ELECCIONES
Elecciones Castilla y León 2022

El PP se vuelca en subir la participación al 64% para gobernar Castilla y León en solitario

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Los 'populares' fían al campo y al rechazo a Pedro Sánchez sus bazas para movilizar al electorado de cara al 13 de febrero

Pablo Casado y Alfonso Fdez. Mañueco, este domingo.
Pablo Casado y Alfonso Fdez. Mañueco, este domingo.EFE

El PP se lanza a la victoria en Castilla y León aferrado al campo y al rechazo a Pedro Sánchez como sus principales bazas electorales, como se ha visto a lo largo del fin de semana en el congreso autonómico de los populares en León, que ha servido de plataforma de lanzamiento de Alfonso Fernández Mañueco para su reelección como presidente de la Junta, tras coronarlo de nuevo como líder regional del partido.

La polémica de la carne ha sido un regalo para el PP y ha convertido inesperadamente al ministro de Consumo, Alberto Garzón, en un activo a exprimir y con el que asustar por las anchas tierras de Castilla y León para incentivar la movilización para el 13 de febrero. Pues es en subir la participación donde dentro del PP señalan que está una de sus principales preocupaciones en esta campaña.

El análisis interno de la organización es que necesitan que la participación esté por encima del 56% para poder formar gobierno, y que sólo rondando el 64% Mañueco podría conseguir su gran objetivo, que es gobernar en solitario, minimizando la dependencia de Vox.

Es la primera vez que las elecciones autonómicas de Castilla y León se desgajan de las municipales, y ese elemento novedoso genera cierta inquietud en el partido porque se desconoce cómo podría afectar. Y es que, una de mayores fortalezas del PP en la región respecto a los demás es su poderosa implantación territorial y que cuenta con militantes hasta en el último pueblo. Por no decir alcaldes.

"El partido del campo"

Pocas cosas hay mejores para movilizar que las emociones. Y el PP ha encontrado en la polémica de la carne un motivo de indignación que puede subir la participación. Así, confía en que sirva de agitador para activar a su base natural de votantes y de aglutinador para reunificar el voto en torno al PP de las familias que viven de la ganadería y la agricultura.

Pablo Casado, que clausuró este domingo el congreso del PP de Castilla y León, aprovechó el asunto de la carne y Garzón para lanzar la precampaña del 13-F proclamando al PP como "el partido del campo" y contraponiéndolo con esa "izquierda caviar" que desconoce lo que es el mundo rural. "Esta tierra no tiene gente que maltrata a los animales en las granjas ni en ganadería pero sí es maltratada por las políticas de Sánchez desde hace demasiado tiempo", dijo Casado.

El rechazo a Pedro Sánchez es el otro factor movilizador en el que se confía. El PP ha convertido al presidente del Gobierno en el candidato de facto del PSOE y, como ya hiciera Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, la polarización es abiertamente con él. El argumento para movilizar es que el voto del 13-F sirve para sentenciar que el "tiempo del sanchismo" y que Sánchez "tiene una cuenta atrás que ya no puede parar", como explicó el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que, al estilo Luis Aragonés, llamó al PP a "ganar, ganar y volver a ganar".

Y en eso está conjurado el PP, Mañueco, Casado y todo el partido, con los barones volcados para una campaña que tiene mucha chicha.

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