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Leerlo o vivirlo

Enviado por Jose el
Leerlo o vivirlo

Hay una escena en El indomable Will Hunting donde Sean, el psicólogo, confronta a Will con la sutil diferencia entre datos y experiencia: “Si te pregunto algo sobre arte, me responderás con datos de todos los libros que se han escrito. Miguel Ángel, lo sabes todo: vida y obra, aspiraciones políticas, su amistad con el Papa, su orientación sexual… lo que haga falta, ¿no? Pero tú no puedes decirme cómo huele la Capilla Sixtina. Nunca has estado allí y has contemplado ese hermoso techo. No lo has visto.”

Esto me lleva al tema de qué enseña más, una buena teoría o una buena práctica, porque estoy viendo cada vez más que se piden teóricos en todos los lugares, y es usado como herramienta de filtro. Entiendo el concepto lógico: ¿tienes X certificación? Si es que sí, pasas, y si es que no, te cortamos. Entiendo que el título se usa como argumento de autoridad, a pesar de que en ningún campo de la lógica existe el concepto de ser verdadero por tener un certificado. Además, existe el extra de la calidad del certificado: si es de una universidad de prestigio o si es de la academia Mickey Mouse, independientemente de la calidad del curso, el respeto que da el aura de un nombre importante hace que inmediatamente sea percibido uno como de mayor calidad que el otro sin ningún dato que lo justifique. Lógico, si contratas a alguien con un certificado del MIT nadie te va a criticar, pero si el certificado es de Cheese Universe Factory o directamente no tienes un papel que te justifique, se corre un riesgo que se prefiere evitar.

En estos sistemas lógicos y de procesado algorítmico de la realidad nos lleva a situaciones donde la experiencia queda soslayada, esa misma que convierte información en conocimiento y conocimiento en sabiduría, y da la verdadera medida de las capacidades. Porque podemos tener la respuesta correcta sobre un modelo teórico -de nuevo un modelado basado en algoritmos- pero desconocen el impacto que eso conlleva. No tienen en cuenta, porque no lo han vivido, las consecuencias colaterales de sus decisiones, son como niños que son incapaces de ver la cascada de acciones que vienen después y que no se pueden parametrizar porque carecen de todo conocimiento vital de esa realidad.

Por otra parte, los tenedores de experiencia han de pasar por el proceso de certificar que saben hacer el trabajo que llevan haciendo toda su vida. Es decir, pagar a un tercero que probablemente no ha pisado un entorno real en más de 15 años para que justifique que Paco sabe de lo que habla. Es una realidad que afecta y no te das cuenta hasta que te llega el turno.

Con todo esto no quiero decir que esté en contra de la información, del dato, del tener un certificado, pero sí que ese sea el valor más alto que justifique un conocimiento. Y del mismo modo no creo que la experiencia sin un apoyo teórico y conceptual sea la respuesta a todos los males.

Mi posición es que hemos buscado la solución más simple para filtrar en vez de la solución más válida bajo el pretexto de que es más fácil, es más eficiente y en el fondo es más peligroso.

La teoría sin práctica no es más que un PowerPoint que semánticamente será correcto, pero que carece de aplicación real, y la práctica sin teoría deja fuera muchas externalidades que afectan pero que no se ven en el día a día.

Por último, leí un artículo que decía que la cantidad de información que necesitamos para reconocer que no sabemos de algo es más alta que la cantidad de información que necesitamos para creer que dominamos el tema. Conclusión: los que dicen que saben usualmente no tienen ni idea y los que afirman que no saben son probablemente los que más conocen de ese campo.

Y quien quiera saber que mire el concepto DIKW Pyramid.

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