Macron crea una confederación de partidos de cara a las legislativas

Francia

El presidente francés refunda su fuerza política, que pasa a llamarse Renacimiento

Emmauel Macron recibiendo ayer en el Elíseo al primer ministro de India, Narendra Modi

Emmauel Macron recibiendo ayer en el Elíseo al primer ministro de India, Narendra Modi

STEPHANE DE SAKUTIN / AFP

Las maniobras políticas se aceleran en Francia de cara a las legislativas del 12 y 19 de junio. Bajo el impulso de Emmanuel Macron, los partidos que apoyan al presidente anunciaron ayer una confederación, bautizada ¡Juntos!-Mayoría presidencial. En paralelo, la formación del jefe de Estado, La República en Marcha (REM), pasará a llamarse Renacimiento.

En la práctica, los nombres y las estructuras son marketing político y cambian poco lo fundamental, que es buscar una cohesión
–no garantizada– en el variopinto campo que apoya a Macron, el cual incluye a centristas, ecologistas, socialdemócratas y conservadores moderados. Los pesos fuertes de la alianza son François Bayrou, alcalde de Pau, líder del Movimiento Demócrata (MoDem, centrista) y el ex primer ministro Édouard Philippe, alcalde de Le Havre. Este último, con su nuevo partido de centroderecha, Horizons, no oculta su ambición de suceder a Macron en el 2017.

La izquierda francesa quiere acabar con la actual “monarquía presidencial” y fundar la VI República

La recomposición política francesa es fluida porque los grandes partidos tradicionales de la izquierda –el Partido Socialista (PS)– y de la derecha –Los Republicanos (LR)–, viven una profunda crisis. Tampoco el partido de Macron ha logrado implantarse bien en el territorio en los últimos cinco años, como mostró su gran debilidad en las elecciones municipales y regionales. Es una superestructura dirigida desde París y que hasta ahora ha dependido del presidente. Ayer su delegado nacional, Stanislav Guerini, dijo que el partido quiere ser “popular” y “con vocación a ser abierto”.

Entre los socialistas, la oposición interna crecía ayer sobre el acuerdo para el frente de izquierdas en las legislativas. Están en contra el expresidente François Hollande y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, la última candidata presidencial. También se opone una figura emergente como Carole Delga, presidenta regional de Occitania. Hay agrupaciones locales que se rebelan. Los trescientos miembros del consejo nacional del PS estaban reunidos anoche, de manera presencial –en la sede del partido, en Ivry sur Seine, un suburbio parisino– o por videoconferencia, para ratificar el acuerdo. La tensión era evidente porque el rumbo que quiere tomarse, a remolque de Jean-Luc Mélenchon –líder de Francia Insumisa (LFI, izquierda radical)–, y en alianza con ecologistas y comunistas, supone romper con decenios de socialdemocracia pragmática y europeísta.

El pacto inicial entre el PS y LFI incluye puntos como la jubilación a los 60 años, una fuerte subida del salario mínimo (hasta 1.400 euros netos mensuales) y el bloqueo de los precios de los productos de primera necesidad. Se prevé asimismo un subsidio para la autonomía de los jóvenes y el restablecimiento del impuesto a la fortuna que Macron suprimió tras llegar al poder, en el 2017.

Los socialistas asumen una de las exigencias más vistosas del programa de Mélenchon, una reforma constitucional para poner fin a la actual “monarquía presidencial” e instaurar una VI República. No quedan claras todavía las posiciones sobre la OTAN o la energía nuclear, donde las divergencias son muy marcadas. Tampoco sobre la nacionalización de empresas. Los detalles del programa común se desvelarán el sábado. Si el frente de izquierdas ganara y Mélenchon fuera primer ministro, la estabilidad y la armonía entre los grupos de izquierda parece muy problemática.

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