesta en escena elegida. El 29 de marzo de 2022, las tres vicepresidentas del Gobierno presentaban el primer Real Decreto-ley de ayudas contra la guerra en Ucrania validado en el Consejo de Ministros después de una negociación agónica y una huelga de transportistas en las que el Gobierno aparecía exhausto. Tras la derrota del PSOE en las elecciones andaluzas el 19 de junio, Sánchez se colocó de ariete de todos los anuncios económicos y desde la aprobación del siguiente Real Decreto de ayudas el 25 de junio, inició su discurso de ataque a las empresas con los impuestos a banca y energéticas como medida estrella.

Pues bien, a principios de diciembre a todo esto se sumó la tramitación exprés de la reforma de la sedición y malversación, que tras su polémica validación nocturna en el Congreso, enfilaba su aprobación final en el Senado. La subida del SMI podría haberse consultado y aprobado entonces. Al igual que la prórroga del Decreto de ayudas de 2023, que desde Hacienda se planteaba a principios de noviembre que se validaría a finales de ese mes. Sin embargo, el planteamiento de Moncloa era cerrar cuanto antes la controvertida reforma del Código Penal y alejarla de las medidas económicas, y finalmente el Decreto de ayudas se aprobó in extremis a final de año, en medio de un caos para gasolineras y supermercados ante el fin de la ayuda a carburantes y la rebaja del IVA de algunos alimentos, y anunciado por el propio Sánchez.

El factor CEOE

El año empezó sin noticias del SMI. Desde el Ministerio de Trabajo se trasladaba que el Gobierno tenía cifra pero la mesa no se convocaba. El propio Pedro Sánchez inauguró el 11 de enero las jornadas confederales de UGT pero sólo aludió a que el Salario Mínimo iba a subir.

Finalmente, el debate en el Senado con el líder de la oposición a las puertas de febrero ha sido el momento elegido para anunciar la subida del SMI a 1.080 euros. Desde CEOE se ha informado este lunes que no acudían a la reunión por no darse las condiciones para ello, ya que destacaban que el Gobierno no les había trasladado propuesta alguna ni respondido a la suya.

Fuentes próximas a la patronal han descartado que su presencia en la reunión de este martes hubiera propiciado una negociación que rebajara una cifra que creen prefijada. Fuentes sindicales consideran en cambio que si la patronal hubiera acudido, la cifra final se podría haber situado en el entorno de los 1.066 euros, la franja intermedia de los expertos.

Las mismas fuentes sostienen que la ausencia de CEOE ha impedido la negociación que alentaba Calviño y que tanto valora Díaz y ha favorecido el pacto al alza de las centrales con Díaz y, en último término, Sánchez.

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  • O
    Ottos

    España feliz tragandose una media del 15 % de parados en las pasadas 40 años. Que importa yo soy funcionario que les den a los demás.

  • B
    Beeblebrox

    Y los "beneficiados" por la subida tampoco van tan bien. Cada subida es una apuesta a que los clientes o sus compañeros de producción aceptarán ser más pobres. Si ninguno cede el modelo de negocio se hace inviable y su puesto desaparece, como los limpiabotas, las chachas, los porteros o los empleados de banca. No es cierto que si ningún camarero aceptara trabajar por menos de 2000 euros se los pagarían. A unos pocos sí y el resto cerraría el bar. A mí me parece una buena política decir que hay que extinguir los puestos que no puedan pagar un mínimo, pero hay que decirle a la gente que su puesto puede ser uno de ellos cada vez que se sube el listón, y debería ir compaginado con cuidar los dos factores que son necesarios para que la gente pueda generar trabajando un buen sueldo: capital para dotar al trabajador de herramientas de todo tipo y formación para saber usarlas. Cualquier chic@ que hoy tiene 13-17 años y está aprovechando las facilidades para pasar el colegio sin aprender nada se dirige a una vida en la marginalidad

  • B
    Beeblebrox

    Es una medida a la busca del voto ignorante que sólo funciona por el volumen de ignorancia que se ha logrado producir en los colegios. En el mundo todo lo que un cliente paga por algo va a pagar a algún coste necesario para producirlo (personal, materias primas, capital...), y si se pone otro coste, como un SMI superior o un impuesto al plástico, alguien lo paga. Cuando ha sido el cliente hemos tenido inflación y por tanto todos hemos pagado esa subida a unos pocos volviéndonos más pobres. Si no se repercute los que se vuelven más pobres son los demás que contribuyen a producir eso. El mito de que se reducen beneficios y ya está es falso, porque los beneficios retribuyen el capital, que es tan necesario para que funcione una empresa como los trabajadores o las materias primas. Si sistemáticamente no se le paga desaparecerá y la empresa dejará de funcionar igual que si los trabajadores no cobran y dejan de ir

  • L
    Leonidas

    Un gobierno de comunistas y sindicatos subvencionados, deciden nuestro futuro. Además de farsantes. Sólo hay que ver de qué van disfrazados, mientras ocultan sus suculentos sueldos y otras prebendas que nadie se imagina. Organismos paralelos de los políticos defenestrados de medio pelo que regalan en esos sindicatos a cobrar un sueldo cuando pierden el cargo público. Es una p.... vergüenza lo de este país

    • T
      Tony010

      Así es. El Gobierno “negocia” con Sindicatos, es pa’mear y no echar gota … habría que decir Gobierno y Sindicatos se reparten la pasta y deciden que el SMI es cualquier cosa o la contraria, eso sí, todo muy basado en estudios Economicos sesudos de la Universidad Complutense Sección Clan Pablo Iglesias.