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Los ayuntamientos tienen más dinero en el banco que deudas por primera vez
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Más de 45.000 millones en activos

Los ayuntamientos tienen más dinero en el banco que deudas por primera vez

El patrimonio financiero al cierre del tercer trimestre superó los 2.000 millones de euros, en positivo por primera vez desde que hay registros. Los alcaldes consolidan su fracaso en la suspensión de las reglas fiscales

Foto: El alcalde de Vigo y presidente de la FEMP, Abel Caballero. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
El alcalde de Vigo y presidente de la FEMP, Abel Caballero. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Los ayuntamientos españoles tienen un problema de financiación: reciben demasiados recursos para las competencias que tienen transferidas y ahora, por primera vez, el problema se revela en forma de patrimonio financiero positivo. Esto es, tienen más dinero acumulado en el banco que deudas pendientes de pago. Al cierre del tercer trimestre, el saldo positivo se situó en 2.020 millones de euros, un dato histórico. Nunca, en los casi 30 años de la serie histórica que acumula el Banco de España, las corporaciones locales habían tenido un patrimonio financiero positivo.

Esta situación de los municipios contrasta con los graves problemas de déficit y deuda que tienen el conjunto de las administraciones públicas. Al cierre de 2021, la deuda pública se habrá situado por encima del 120% del PIB, marcando un nuevo récord histórico de la época moderna para España. Un hito que sorprende si se tiene en cuenta el exceso de recursos de que disponen los ayuntamientos.

El dinero ‘aparcado’ en los bancos (en forma de depósitos y otros activos financieros) de los ayuntamientos ascendió el pasado verano a casi 45.500 millones de euros, según los últimos datos publicados por el Banco de España. Se trata de la cifra más alta nunca registrada. Este dato se produce justo un año después de que el Gobierno suspendiera las reglas fiscales después de una ardua batalla de los alcaldes de España por conseguir libertad financiera para afrontar la crisis.

Foto: (iStock)

Estos datos confirman el gran fracaso de los ayuntamientos a la hora de utilizar esta suspensión de las reglas fiscales. No solo no han sido capaces de utilizar sus remanentes de tesorería, es que tampoco han podido gastar todo el dinero recaudado en este periodo. Como consecuencia, han tenido que usar este excedente para reducir deuda o para incrementar sus activos financieros. A lo largo del año, acumularon 4.100 millones de euros en depósitos y otras inversiones financieras, lo que supone el tercer mayor incremento de los últimos 15 años, solo por detrás de los ejercicios de 2017 y 2018.

Estos datos terminan por confirmar que la batalla librada por los alcaldes en el verano de 2020 para suspender las reglas fiscales fue poco más que un paripé político. Los recursos que consiguieron liberar no solo no los han utilizado, sino que han incrementado sus ahorros.

A esto hay que sumarle que los ingresos de los ayuntamientos son muy estables, ya que proceden de tasas e impuestos que no varían con el ciclo económico. Por ejemplo, el IBI, las tasas de basuras o el impuesto de actividades económicas. De esta forma, mientras otras administraciones sufren vaivenes en la recaudación durante los ciclos económicos, los ayuntamientos se mantienen siempre elevados, evitando que surjan déficits fiscales en las crisis.

Los ayuntamientos empezaron a generar superávit en el año 2012 tras la aprobación de la Ley de Estabilidad. Esta norma, ahora suspendida por el covid, es la que impide a los ayuntamientos elevar su gasto por encima del crecimiento potencial del PIB. Esta ley ha obligado a los consistorios a mantener un presupuesto casi constante durante la última década, lo que ha mermado enormemente su margen para acometer nuevos proyectos. El resultado ha sido que se ha atrofiado su capacidad de poner en marcha iniciativas, de modo que cuando han podido hacerlo, no lo han conseguido. Además, el control más severo de los interventores se ha mantenido en muchos casos.

Foto: Las alcaldesas de Madrid, Manuela Carmena, y de Barcelona, Ada Colau. (EFE)

En ese año 2012, la deuda financiera neta de los ayuntamientos (restados los activos) llegó a superar los 48.000 millones de euros. En menos de una década, han dado la vuelta a la situación y hoy son la única Administración con un patrimonio financiero positivo.

Las reglas fiscales siguen suspendidas en 2022, pero previsiblemente volverán a activarse en 2023. Los ayuntamientos seguirán acumulando superávits y, a partir de ahora, engrosando sus activos financieros. De esta forma, mientras unas administraciones necesitan acudir a los mercados para financiarse, otras prestan su dinero gratis a los bancos por los tipos de interés cero. Una situación que solo podrá corregirse modificando la Ley de Estabilidad o cambiando el reparto de competencias cedidas a los ayuntamientos, de modo que asuman algunos de los servicios públicos que hoy les corresponden a las comunidades autónomas, que están infrafinanciadas.

Los ayuntamientos españoles tienen un problema de financiación: reciben demasiados recursos para las competencias que tienen transferidas y ahora, por primera vez, el problema se revela en forma de patrimonio financiero positivo. Esto es, tienen más dinero acumulado en el banco que deudas pendientes de pago. Al cierre del tercer trimestre, el saldo positivo se situó en 2.020 millones de euros, un dato histórico. Nunca, en los casi 30 años de la serie histórica que acumula el Banco de España, las corporaciones locales habían tenido un patrimonio financiero positivo.

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