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Periodistas, no puedes vivir sin ellos y no puedes vivir con ellos
Reconozco que me he pasado mucho tiempo desconectado del mundo, centrado en mis propios asuntos y dedicando casi todo mi tiempo a mirarme el ombligo y a desarrollar una actitud epicúrea de mi vida. Pero no hay nada que dure para siempre, y entre otras cosas, al volver de mi merecido retiro, me he encontrado una serie de escándalos en la prensa que son para quitar el hipo.
Información, conocimiento y tiempo
Lo voy a aceptar, el fenómeno de las redes sociales ya está implantado en la lista de tareas que tenemos que acometer en una campaña de marketing. Podemos discutir si estas acciones han de correr sobre Facebook, Twitter o si se ha de gestionar en una web propia.
Pero creo que esto es más bien un pensamiento positivo sin mucha base sólida. Es cierto que ahora tenemos más acceso, pero eso no implica que lo usemos o bien que sepamos usarlo, o lo peor, que al existir tanta información, es imposible encontrar la pieza fundamental que de coherencia a lo que estamos buscando.
Gurús en busca de la siguiente moda
Lo voy a aceptar, el fenómeno de las redes sociales ya está implantado en la lista de tareas que tenemos que acometer en una campaña de marketing. Podemos discutir si estas acciones han de correr sobre Facebook, Twitter o si se ha de gestionar en una web propia. Está claro que no se puede dejar pasar este catalizador.
Tu zona de confort
Se ha puesto de moda durante estos últimos meses, o al menos según mi correo electrónico, el concepto de zona de confort. Según afirman estas buenas gentes, nuestra zona de confort es donde estamos cómodos y seguros, pero que para crecer, para realmente progresar como personas (o como tostadoras, que con esto del internet de las cosas uno ya no sabe quién o qué le está leyendo) hemos de abandonar nuestra ámbito conocido y adentrarnos en un mundo extraño y desconocido, tan escalofriante que da un susto al miedo.
Darwinismo, conocimiento e internet
Es muy probable que yo no tenga ni idea y que sea un ignorante de más de metro noventa, pero acabo de leer una de esos textos que hay por internet sobre lo bueno que es que todo el mundo pueda escribir lo que quiera porque esto ayuda a crear conocimiento. Este buen hombre (que no citaré para no darle más publicidad de la que se merece), afirma sin rubor ni vergüenza alguna o como mínimo, con tan poca como la mía, que lo que se produce es una especie de evolución darwiniana, y al final, solo los mejores, que este caso los textos o conocimientos más válidos, sobreviven.
Estratificación en las relaciones
En el mundo real, ese en el que el despertador suena a las siete de la mañana y dónde se sufre para llegar a fin de mes, el mundo está divido en clases sociales. La división natural siempre ha sido en clase obrera, clase media y clase alta, dándose en la clase media el grupo más amplio y más heterogéneo. Junto a esta definición, también aparecía grabado a fuego que muy pocas personas conseguían saltar de clase social, sobretodo de una inferior a la superior.
Para un martillo, todo son clavos
No me considero particularmente un gurú, pero si puedo presumir que llevo en esto de internet hace mucho tiempo y las he visto de todos los colores, pero por suerte, creo que he mantenido siempre un pie fuera de las modas. Quizás es por esto que cuando alguien me pregunta que tiene que hacer para esto de las redes, y que ha leído que usas las redes puede duplicar o quintuplicar sus ventas, se me arquea una ceja al estilo Jack Nicholson y suelo contestar con una otra pregunta ¿cuantos clientes o proveedores, potenciales o reales, están internet en las redes sociales?