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El Gobierno llegará a otoño con el plan para asegurar el suministro eléctrico caducado desde 2017
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El Gobierno llegará a otoño con el plan para asegurar el suministro eléctrico caducado desde 2017

Moncloa reconoció en octubre de 2020 que era de "vital importancia" contar con una nueva Estrategia de Seguridad Energética e inició los trabajos para redactarla, pero casi dos años después no ha sido presentada y no tiene fecha de entrega

Foto:  La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. (EFE/Mariscal)
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. (EFE/Mariscal)
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España va a llegar a la crisis de suministro de gas del próximo otoño con la Estrategia de Seguridad Energética caducada desde hace cinco años. El Gobierno acordó en octubre de 2020 iniciar el proceso de elaborar cuanto antes un nuevo plan de seguridad que garantice la diversificación de las fuentes de abastecimiento y la protección de las redes de distribución e interconexiones para neutralizar posibles ataques o fallos en el funcionamiento del sector eléctrico que pongan en riesgo la seguridad nacional. Pero, casi dos años después, Moncloa aún no ha concluido la redacción de la nueva estrategia y no maneja ninguna fecha para presentarla.

La Unión Europea está impulsando planes de contingencia para intentar evitar cortes de suministro en los meses de mayor demanda, pero la estrategia energética opera en el plano de la seguridad y es una urgencia interna que, en un momento como el actual, deja a España en una posición extremadamente frágil. La primera y única Estrategia de Seguridad Energética que ha estado en vigor fue aprobada por el Ejecutivo de Mariano Rajoy en 2015, obedeciendo a un mandato de la Estrategia de Seguridad Energética de 2013. Su propósito era identificar los “desafíos, riesgos y amenazas” que podían socavar la garantía del suministro y poner en peligro otros ejes, como la sostenibilidad económica y medioambiental de la industria.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera (c), y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz (d). (EFE/Chema Moya)

El documento apenas tenía 49 páginas, pero ya hacía hincapié en la necesidad de diversificar la importación de petróleo y gas para tratar de mitigar posibles inestabilidades en países vendedores y la adopción de otras medidas para reducir la volatilidad de los precios y asegurar importes “asequibles y competitivos”, tanto para los consumidores como para la industria. Además, subrayaba la importancia de garantizar la protección física y digital de las infraestructuras de abastecimiento ante el peligro de que se produjeran atentados y ciberataques que pudieran generar una grieta en la seguridad nacional.

La estrategia no iba desencaminada, pero el Gobierno de Rajoy consideró necesario en 2017 iniciar los trámites para aprobar una segunda versión que recogiera nuevos riesgos y reordenara la gravedad de los que ya se contemplaban en la primera. Sin embargo, la moción de censura interrumpió en junio de 2018 la actualización del plan. El Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos no publicó en el BOE la orden para “elaborar una nueva Estrategia de Seguridad Energética” hasta octubre de 2020. “Su objetivo es diversificar las fuentes de energía, garantizar la seguridad del transporte y abastecimiento e impulsar la sostenibilidad energética”, estableció la disposición.

La confección quedó en manos del Departamento de Seguridad Nacional, que en ese momento aún dirigía Iván Redondo, y debía ser impulsada por el Gabinete de Presidencia del Gobierno. Aunque la orden no fijó fechas para su presentación, reconoció que era de “vital importancia contar con una nueva estrategia específica en el ámbito de la seguridad energética que contemple, desde la perspectiva de la Seguridad Nacional, los distintos ámbitos en los que nuestros intereses nacionales se pueden ver afectados”. Hasta 10 ministerios y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), además de expertos y representantes del mercado eléctrico, debían involucrarse en el proyecto.

Casi dos años después, no hay noticias sobre la nueva estrategia. En estos 22 meses, se ha producido el aumento de los precios de la energía por el cuello de botella generado por la pandemia de coronavirus y la guerra de Ucrania. Además, el cambio de posición de España en la cuestión del Sáhara ha provocado una crisis con Argelia, el mayor suministrador de gas. Ninguno de estos desafíos aparece en los planes de contingencia que se encuentran en vigor. Fuentes del Departamento de Seguridad Nacional se limitan a asegurar a preguntas de El Confidencial que se está trabajando en ella, pero que no barajan ninguna fecha para su presentación.

España va a llegar a la crisis de suministro de gas del próximo otoño con la Estrategia de Seguridad Energética caducada desde hace cinco años. El Gobierno acordó en octubre de 2020 iniciar el proceso de elaborar cuanto antes un nuevo plan de seguridad que garantice la diversificación de las fuentes de abastecimiento y la protección de las redes de distribución e interconexiones para neutralizar posibles ataques o fallos en el funcionamiento del sector eléctrico que pongan en riesgo la seguridad nacional. Pero, casi dos años después, Moncloa aún no ha concluido la redacción de la nueva estrategia y no maneja ninguna fecha para presentarla.

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