En 1853, el catalán José Daurella Sunyer hizo el primer pedido de bacalao a los países del norte. Fue el 2 de agosto de ese año cuando encargó 1.500 kilos que debían llegar a España en diciembre. Quería bacalao de primera calidad, bien cortado, blanco y seco, y que no estuviera manchado por las ventrescas.
Con aquel pedido, que pagaría en tres plazos, empieza la historia empresarial de la familia que ocupa el puesto número 5 de la lista de los más ricos de 2022, liderados por Sol Daurella (Barcelona, 1966). José Daurella Sunyer era su tatarabuelo. Su abuelo, Santiago Daurella de Rull, siguió con la importación de bacalao pero abrió un nuevo negocio en 1943: los zumos y gaseosas Sandaru en la calle Buenaventura Muñoz de Barcelona.
Las gaseosas, que fueron muy populares en Cataluña, desaparecieron con los años. La importadora de bacalao, Copesco, siguió en manos de la familia hasta que la vendió a la empresa vasca Angulas Aguinaga en 2021. Pero, el mayor hito es un líquido de color oscuro, etiqueta roja y un eslogan, 'La chispa de la vida', que nuestros cerebros identifican de forma automática, aunque Coca-Cola no use esa frase en su publicidad desde 1982.
La familia Daurella es hoy el principal accionista de la mayor embotelladora de Coca-Cola del mundo, Coca-Cola Europacific Partners, que cuenta con 33.200 empleados y un mercado de 600 millones de consumidores en 29 países. La presidenta es Sol Daurella, que encabeza la tercera generación. Pero sigamos con la historia.
Inversión estadounidense de los 50
La marca volvió a España en los años 50 por el interés directo de la multinacional estadounidense y de uno de sus máximos responsables, James A. Farley. Farley, que había sido presidente del Partido Demócrata y jefe de campaña de Roosevelt, visitó a Franco en Madrid en 1949 y alabó que mantuviese alejados a los comunistas de España. Se entrevistó con el ministro de Industria y Comercio, Juan Antonio Suanzes, y al poco anunció el desembarco de la compañía en nuestro país, que culminaría en 1951. El mismo año que Santiago Daurella obtuvo la primera licencia para embotellar y distribuir Coca-Cola.
En medio de todas esas gestiones hubo un hombre clave: el diplomático Gregorio Marañón Moya, hijo del doctor Gregorio Marañón, que fue el primer presidente de la compañía en España. "La entrada de Coca-Cola sigue exactamente los mismos pasos que otras inversiones americanas de ese mismo año", cuenta Adoración Álvaro, decana de la facultad de Empresa, Economía y Derecho de la universidad privada CUNEF y secretaria general de la Asociación Española de Historia Económica.
"Son contactos a nivel económico y diplomático. Empresas que están interesadas en el mercado español y que contactarán con políticos y empresarios conscientes de las limitaciones que suponía una economía cerrada como era la española. Entendían la necesidad de contar con socios extranjeros que, no sólo aportaran nuevos productos, sino que trajeran la tecnología para fabricarlos y el conocimiento para producirlos y distribuirlos", analiza esta experta, que dedicó su tesis doctoral al impacto de EEUU en la empresa española durante aquella época.
La familia Daurella es el principal accionista de la mayor embotelladora de Coca-Cola del mundo, que cuenta con un mercado de 600 millones de consumidores
Son los años de cierto aperturismo económico del régimen para poner fin a la autarquía de la posguerra, aunque "la intervención del Estado va a ser fuerte hasta el final del franquismo", recuerda Adoración Álvaro. "Empieza a haber otros aires, entran ministros con ideas nuevas y EEUU da las primeras ayudas económicas. Coincide con los Pactos de Madrid de 1953, en los que se acordó el establecimiento de las bases militares", subraya.
Con las ayudas, los estadounidenses pretendían "el clima social adecuado para la construcción y el uso de las bases, que suponían recortes de nuestra soberanía y que España entrara de facto en una posible guerra".
Siete embotelladores españoles
Con la licencia en el bolsillo, el gaseosero Santiago Daurella funda la embotelladora Cobega, a la que se incorporan al poco tiempo sus dos hijos varones, José y Francisco. Durante más de medio siglo y hasta la integración de 2013, serán siete los embotelladores españoles de la bebida, repartidos por regiones.
Sol Daurella explicaba con una imagen vívida aquel modelo tan fragmentado que seguía la compañía. Fue en el último congreso del Instituto de la empresa familiar, ya que ella no concede entrevistas: "Se decía que se daba el contrato de fabricación y distribución en un radio que pudiera cubrir un burro tirando de una carreta". Aunque, en su caso, no fueron burros, sino dos viejos camiones Ford los que iniciaron las rutas de distribución, desde la planta de la calle Almogávares de Barcelona, en abril de 1953.
El viaje en el tiempo que hacemos ahora es largo y el baile de nombres de las empresas significativo: apunta a esa 'conquista' del mundo que emprendieron los Daurella. Pasamos a 2008 cuando, según contó la propia Daurella en aquella charla, empezaron a ver su situación amenazada por cómo se estaba consolidando el negocio de la distribución de Coca-Cola en el resto de Europa: "O ganábamos en eficiencias en España o alguien venía y hacía esa consolidación por nosotros", señalaba la presidenta de Coca-Cola Europacific Partners (CCEP).
