ELECCIONES CATALUÑA 2024
Elecciones Cataluña 2024

Illa (PSC) logra una gran victoria pero Puigdemont exige a Sánchez que le deje gobernar

Los socialistas logran una amplia victoria que, en cambio, no garantiza a su candidato la investidura, mientras el líder de Junts plantea un acuerdo con ERC y que tenga el plácet del presidente del Gobierno

Illa vence con holgura e intentará gobernar para "abrir una nueva etapa en Cataluña"EL MUNDO (Vídeo) / EMILIO MORENATTI | AP (FOTO)
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Las elecciones presentadas por Pedro Sánchez como la oportunidad de un cambio de rumbo en Cataluña, el punto final del proceso independentista y el aval del pueblo catalán a la ley de amnistía, cristalizaron ayer en una victoria contundente del candidato del PSC, Salvador Illa, con 42 diputados. El tercer mejor resultado de la historia del PSC, la primera vez que gana en votos y escaños, pero que no garantiza a Illa la investidura. La gran fragmentación de la Cámara y los vetos cruzados entre los partidos, según el eje identitario Cataluña-España, pero también por el eje izquierda-derecha, son su principal obstáculo.

La mayoría más probable es el regreso del gobierno tripartito formado por PSC-ERC-Comunes, la fórmula apoyada por buena parte del poder económico de Cataluña y que los socialistas van a intentar cerrar en las próximas semanas. Paradójicamente, la llave del futuro gobierno la puede tener ERC, el gran perdedor de los comicios, al haber pasado de 33 a 20 diputados. Los republicanos deberán decidir si continúan en su relación tóxica con los socialistas y entran en un gobierno de coalición presidido por Illa y con los Comunes como tercer socio.

Tras la victoria electoral, Illa reafirmó su intención de presentarse a la investidura para gobernar Cataluña. "Asumo esta responsabilidad y, por consiguiente, en el momento en el que se haya constituido la Mesa del Parlament, manifestaré mi voluntad de presentar mi candidatura para presidir la Generalitat", declaró en la sede del PSC junto a miembros de su candidatura.

Por su parte, el Gobierno, con Pedro Sánchez a la cabeza, entienden que la victoria de Illa supone legitimar y validar la hoja de ruta de Sánchez para gobernar desde La Moncloa. "El mensaje que manda Cataluña es claro, se pasa página al procés. Es un paso determinante. Es muy importante que los independentistas no sumen. ERC tiene que hacer ahora una reflexión. ¿Va a plantarse, arriesgarse a una repetición electoral o irse a la oposición o prefiere intentar recuperarse desde dentro de un gobierno?", contaban este domingo fuentes gubernamentales a este diario.

Pero la magnitud del batacazo republicano dificulta el acuerdo. Un abatido presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, asumió la derrota de ERC, invitó a PSC y Junts a que tomen la iniciativa para formar gobierno, y anunció que ERC acepta que su destino es permanecer en la oposición. Aunque no aclaró si estaría dispuesto a investir a Illa o Puigdemont sin entrar en el gobierno.

Illa vence con holgura e intentará gobernar para "abrir una nueva etapa en Cataluña"EL MUNDO (Vídeo) / EMILIO MORENATTI | AP (FOTO)

En segunda posición quedó Carles Puigdemont, con 35 diputados. Su promesa electoral de regresar a Cataluña, si tenía opciones de ser investido presidente de la Generalitat, no le ha bastado para capitalizar todo el voto nacionalista. Un fracaso de su campaña personalista, pero que, en cambio, sí permite a Junts arrasar con ERC y consolidarse como la fuerza hegemónica del nacionalismo catalán, con la victoria en más de 700 municipios.

En su comparecencia en la localidad francesa de Argelers, Puigdemont lamentó los efectos de la división de las fuerzas independentistas, consideró muy negativa para Cataluña la reedición de un gobierno tripartito y tendió la mano a ERC para explorar en las próximas semanas la formación de un gobierno nacionalista de neoconvergentes y republicanos. Esta opción no suma mayoría absoluta, pero con los votos de la CUP y Aliança podría tener mayoría simple en segunda vuelta.

"Estamos en condiciones de construir un gobierno sólido de obediencia netamente catalana y a este propósito dedicaremos los próximos días", subrayó. Con estas palabras, el ex presidente dejó entrever la amenaza que ya hizo durante la campaña: si Sánchez no sacrifica a Illa y permite un gobierno netamente nacionalista y presidido por Junts le retirará todo su apoyo en el Congreso. Una posibilidad que obvia que el PSC es un partido independiente y federado al PSOE y que, por lo tanto, difícilmente aceptará, por mucha lealtad y obediencia de Sánchez a Illa, renunciar a la Generalitat tras obtener un resultado histórico.

Este mensaje de Puigdemont dirigido a la Moncloa, y la voluntad anunciada por Illa de acudir al debate de investidura del 25 de junio, anticipa unos días de mucha presión sobre ERC para que se decante por una u otra opción. Puigdemont cree que "hay margen" para maniobrar y presionar al PSOE, como trasladó a su núcleo de confianza tras conocer en Francia los resultados del 12-M.

OPINIÓN

La debilidad general del independentismo, que pierde por primera vez la mayoría absoluta en el Parlament, mientras PP y Vox suben, es la factura de la decadencia económica, social y cultural provocada por el proceso. El desencanto de las bases nacionalistas se debe, asimismo,a la probada imposibilidad de la independencia -que ni favorables ni opositores creen ya posible- tras su fracaso de 2017. Así como a los pactos, trueques y cambalaches de Junts y ERC con el Gobierno de España, mientras las dos formaciones se pelean en Cataluña.

Una deriva a la que ha contribuido a la gran desmovilización nacionalista. En la que tuvo que ver también que los primeros cinco días de campaña fueran secuestrados emocionalmente por parte de Sánchez con su amago de dimisión. Un melodrama que rompió el guion establecido del 12-M, que giraba en torno a una victoria de Junts que permitiera el regreso triunfal de Puigdemont a la presidencia, y que trasladó a Cataluña el debate sobre la supuesta campaña de acoso que sufre Sánchez. No dudó el líder del PSOE en tomar rápidamente el mando de la campaña electoral del PSC, relegando a Illa a un papel subalterno, y protagonizó numerosos mítines, vinculando la victoria socialista a un aval a su política de diálogo con el nacionalismo, a la amnistía, y a su continuidad en la Moncloa.

Esta estrategia de «españolización» del debate catalán, convirtiendo el 12-M en una suerte de plebiscito sobre Sánchez, acabó beneficiando a PP y Vox. En su pugna por el espacio de la derecha constitucionalista, los populares lograron el deseado sorpasso a Vox, a pesar de que el partido de Abascal mejora resultados y absorbieron a Cs. La presencia continuada de Alberto Núñez Feijóo en Cataluña, una apuesta personal del líder del PP para contrarrestar a Sánchez, acabó siendo un revulsivo.