“La imagen de Gómel ardiendo en los ojos de una vaca herida”.
Esto es lo último que el reportero Vasili Grossman vio al retirarse de esta ciudad bielorrusa. Era 1941 y el ejército nazi invadía la Unión Soviética.
Fue justo en Gómel donde las delegaciones rusa y ucraniana se sentaron el lunes a negociar. Sin resultado. Las dos delegaciones volverán a reunirse hoy en Bielorrusia con un alto el fuego en la mesa, según los rusos. Pero Ucrania, de momento, sigue ardiendo como Gómel en el ojo de esa vaca herida.
Civiles ucranianos se plantan frente a las tropas rusas
En el séptimo día de guerra, el ejército ruso tomó ayer Jersón –casi 300.000 habitantes, en el mar Negro–, la primera ciudad ucraniana importante controlada por la tropa de Putin desde el inicio de la invasión. El alcalde de la ciudad reconoció anoche su caída y la entrada del ejército ruso en el edificio del ayuntamiento, y pidió a los soldados que no dispararan contra los civiles.
El avance ruso se ralentiza en el norte de Ucrania y está ganando terreno en las llanuras costeras del sur del país, abiertas y difíciles de defender. La caída de Jersón, de hecho, facilitará el control ruso de la costa del mar Negro y poder avanzar hacia el oeste.
Trabajadores de una planta de energía nuclear bloquean la entrada de la ciudad ucraniana a las tropas rusasr
El alcalde de Jersón admite la derrota y pide a los rusos que no disparen contra civiles
En el resto de Ucrania, las fuerzas rusas seguían ayer presionando para aislar a las grandes ciudades, avanzando por el sur e intensificando el bombardeo indiscriminado de civiles. La madrugada de ayer hubo una lluvia de paracaidistas rusos en Járkiv –casi un millón y medio de habitantes, la segunda ciudad de Ucrania– pero fueron neutralizados en combates y por la mañana hubo intensos bombardeos. La ciudad de Mariúpol, que también lleva días rodeada e intensamente bombardeada por los rusos, continúa por el momento bajo control ucraniano. Rusia asegura que las milicias prorrusas del Donbass estrechan el cerco alrededor de esta ciudad del sur del país, urbe clave para los rusos porque uniría sus fuerzas del sur y del este.
Un miembro de la defensa territorial civil, de 68 años, habla con otro hombre tra sun bombardeo ruso contra viviendas en Gorenka, en las afueras de Kíev
La situación anoche en Kíev era de relativa calma, con informaciones de que la gran columna militar rusa que avanza hacia la capital está casi parada. La "situación es difícil pero está bajo control", informó hoy su alcalde, Vitali Klitschko, quien afirmó que no hubo víctimas durante la noche y que las explosiones nocturnas fueron defensas aéreas ucranianas que derribaron misiles rusos que se aproximaban. Las fuerzas ucranianas han contenido el avance de las tropas rusas desde el noreste y el este, junto a las ciudades de Cherníhiv, Sumi y Nezhina, entre otras. Los militares ucranianos indicaron que las fuerzas rusas intentan acceder a la capital ucraniana desde el norte con ataques junto Vyshgorod, ciudad satélite de Kíev, y otras localidades.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, que continúa en Kíev, desde donde publica vídeos diarios para alentar la resistencia; ha asegurado hoy que las líneas de defensa ucranianas siguen en pie: "No tenemos nada que perder excepto nuestra propia libertad", añadió. También dijo que 16.000 combatientes extranjeros han acudido a Ucrania para unirse a la lucha.
El Kremlin admite que ha perdido a 498 soldados, fuentes occidentales elevan la cifra a unos dos mil
El Pentágono cree que los rusos se están reagrupando para replantear el ataque, y que eso puede influir en el aparente atasco del convoy. Y se teme lo peor. Los rusos han dado pasos en falso, afirmó el portavoz del Pentágono, “pero están aprendiendo de ellos”.
En Odesa, los ciudadanos llenaban ayer sacos de arena en la playa de la ciudad en previsión de un asalto anfibio. Por la mañana, los ucranianos informaban de paracaidistas rusos en la región del Mar Negro junto con lanchas cohete, dirigiéndose en dirección a esta ciudad portuaria del sur.
Por primera vez desde que se inició la invasión, Rusia ha hecho público el número de bajas entre sus tropas: 498 soldados muertos y 1.597 heridos.
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Fuentes occidentales elevan a 2.000 los soldados rusos muertos en los cinco primeros días de guerra (las dos décadas de ocupación de Afganistán costaron la vida a 2.500 soldados estadounidenses). La cifra confirmada de civiles ucranianos muertos hasta la noche del martes, según la ONU, es de 227 personas, y 525 heridos. El gobierno ucraniano eleva la cifra a dos mil.
