La ultraderechista Meloni promete “responsabilidad” tras una victoria histórica

Italia gira a la derecha

El triunvirato derechista obtiene mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y el Senado

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Giorgia Meloni en una imagen tomada la noche de la victoria

Gregorio Borgia / AP

La ultraderechista Giorgia Meloni se esperó hasta pasadas las dos de la madrugada del lunes para salir a valorar su victoria incontestable en las elecciones de este domingo. Acababa de imponerse de forma rotunda, con el 26% de los votos, seis veces más que el 4,3% que logró Hermanos de Italia en el 2018, provocando un seísmo político en Europa. Italia vuelve a estar en el ojo del huracán.

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Con una imagen más institucional –también estrenó un nuevo corte de pelo–, Meloni optó por aparcar su versión radical y presentarse como una candidata a recibir el encargo de formar gobierno en Italia. “Es el tiempo de la responsabilidad –subrayó–. El tiempo en que si se quiere formar parte de la historia, se debe comprender la responsabilidad que tenemos ante decenas de millones de personas. Si somos llamados a gobernar esta nación, lo haremos para todos los italianos”.

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El resultado de las elecciones anticipadas en Italia, pese a la altísima abstención –solo votaron un 64% de los que tenían derecho– no deja ningún espacio a grandes experimentos. El triunvirato formado por Hermanos de Italia, la Liga y Forza Italia ha logrado más de un 44% de los votos y tendrá mayoría absoluta tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados. El presidente de la República, Sergio Mattarella, no podrá hacer otra cosa que acatar la voluntad popular. Sería muy raro que no pidiese a Meloni que formase su propio ejecutivo en su proceso de consultas con las diferentes delegaciones de partidos políticos.

El triunvirato derechista obtiene mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y el Senado

Este lunes, la líder de Hermanos de Italia optó por pasar el día con su familia y dejar el protagonismo a los lugartenientes del partido. Pero en Italia no se pierde ni un minuto de tiempo, y la derecha ya está comenzando a organizar la composición del próximo ejecutivo. Suenan con fuerza nombres fieles del entorno de Meloni como Guido Crosetto o Giovanbattista Fazzolari. También el berlusconiano Antonio Tajani o el discreto liguista Giancarlo Giorgetti, la antítesis de Matteo Salvini. La línea debería ser mantener un perfil de aparente moderación para no inquietar demasiado a Bruselas, al menos en la dirección económica, ante la tormenta perfecta que le espera al país este invierno. Meloni sigue convencida de que sería muy conveniente tener un ministro financiero de la órbita de Mario Draghi. “Una cosa que no creo que haga será poner en discusión el diseño del plan de recuperación, aunque quizás hay algún movimiento en el tema de la inmigración para dar algún mensaje al electorado”, vaticina la politóloga Sofia Ventura, de la Universidad de Bolonia.

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Lo más impredecible será lo que pase por la cabeza de Matteo Salvini, líder de la Liga, que ha sido humillado por los votantes al frenarse en alrededor del 8,9% de los votos. La formación ultraderechista se había marcado el límite psicológico del 10%, y este lunes su liderazgo ya empezó a ser cuestionado por los barones regionales. Meloni le ha sobrepasado incluso en los feudos históricos de la Liga como el Véneto y Lombardía, y las culpas se atribuyen solamente al exministro del Interior que ha cometido grandes errores con su ambigüedad con Rusia o en cuestiones económicas. El presidente de la región del Véneto, el dogo Luca Zaia, ya ha advertido que “no se pueden encontrar simples justificaciones”. El eurodiputado Gianantonio Da Re pidió directamente su dimisión, pero Salvini se resiste y de momento solo ofrece un proceso de escucha en el partido. “No he tenido nunca tantas ganas de trabajar”, respondió, achacando el pésimo resultado al precio de haber gobernado junto a la izquierda con Mario Draghi mientras Hermanos de Italia estaba en la oposición.

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Mauro Scrobogna / AP

Es probable que la caída de Salvini no sea inmediata, sino que sus enemigos en el partido aguarden a algún tipo de evento exterior –quizás nuevas evidencias de su cercanía a Vladímir Putin– para defenestrarlo. En cualquier caso, si permanece será un elemento peligroso para Meloni, con quien nunca ha habido sintonía personal. No va a aceptar de buen grado este papel secundario, aunque de momento promete estabilidad: “Nos mantendremos durante 5 años, sin cambios, y centrándose en lo que hay que hacer”, aseveró en una comparecencia.

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El resultado no podía ser más claro: los votantes italianos han respaldado con contundencia en las urnas a la extrema derecha de Hermanos de Italia. Giorgia Meloni ha ganado indiscutiblemente los comicios anticipados italianos, con alrededor del 26,4% de los votos, muy por encima del segundo candidato, el Partido Demócrata, que se frena en alrededor del 19%. Su triunfo es histórico porque todo apunta a que va a liderar el gobierno más de derechas en desde la Segunda Guerra Mundial en Italia, la tercera economía de Europa y un país fundador de la UE.

Fuente: AFP

https://www.lavanguardia.com/internacional/20220926/8543164/giorgia-meloni-gobernaremos-unir-italianos.html

La línea debería ser mantener un perfil institucional para no inquietar demasiado a Bruselas

Silvio Berlusconi, en cambio, está feliz a sus casi 86 años. Ha recuperado un escaño en el Senado nueve años después de haber sido expulsado por ser condenado por fraude fiscal en Mediaset. Se ha hecho elegir en Monza –donde hace poco compró un equipo de fútbol que ha llevado a la Serie A– y también ha logrado que su compañera, Marta Fascina, con quien celebró una boda ficticia, haya resultado elegida por una circunscripción en Sicilia donde no se la ha visto nunca. Forza Italia tiene un 8% de los votos, y aunque ya no es el jefe de la coalición, sí es indispensable para la gobernabilidad. Su sueño es ser el director de orquestra de las nuevas generaciones ultraderechistas. Lo que ha sucedido este fin de semana en Italia es, en parte, su obra: fue él el primero en no dudar en pactar con los herederos del posfascismo y la Liga Norte. Ahora ha sido devorado por sus socios.

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