España acopia diésel ruso al mayor ritmo en 12 años para anticiparse a un embargo

Los importadores de combustibles fósiles en España han ejecutado la mayor compra de gasóleo procedente de Rusia el pasado mes de julio en casi 13 años (desde diciembre de 2009). España ha importado 226.000 toneladas de diésel ruso en el último mes que hay registro, según publica Cores. Se trata de la mayor compra en un mes desde 2009 y se produce en plena invasión rusa de Ucrania. El carburante importado llega mientras la Unión Europea trata de frenar las relaciones comerciales con el país gobernado con Vladímir Putin por la guerra iniciada en febrero.

Fuentes del sector señalan que el aumento de compras se produce en un momento en que el diésel procedente de Rusia es casi un 10% más barato que en el resto del mercado internacional, donde este combustible ha subido a niveles históricos, costando hasta cerca de dos euros por litro en las estaciones de servicio.

El diésel importado de Rusia es unos 95 euros por tonelada más barato que cuando se compra en otros países, donde este producto ronda los 1.000 euros por tonelada. Otras fuentes al tanto de la situación señalan que el fuerte repunte del mes de julio viene precedido de varios meses al inicio de la guerra, donde se suspendieron las compras. Además, anticipan que las compras seguirán siendo altas hasta final de año, momento en que entrará en vigor el embargo impuesto por la Unión Europa a los productos petrolíferos rusos, que se decidió el pasado mes de junio.

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España cuenta con una gran capacidad de refino. Las principales operadores, Repsol, Cepsa y BP, compran petróleo y elaboran diésel y otros productos. Sin embargo, hay operadores que también compran directamente productos refinados a otros países. En este sentido, Rusia es un socio comercial habitual. Cepsa, sin embargo, decidió dejar de comprar diésel de Rusia tras estallar la guerra y Repsol abandonó el mercado ruso meses antes de que escalara el conflicto.

Sin embargo, el estallido de la guerra hizo que se replantearan las compras de productos petrolíferos, ya que eso financia la invasión rusa de Ucrania, donde se están acreditando violaciones de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, como en Bucha o Borodianka.

Pero después de que España cerrara el grifo comercial a Putin por su diésel durante tres meses, ha decidido retomar las importaciones ya en junio, cuando se compraron 104.000 toneladas de gasóleo ruso.

Las compras se están materializando con llegadas de barcos, principalmente a los puertos de Bilbao y Barcelona, señalan operadores consultados por este medio. Pese a contar con diésel más barato procedente de Rusia, esto no se acaba de notar en las gasolineras. Según los datos publicados por la Comisión Europea, el gasóleo A que consumen la mayoría de españoles, incluido el transporte profesional y pesado, está en más de 1,90 euros por litro antes del descuento de 20 céntimos de euro aplicado por el Gobierno, mientras que la gasolina 95 está ya por debajo de los 1,75 euros por litro.

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Se trata de una diferencia a favor de la gasolina de 15 céntimos que se da, además, cuando el diésel está 10 céntimos más bonificado que la gasolina desde el punto de vista fiscal.

España ha realizado esta compra de diésel, récord en 12 años, pese a que la guerra en Europa continúa después de convertirse en el mayor comprador de gas natural licuado (GNL) del mundo durante este verano. El estallido de la guerra ha supuesto el mayor golpe para los mercados energéticos de la historia. Los precios récord alcanzados por los combustibles, el gas natural o la electricidad han llevado la inflación en Europa a su peor nivel de la historia (9,1% en agosto).

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España sufre aún más las subidas de precios. En agosto, el IPC escaló hasta el 10,5%, lo que supone junto con el mes de julio (+10,8%) la peor tasa desde los años ochenta. Además, la inflación subyacente, cuyos efectos son a más largo plazo porque elimina los elementos más volátiles, ya está en el 6,4%, dato más elevado desde 1993.

La pérdida de poder adquisitivo está tratando de contenerse con subidas de los tipos de interés. El BCE ha ejecutado la mayor subida de tipos en su última reunión (+0,75%). Esto significa que a las subidas de precios de la mayoría de productos de primera necesidad habrá que sumar el mayor coste de las hipotecas y préstamos.