“Tal como Rusia está manejando la guerra, debemos prepararnos ahora para una catástrofe humanitaria”, advierte Keir Giles, del programa Rusia y Eurasia en Chatham House.
El ejército ruso tomó anoche Jersón, la primera ciudad importante que los ucranianos pierden
Casi 900.000 personas –de ellas, 50.000 extranjeras– han huido de Ucrania desde el inicio de la invasión rusa, según la ONU, que espera la salida de hasta cuatro millones en las próximas semanas.
Hablando de cifras, entre los rusos con dinero se ha disparado la venta de relojes y joyas de lujo para preservar el valor de sus ahorros. Las grandes marcas siguen en Moscú. Como afirma el director ejecutivo de una joyería italiana, “estamos allí para el pueblo ruso y no para el mundo político”.
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Ucrania empieza a tener problemas de distribución de medicinas para hospitales y farmacias, y ha pedido al Papa que hable con el presidente ruso, Vladímir Putin, para que permita corredores humanitarios para asistir a las víctimas. “Espero que la conversación tenga lugar”, dijo Iryna Vereshchuk, viceprimera ministra ucraniana.
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, inicia una gira por Europa y se declara dispuesto a “apoyar los esfuerzos diplomáticos” de Ucrania en la búsqueda de un alto el fuego con Rusia. “Mantenemos la puerta abierta a una solución diplomática –afirmó–, aunque eso es mucho más difícil de lograr cuando suenan los disparos y los tanques avanzan”.
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El presidente de Francia, Emmanuel Macron, reafirmó ayer que mantendrá el contacto con Putin, para intentar convencerle de que renuncie a las armas. Macron añadió que ofrece la ayuda de Francia en las negociaciones abiertas entre portavoces rusos y ucranianos.
En un tono distinto, el primer ministro británico, Boris Johnson, acusó a Rusia de cometer “crímenes de guerra” por las armas que emplea contra la población civil ucraniana.
Washington y París mantienen abierta la puerta diplomática y el contacto con Putin para detener la guerra
En la guerra de las palabras, las asociaciones de deportados en los campos nazis han denunciado la utilización, por parte de Putin, de expresiones como “desnazificación” y “genocidio” para justificar la invasión de Ucrania. “No podemos aceptar que estas palabras sean banalizadas”, afirman.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, de ascendencia judía, acusó ayer a Moscú de querer “borrar” Ucrania y su historia, y pidió a los judíos que no se quedaran callados.
Zelensky elogia a los ciudadanos "valientes" de Ucrania
Lavrov advierte que una tercera guerra mundial sería nuclear y destructiva
Este intento de eliminar Ucrania –Putin ha afirmado literalmente que Ucrania no existe– planeaba ayer en el museo de Etnografía de Lviv, al oeste de Ucrania, que empaquetaba sus tesoros para protegerlos en caso de un ataque ruso.
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, que en una semana ha pasado de diplomático de reconocido talento a paria internacional, volvió a sacar el fantasma nuclear.
Rusia ataca Mariúpol
Dos pueblos amigos atrapados en la guerra de Putin
Lavrov aseguró que el presidente estadounidense, Joe Biden, sabe que la única alternativa a las sanciones contra Rusia es una Tercera Guerra Mundial y que sería “una guerra nuclear devastadora”, en declaraciones la televisión catarí Al Jazeera. Biden “tiene experiencia y sabe que no hay alternativa a las sanciones, sino la guerra mundial”, afirmó Lavrov, que agregó que “la Tercera Guerra Mundial sería una guerra nuclear devastadora”, indicó el canal árabe en su cuenta de Twitter.
El ministro ruso dijo también que su país estaba “listo” para afrontar las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea por su invasión de Ucrania, pero que no esperaba que apuntaran a atletas, intelectuales, artistas y periodistas.
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No obstante, pese a las medidas adoptadas en su contra, “Rusia tiene muchos amigos y no puede ser aislada”, advirtió, según Al Jazeera.
Sobre los motivos que han llevado al actual conflicto con Ucrania, Lavrov indicó que los países occidentales se negaron a atender las demandas de Rusia sobre la formulación de una nueva arquitectura para la seguridad europea.
La ‘operación militar’ rusa, dijo Lavrov, tiene como objetivo desarmar a Ucrania y evitar que adquiera un arma nuclear. “No podemos permitir la presencia de armas ofensivas en Ucrania que amenazan nuestra seguridad”, añadió.
Se dispara la venta de relojes y joyas de lujo en Rusia para preservar el valor de los ahorros
En otra vertiente del tema nuclear, Rusia comunicó ayer a la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) que ha tomado el control militar de la zona de la central nuclear más grande de Ucrania y de Europa, Zaporizhzhya. Lo que Rusia no comunicó a las autoridades atómicas internacionales es que sus tanques no pudieron llegar hasta la central nuclear. Una masa de vecinos cortó la carretera y los tanques rusos dieron media vuelta y se fueron.
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