"Fue una integración muy traumática porque éramos siete empresas, con siete directores generales, siete consejos de administración, siete presidentes, siete de todo", enumeraba Daurella en su intervención. Además de las importantes consecuencias sociales que tuvo aquel movimiento, más allá de las empresariales.
Con la fusión se constituyó Coca-Cola Iberian Partners en junio de 2013 y pocos meses después se anunció el cierre de las fábricas de Alicante, Asturias, Palma y Fuenlabrada (Madrid). Suponía el despido de 1.190 personas. Se abrió una dura guerra sindical que concluyó con un acuerdo con los trabajadores en 2014, después de que la Audiencia Nacional declarara nulo el ERE y el Tribunal Supremo lo confirmara.
Aventura internacional
En 2016, la empresa se fusionó con otras dos embotelladoras europeas, cambió el nombre a Coca-Cola European Partners (CCEP) y empezó a cotizar en la Bolsa de Londres. La presidenta sería también Sol Daurella. "Nuestro gran secreto fue que las empresas españolas íbamos unidas y eso nos permitió tener un 36% que nos dio un peso importante en muchas decisiones, tanto estratégicas, de operaciones del día a día como en la elección de los ejecutivos", aseguró en la misma intervención que mencionamos antes.
Tres fusiones en menos de 10 años después de más de medio siglo con pocos sobresaltos en España. Cobega, la empresa de los Daurella, controla el 20'46% de Coca-Cola Europacific Partners
El año pasado, CCEP adquirió la australiana Coca-Cola Amatil Limited y mantuvo las siglas, pero sustituyó 'European' por 'Europacific': "Hemos añadido un gran potencial, sobre todo por la incorporación de Indonesia, que es uno de los países más poblados del mundo, y de población musulmana, que es óptimo para el consumo de bebidas refrescantes", decía la presidenta.
Tres fusiones en menos de 10 años después de más de medio siglo con pocos sobresaltos. Cobega, la empresa de los Daurella, controla el 20'46% de CCEP. Alberto Gimeno, profesor del Departamento de Dirección General y Estrategia en Esade, donde precisamente estudió Sol Daurella, destaca el hecho de que la tercera generación de esta familia no se haya conformado con una posición de liderazgo local: "Ha sabido crecer e internacionalizarse, construir alianzas y tener ambición para ser un actor global".
"Para el resto de familias embotelladoras supuso, además, ceder el liderazgo, algo que no es muy frecuente en nuestro país", continúa Alberto Gimeno, especializado en empresas familiares. Gimeno ve tres tipos de liderazgo en esta evolución: el estratégico, para imaginar el futuro posible; el social, que es la capacidad de construir acuerdos y dejar los espacios adecuados para cada uno, y el liderazgo ejecutivo, "que significa poder llevar todo eso a la práctica".
"Hay terceras generaciones de empresas familiares que tienden más al sofá y otras a las que les llama más al trampolín. En este caso está claro que ha sido el trampolín. Pero la tentación del sofá es grande", señala.
Una idea similar indica Antonio García de Castro, presidente ejecutivo de San Telmo Business School y profesor de Política de empresa en esa misma escuela. "Tanto la integración de las embotelladoras españolas como la actual CCEP son dos ejemplos del camino que deben seguir muchas empresas familiares para continuar: la unión nos hace mejores para poder tener sinergias, relaciones de distribución o negociar con proveedores".
Para él, el papel de Sol Daurella en este proceso ha sido tener esa visión de futuro y formar un equipo de primer nivel internacional: "Estaba convencida de que era el único camino y ha asumido los riesgos necesarios". De Barcelona hasta la lejana Australia.
¿El resto de la historia? Los Daurella también operan con Coca-Cola en unos cuantos países de África, fuera de CCEP, con su empresa Equatorial Coca-Cola Bottling Company. Están en Marruecos, Guinea Ecuatorial o Argelia. Son además los distribuidores de las cápsulas de Nespresso en España, Andorra y varios zonas de África. También son los dueños de la franquicia de Domino's Pizza en Portugal, Austria y Grecia, entre otros. Una fortuna, la quinta de este país, que empezó con 1.500 kilos de bacalao de primera calidad, bien cortado, blanco y seco.
Tercera generación: nueve primas y un primo
La tercera generación de la familia Daurella está a los mandos de la empresa familiar, liderados por Sol Daurella (1966), que entró en la dirección en los años 90 junto a su primo Alfonso Líbano Daurella (1954) y su primo político Mario Rollant, ex marido de Carmen Daurella. Francisco Daurella, de la segunda generación, tiene 94 años y es un importante coleccionista de arte.
Además de la parte de Francisco, la fortuna está repartida entre nueve mujeres y un hombre, todos descendientes de los cuatro hijos del fundador de Cobega, Santiago Daurella de Rull (1898-1974). Sus hijos fueron Mercedes (1924-2011), José (1926-2014), Francisco (1927) y María Victoria (1929-2020).
Los primos son:
- Los hijos de Mercedes: Alfonso (1954) y Pilar Líbano Daurella (1956).
- Las hijas de José: Sol (1966) y Eva Daurella Comadrán.
- Las hijas de Francisco: Carmen (1956), Elena (1957), Alicia (1960) y Mercedes Daurella Aguilera (1964).
- Las hijas de María Victoria: María Victoria (1959) y Paloma Figueras-Dotti Daurella (1960).
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